Seis libros, seis éxitos. Todos los volúmenes que componen «Blackwater» han conseguido mantenerse durante semanas entre los más exitosos en toda España
07 sep 2024 . Actualizado a las 10:21 h.Es difícil dar con los ingredientes exactos de la fórmula del éxito literario de este verano. Por lo pronto, se puede decir, sin riesgo de exagerar, que las páginas de Blackwater son adictivas. Y a partir de ahí, se van sumando elementos. Una cuidada edición (con unas portadas que son en sí mismas una obra de arte), un precio aparentemente económico (menos de diez euros por cada uno de los seis libros que la componen) y una publicación por entregas salpimientan esta peculiar receta. Y con todos estos mimbres, los pequeños libros que narran el culebrón de la familia Caskey se han convertido en un habitual en los arenales y piscinas españolas durante estas vacaciones estivales. No era raro toparse a bañistas de todo pelaje con una de las obras que conforman esta peculiar serie. Tampoco era cosa extraña observar cómo los libros se iban pasando de manera interminable de mano en mano por grupos familiares o de amigos.
¿Pero qué tiene de especial esta obra para haberse convertido en todo un fenómeno de masas? Para empezar, sorprende descubrir que la historia no es tan actual como muchos piensan. Porque Blackwater fue publicada en Estados Unidos en 1983. Su escritor, Michael McDowell, exigió por aquel entonces que las aventuras de la familia Caskey se publicaran por entregas y, Blackie Books —la editorial que se ha atrevido a sacar adelante este proyecto en nuestro país— también ha apostado por imitar el ritmo original de impresión. «La primera vez que oímos hablar de McDowell fue a través de un amigo editor francés que nos contó este descubrimiento. De ahí leímos enseguida alguna de sus obras, y Blackwater nos enamoró desde el primer momento. No solo por ser una gran novela, sino por lo novedoso de su propuesta narrativa: está dividida en seis volúmenes, y el autor pidió que se publicaran por entregas, con muy poca distancia entre cada una de ellas. Es increíble como un autor de paperbacks de los 80, queriendo emular la propuesta narrativa de los folletines del siglo XIX, en realidad acabó anticipándose, desde lo literario, a lo que sería hoy una serie de HBO. Es impresionante», explica Jan Martí, editor de la saga.
La narrativa que domina con maestría Michael McDowell también aporta lo suyo en este exitoso caldo. Fallecido en 1999, con solo 49 años de edad, el escritor fue guionista de películas como Beetlejuice o Pesadilla antes de Navidad. Pero Blackwater es la muestra definitiva de su capacidad para dominar la curva narrativa, de crear personajes con muchas aristas y de tejer un paisaje y un contexto que se convierten casi en un protagonista más. Porque la historia de los Caskey se va mezclando con la de las gélidas y oscuras aguas de los ríos que bañan Perdido.
La guinda del pastel, como no podía ser de otra forma, la pone el argumento. La historia se convierte en el avecrem de esta receta. ¿De qué va Blackwater? El primer libro, La riada, arranca en 1919, después de que el pequeño pueblo de Perdido (situado al sur del estado de Alabama) quede completamente inundado por las aguas del río Blackwater. La familia Caskey, un clan de ricos terratenientes liderado por la implacable matriarca Mary-Love, lucha por hacer frente a los daños causados por la riada. Y es entonces cuando entra en escena Elinor Dammert, una misteriosa joven con ciertos atributos extraordinarios (que permiten a McDowell coquetear por momentos con el realismo mágico) que pondrá patas arriba la vida de Óscar Caskey (hijo de Mary-Love) y de todo el clan. A partir de ahí, las seis entregas van acompañando a la familia durante décadas incluyendo nuevos personajes y despidiendo a otros ofreciendo una especie de culebrón sureño que impedirá a los lectores despegarse de la historia.
El maestro de Stephen King
«El primer comentario de todos los lectores ha sido unánime: ‘qué bien escribe’. Y es que Stephen King no dice de alguien que es ‘su maestro, el escritor más refinado de todos nosotros’ así como así. Se está descubriendo que entre algunos autores de paperbacks de esa época se encontraban grandes plumas, y por eso lo han comparado a Dumas, a García Márquez, a Faulkner, y también a Lovecraft, o por eso es admirado por autores tan refinados como Mariana Enríquez», sentencia Jan Martí. Asegura el editor de Blackie que la curva narrativa de la saga entera, y de cada volumen en sí mismo, está pensada al milímetro. Y no se equivoca. El arranque del primero de los volúmenes (La riada) abre el apetito del lector con un final que deja en ascuas y con ganas de más. El segundo, El dique, quita el hipo con una historia que avanza de manera frenética para llegar a un tercer libro, La casa, simplemente sublime con una trama que se tiñe de negro y que transcurre con el choque de dos matriarcas como telón de fondo. Los siguientes números, La guerra y La fortuna, siguen desentrañando años de andanzas de esta familia para llegar a Lluvia, un final en el que todo cobra sentido.