«Those About to Die», la serie de cuádrigas que recuerda a la Fórmula 1

Alicia G. Arribas MADRID / EFE

CULTURA

Peacock

Roland Emmerich, infalible director de cine de acción y catástrofes, dirige esta inmersión completa en la Roma del siglo I d.C.

09 ago 2024 . Actualizado a las 09:14 h.

Roland Emmerich, infalible director de cine de acción y catástrofes, dirige la serie Those About to Die, una inmersión completa en la Roma del siglo I d.C., que retrata el mundo oscuro de los patricios, en un entorno viciado de apuestas sobre gladiadores y aurigas y con el mítico actor Anthony Hopkins en el papel de Vespasiano.

Those About to Die, creada por Robert Rodat y que se estrena mañana en Prime Vídeo España, está dirigida por este experto en cine de acción y catástrofes (Godzilla, Independence Day), que sumerge al espectador en una antigua Roma que podría ser cualquier ciudad actual, pero lo hace con un montaje endiablado que se aprecia especialmente en unas carreras de cuádrigas que más parecen retransmisiones de Fórmula 1.

La serie, de diez episodios, profundiza en el lado más sórdido de la lucha de gladiadores y las carreras de carros tirados por caballos donde se mezclan entretenimiento, maniobras políticas, apuestas, dinastías romanas y la plebe. La antigua Roma remite irremediablemente al mundo de hoy

«No conozco ningún otro período de la historia que tenga tantos ecos y resonancias con el mundo de hoy», señala Rodat en las notas de producción de la serie.

Aunque fielmente ambientada en el pasado, la ficción «es una lente a través de la cual vemos el presente en términos de violencia, inmigración, género, pobreza, ambición y riqueza», explica el escritor estadounidense.

Those About to Die transcurre en el año 79 en Roma, cuando el anciano emperador Vespasiano (Anthony Hopkins) debe decidir cuál de sus hijos heredará el imperio: Tito (Tom Hughes), un general exitoso, o Domiciano (Jojo Macari), un intrigante vicioso que derrocha dinero en apuestas.

Roma era el centro del Imperio, la ciudad más rica del mundo, pero la plebe se aburría y se volvía cada vez más violenta. Se les contentaba con ‘pan y circo', alimento y entretenimiento gratis, con espectaculares carreras de carruajes y brutales peleas de gladiadores.

«Siempre me ha fascinado el Imperio Romano», afirma Emmerich, intrigado también por el motivo que lleva a la gente a ver cómo otros practican deportes.

La base, el mismo libro que inspiró «Gladiator» en el 2000

De ambas cosas habla el libro de no ficción de Daniel Mannix del mismo título —que ya inspiró hace más de dos décadas la película Gladiator—. Ahí encontró la información que necesitaba sobre la importancia del deporte como negocio en la antigua Roma.

En el capítulo uno, la Roma de Vespasiano (Hopkins) está dominada por cuatro poderosas facciones patricias -los Azules, Rojos, Blancos y Verdes-, que manejan el negocio de las carreras, pero un plebeyo, Tenax (Iwan Rheon), quiere cambiar las normas y tener su propio ‘color'.

Tenax es rico porque el auriga estrella, Scorpus (Dimitri Leonidas) le filtra los ganadores. Tan importantes como sus jinetes, son los equinos, mejor cuidados que las personas; en este escenario, llegan a Roma tres hermanos que vienen de Hispania a vender sus caballos andaluces. Uno de ellos, Andria, se convertirá en el mejor auriga del imperio.

Eneko Sagardoy, «Andria», desvela los secretos del rodaje

Lo interpreta Eneko Sagardoy, actor, productor, director y dramaturgo vasco, y desde ahora, piloto de cuadrigas, que necesitó un mes para convencerse de que podía trabajar en inglés igual que lo hace en español o euskera, su lengua materna, y entender cómo funcionaba ese tipo de rodajes.

«No deja de ser -dice a EFE- un gran parque de atracciones donde la disciplina, la rigidez, la exigencia y la rapidez que se le exige al actor yo no la había sentido nunca».

Sagardoy (Goya por Handía, 2017) desvela que Emmerich, mientras rodaba, tenía junto a él «más de veinte mesas de técnicos de VFX trabajando con una pantalla gigante de LED de 180 grados con todos los efectos que te puedas imaginar. Rodar aquí ha sido como toda mi carrera, pero multiplicado por diez».

«Hay licencias en la serie respecto a la historia, por supuesto, pero lo básico fue así», comenta Sagardoy, de hecho, añade, Emmerich manejaba un sotfware que permite viajar a cualquier lugar de la Roma del siglo I. «Era alucinante, podían entrar en las mazmorras, controlar las horas; ha habido mucho rigor histórico», agrega.

Y revela también que el rodaje, ‘a la antigua usanza', con figuración real, podía involucrar a «500 personas en cada toma».

Estuvo mes y medio entrenando para manejar un carro tirado por cuatro caballos y convertirse en el mejor conductor del Circo Máximo. «Pasé un miedo bloqueante hasta que interioricé que tenía las habilidades necesarias, y de repente, sentí que era un auriga».