El director gijonés Luismi Pantiga lleva su primera película «Flores del Cemento» al Festival de Cine de Buenos Aires
CULTURA
El asturiano ha viajado hasta Argentina para presentar su largometraje de estética «quinqui» rodado en Gijón
13 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El cineasta Luismi Pantiga (1999, Gijón) ya había sido seleccionado en noviembre de 2023 por el Festival de Cine de Gijón con su debut directorial Flores del Cemento, una película «quinqui» ambientada en Gijón que muestra la problemática de las agresiones callejeras. En la actualidad, Pantiga regresa con una verdadera sorpresa: su participación en el BAFICI (Festival de Cine de Buenos Aires), que se desarrolló entre el 17 y el 28 de abril. El asturiano ha cruzado hasta el otro lado del charco para trasladar esta potente historia al país argentino. El cineasta reconoce sentirse absolutamente orgulloso de haber representado a su ciudad de origen en un festival extranjero de semejante magnitud.
«La noticia nos llegó por correo», comenta el director tras explicar la forma en la que su equipo y él descubrieron la selección de Flores de Cemento en el Festival de Cine de Buenos Aires. Pantiga señala que había hecho previamente la inscripción por correo, pero no se esperaba, en absoluto, que la película fuera seleccionada. «Los festivales de cine de Gijón y Buenos Aires tienen buena relación, por lo que el haber estado en el Festival de Gijón nos ayudó bastante», asegura el gijonés, señalando que en el momento de recibir la noticia, comenzaron a preparar el viaje y a buscar alojamiento.
El director no fue el único que tuvo la oportunidad de vivir esta experiencia: «Fuimos la productora, dos de los actores y yo» y resalta que «todo fue muy fluido y natural». «El viaje duró 10 días», destaca Pantiga, recalcando que el sábado, 20 de abril, fue el día en el que el equipo de Flores del Cemento despegó hacia Buenos Aires. La primera toma de contacto reconoce que fue muy buena: «A mi me encanta viajar y nos recibieron muy bien». Respecto a las primeras sensaciones por la ciudad, el asturiano explica que Buenos Aires es una ciudad increíble y cosmopolita que le recordó a Madrid. «Los argentinos son muy abiertos», añade.
Por otro lado, el director no ignora las realidades precarias que se viven en Argentina: «Da pena la pobreza que hay en algunas partes del país, pero nosotros no llegamos a notarla excesivamente», resaltando que esto, tal vez, se deba a que se trata de una «capital». «Las desigualdades puede que se perciban más en otras zonas», concluye.
Con relación a la emisión de la película, Pantiga asegura que hubo un total de tres pases en el Festival: «El primero fue el domingo 21 a las 20.50 horas y hubo otros dos, el lunes 22, a las 14.00 horas y el miércoles 24, a las 16.30 horas». Para el cineasta «ver la película en un país tan lejano fue una experiencia muy impactante». Además, apunta que en Buenos Aires fue la primera vez que pudo ver Flores del Cemento en una sala de cine: «En el Festival de Gijón la vimos en un Teatro». El gijonés admite que uno de los aspectos que más le sorprendió fue lo bien que se veía y se escuchaba la película.
«Yo no sabía que iba a gustar tanto porque pensaba que igual no entenderían ciertas cosas», asegura el asturiano, sin poder esconder la emoción de que muchos se levantasen a aplaudir después del final. «Me dieron la enhorabuena y me hicieron muchas preguntas de aspectos técnicos y detalles concretos de la película», explica, reconociendo que los asistentes del festival son auténticos amantes del cine. Uno de los halagos que más valoró Pantiga fue la comparación que hicieron ciertos críticos de Flores del Cemento con Malas Calles de Martin Scorsese: «Me hizo mucha ilusión». «Es muy satisfactorio que pregunten acerca de elementos que has metido a conciencia, como por ejemplo los cambios de color de los flashbacks a las escenas del presente», concluye.
Respecto a las personas de la industria que pudo conocer, el cineasta resalta la multitud de productores, directores y actores de diferentes países: «Impresiona conocer a artistas del mundo del cine que admiras y charlar con ellos de forma completamente normal». «Yo antes de ir, tenía una especie de miedo o respeto a la exposición de los festivales de cine», pero una vez dentro, el gijonés asegura que desaparece el misticismo que hay alrededor de este tipo de eventos. El director añade que son personas completamente normales: «Al final todos los que asistimos buscamos oportunidades».
Un viaje con aprendizaje incluido
Pantiga se lleva muy buenas sensaciones del viaje, gracias «a la hospitalidad» de los argentinos. «A nivel personal, el mayor aprendizaje es el hecho de llevar mi primera película fuera de mi país y ver el recibimiento tan cálido que ha tenido», apunta. El asturiano apunta que es el reflejo del trabajo bien hecho: «Gracias al Festival de Cine de Buenos Aires, he conseguido confianza en mí mismo y en mi proyecto». Con relación a la huella que consiguió dejar Flores del Cemento en la capital argentina, el cineasta señala que había espectadores que no conocían Gijón y que gracias a la película, se interesaron acerca de la ciudad: «Esto significa que mi trabajo no se queda en un localismo, sino que pasa a ser algo externo también».
