La obra del escritor estadounidense mantiene intactas sus reivindicaciones civiles, cien años después de su nacimiento. En este 2024 se han reeditado algunas de ellas
07 abr 2024 . Actualizado a las 10:12 h.La buena literatura se caracteriza por mantenerse intacta en el tiempo, como ocurre con los textos de James Baldwin, en los que sorprende descubrir que fueron escritos hace más de setenta años. Llama también la atención cómo los temas de los que escribía también se han mantenido inalterados a pesar del paso de los años: el racismo, la segregación, la homosexualidad, la desigualdad, el miedo... Ese que él no tuvo.
Baldwin nació en Nueva York en 1924 y murió en Saint Paul de Vence (Francia) en 1987. Novelista, dramaturgo, ensayista, poeta y activista por los derechos civiles estadounidenses, fue innovador al explorar los temas raciales, sexuales y sociales en sus obras, en las que escribía con naturalidad, delicadeza y crudeza de temas como la religión, el racismo o la homosexualidad en los Estados Unidos de mediados del siglo XX. Temas que en el año de su centenario se escriben y se leen con naturalidad, pero que en aquella época no dejaban indiferente a nadie. Cuando presentó por primera vez a su editor el manuscrito de El cuarto de Giovanni, este no solo lo rechazó, sino que le aconsejó quemarlo.
Ambientada en el mundo bohemio de París de los años cincuenta, la novela narra el despertar de un hombre joven ante su verdadera naturaleza homosexual. Publicada en el año 1956, provocó un gran escándalo entre la sociedad estadounidense y rompió más de un tabú: porque Baldwin no solo escribió sobre la homosexualidad, sino que era un autor negro el que se atrevía a escribir una novela sobre el amor entre dos hombres blancos. De haber sido quemada, no se habría convertido en lo que es hoy, considerada una de las principales obras de culto de la literatura queer. Y es uno de los textos que se acaba de reeditar en español con motivo de la celebración del centenario de su autor; lo ha hecho la editorial Sexto Piso.
Aunque este año se le está recordando especialmente, James Baldwin ha reaparecido con fuerza en la última década como icono precursor del movimiento antirracista Black Lives Matter. En el 2016 se estrenó el documental No soy tu negro, basado en sus anotaciones sobre Martin Luther King, Malcolm X y Medgar Evers. Su figura se une a la de estos iconos como referencia por los derechos civiles.
Hijo mayor de una familia de nueve niños, tomó el apellido de su padrastro, pero sufrió siempre el estigma de ser hijo ilegítimo de padre desconocido. En la adolescencia se refugió en la iglesia de su barrio, donde empezó a deslumbrar por sus dotes de improvisación. Con 24 años se trasladó a Francia en busca de su identidad, intentando crecer como artista y alejarse de las heridas producidas por el racismo. Volvió reforzado nueve años después.
De esa época son los dos ensayos que ha reeditado en el 2024 Capitán Swing bajo el nombre de La próxima vez el fuego, que suponen una conmovedora e íntima reflexión sobre la naturaleza de la raza y la nación estadounidense. En el primero, Tembló mi celda. Carta a mi sobrino en el centésimo aniversario de la emancipación, Baldwin ofrece consejos llenos de cariño sobre lo que significa ser negro en Estados Unidos e intenta explicar la retorcida lógica del racismo. En A los pies de la cruz. Carta desde una región de mi mente, relata su viaje espiritual en torno a Dios: desde la crisis religiosa que sufrió a los 14 años, hasta su encuentro con Elijah Muhammad, líder de la Nación del Islam.