A pesar de esto, el asturiano reconoce que el proceso hasta conseguir seguridad en él, no ha sido, precisamente, un camino de rosas. «Tengo mucho síndrome del impostor y todavía sigo sintiendo muchas inseguridades», admite, pero, con orgullo, explica que en este festival pudo disfrutar de ver su película. «Antes la veía desde una perspectiva muy crítica como director y allí, por fin, la pude valorar de verdad», agrega emocionado.
Por otro lado, el cineasta apunta que fue una suerte poder asistir con parte del equipo de Flores del Cemento a Buenos Aires: «Al fin y al cabo, son mis amigos y es un viaje con personas que quiero donde vamos a compartir los logros». Sin ningún tipo de duda, el gijonés comenta que es una experiencia que repetiría mil veces.
«Yo no estaba nominado a ningún premio», aclara Pantiga tras resaltar que Flores del Cemento, al entrar en la categoría de Óperas Primas, no formaba parte de la competición oficial. Sin embargo, las categorías que sí competían eran las de Mejor Película Argentina, Mejor Película Internacional, Mejor Película de Drama o Mejor Película LGTBIQ. A colación de esto, el director asegura que «en algunos festivales, como el de Buenos Aires o el de Gijón, los debuts directoriales no suelen entrar en las competencias oficiales».
Con relación a las principales diferencias entre el Festival de Gijón y el de Buenos Aires, el gijonés explica que el Festival de Buenos Aires tiene más salas, más gente y es mucho más grande. Aun así, el cineasta lo tiene claro y apunta que en la organización prefiere el de Gijón: «Tienes más claro por dónde moverte». «Allí es un poco más caótico», apunta, sin desprestigiar en absoluto el funcionamiento del festival de la capital argentina: «No está mal organizado, sino que, simplemente, tiene un tamaño mayor».
El director asturiano agradece haber tenido la oportunidad de ver películas de todo tipo en el BAFICI, pero admite que le hubiera gustado ver muchas más: «Entre las charlas, los eventos y hacer turismo, no vimos todas las que hubiéramos querido». Por ello, Pantiga menciona el lujo de poder asistir al festival como creador, pero también como espectador y destaca Vrutos, como una de sus películas favoritas del festival: «Es una película argentina grabada en blanco y negro con un un argumento y una estética que me recordó un poco a Flores del Cemento». A su vez, aprovecha para reivindicar la importancia de los festivales de cine independiente que apoyen las películas de autor.
Futuro
«Estoy combinando varios proyectos, pero puedo decir que ahora mismo estoy escribiendo un guion», apunta el cineasta tras hablar de su proyección a futuro. El asturiano prefiere no revelar mucho acerca de la trama de su próxima película y solo señala que la historia «girará en torno a los maquis en Asturias, después de la Guerra Civil». «La trama se centrará más en un personaje concreto», añade. Otros de los aspectos que menciona es que las localizaciones y el color que va utilizar unidos a la estética y a los valores que quiere transmitir están inspirados en otras películas y obras artísticas .
Por otro lado, el director apunta, con ilusión, que contará con su hermano, de nuevo, para llevar a cabo el proyecto y asegura que, de momento, no cogerá ningún papel protagonista para poder centrarse más en su trabajo de director: «En todo caso haría un papel más secundario». «Ahora me siento más preparado y seguro para realizar los trabajos futuros», admite, reconociendo que con la experiencia de su primera película, sabe mejor dónde rodar y qué pasos seguir.
Respecto al proceso creativo, Pantiga explica que cambia en función de la situación y de las referencias: «Suelo hacer un esquema general con la estructura que va a seguir la película y añado anotaciones acerca de la evolución de los personajes». Además, el gijonés apunta que al inspirarse mucho en el cine, se le van ocurriendo «escenas sueltas y localizaciones» que quiere que aparezcan.
Para concluir, el director recomienda las últimas películas y series que ha visto recientemente: «La última película que vi fue Civil War y me impactó mucho la forma en la que se retrata la realidad de los reporteros de guerra». Respecto a series, destaca Breaking Bad, The Pacific y Band of Brothers.
En definitiva, Luismi Pantiga ha vuelto demostrar que su pasión por el cine no tiene fronteras, consiguiendo llevar por bandera su respeto hacia Gijón y la cultura «quinqui» a un país tan importante para el cine como es Argentina. Esto sumado a poder reflejar su protesta hacia la problemática, cada vez más acuciante, de las agresiones callejeras mediante la gran pantalla lo hace todo aún más trascendental . Por último, el hecho de que todos estos elementos hayan visto la luz en un ámbito cultural y artístico de carácter internacional no es más que una señal evidente de la enorme calidad que existe entre las obras de los artistas jóvenes en la actualidad, como es el caso de este talentoso director de cine.