Los asturianos que contribuyeron al éxito de «La sociedad de la nieve»: «Fue un orgullo formar parte de algo tan grande»
CULTURA
Adrián Castañeda, ayudante de producción, y Susana Campos, optometrista, recuerdan tras el triunfo de la película de J.A. Bayona en los Goya cómo fue el rodaje de una película «gigante»: «Salió adelante porque había el mejor equipo del mundo y los premios son el reconocimiento al trabajo que hicimos»
23 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Para alguien de un pueblo de Asturias que soñaba estar en rodajes de cine, fue un orgullo formar parte de algo así». Quien dice esto es Adrián Castañeda, langreano y quien fuera ayudante de producción «durante 15 meses de mi vida» en La sociedad de la nieve, la película dirigida por J. A. Bayona que obtenía recientemente 12 de los 13 premios a los que optaba en los Goya y que está nominada doblemente a los premios Óscar, y todo por la forma en que ha contado la historia del equipo de rugby uruguayo cuyo avión se estrelló en los Andes en 1972 y como 16 de los pasajeros sobrevivieron 72 días en condiciones extremas tras habérseles dado por muertos.
Esa sensación de orgullo la comparte también Susana Campos, una lenense de nacimiento que ahora reside en Oviedo y tiene dos ópticas en Pola de Laviana y Cangas de Onís. Ella fue la optometrista de la película, es decir, la encargada de poner las lentillas esclerales (unas lentillas especiales que ocupan todo el tamaño del ojo) a los actores con las que se lograba simular los derrames en los ojos que habrían sufrido los pasajeros tras el accidente o las quemaduras de los ojos por el reflejo del sol en la nieve. «Mola mucho sentir que formas parte de algo tan grande», señala Susana Campos, que en el caso de este rodaje destaca que «verlos trabajar era magia».
Ella llegó al rodaje de La sociedad de la nieve de la mano de Adrián Castañeda, a quien conoce desde hace tiempo por ser vecinos de negocio en Pola de Laviana y con el que ya ha colaborado en otros dos rodajes realizados en Asturias, como fueron la película El secreto de Marrowbone y la serie Alma, ambas del director Sergio G. Sánchez. En este caso, el rodaje de ‘La sociedad de la nieve’ le supuso el reto de tener que trasladarse en dos ocasiones durante el 2022, una vez a Granada y otra a Madrid, durante una semana. «Cuando me lo planteó Adrián hace ahora dos años, vi complicado lo de irme a Granada. Aquí tengo familia y trabajo: casa, hijos y dos ópticas que atender», explica Susana Campos, que le ayudó a contactar con el Colegio de Ópticos de Andalucía. «Pero, por las razones que fuera, aquello no cuajó y un día me llamó y me dijo: tienes que venirte», recuerda la misma.
Encargado de la intendencia del rodaje
Adrián Castañeda, como ayudante de producción que fue, era el encargado «de ir cubriendo todas las necesidades del rodaje», es decir, de toda la intendencia que pudiera hacer falta desde antes de comenzar el rodaje hasta después de que concluye: «llego antes para ir abriendo camino y me voy después cerrando ese camino», comenta Adrián, que señala que cuando en el rodaje dijeron que «se necesitaba un optometrista en set», no dudo en llamar a Susana para que ella fuera la encargada de hacer un trabajo tan delicado como colocar esas lentillas esclerales a los actores a los actores argentinos Agustín Pardellas (Nando Parrado en la película), Esteban Bigliardi (Javier Methol) y Alfonsina Carrocio (Susy Parrado).
«La sociedad de la nieve fue una bestialidad por las características del rodaje. Es un película gigante, contaba con mucho presupuesto y se rodó de una manera muy real y muy respetuosa, así que todo eso junto, lo pone muy difícil», cuenta Adrián Castañeda, que también indica que «conseguir un equipo guay también es muy complicado cuando hay muchas producciones en marcha». Sin embargo, a su entender, en el rodaje de La sociedad de la nieve se consiguió y «hubo un equipo unido, como los pasajeros de aquel vuelo en la montaña», aunque no oculta que «hubo días duros» por las circunstancias en las que se estaba llevando a cabo el rodaje. Así, considera que los 12 premios Goya que ha obtenido la película y las dos nominaciones a los Óscar suponen «un subidón» y «el reconocimiento al trabajo que hicimos todos, al trabajo de tantos departamentos que formamos una cadena y que hizo que todo quedara bien encajado».
Por tanto, no duda en decir que «fue una película que salió por compañerismo, porque es una película brutal de necesidades, pero salió porque había el mejor equipo del mundo, un equipo genial que remaba a favor y todo fluía». Teniendo en cuenta que participar en un rodaje así fue «una aventura nueva» pese a la experiencia de Adrián Castañeda, que confiesa que «me da orgullo haber participado en La sociedad de la nieve», una cinta que para él supone el «concepto de magia» porque su director, J. A. Bayona, «es un genio y tiene clarísimo lo que hay que hacer» y porque la película logró captar y aunar el interés de públicos de todas las edades. Respecto al rodaje, apostilla que «fue muy largo», realizado entre Sierra Nevada (Granada) y Madrid, pero «contado desde el respeto máximo y absoluto».
Y en ese rodaje ha quedado la huella asturiana. Y es que Adrián Castañeda, como ayudante de producción, no dudó en «barrer para casa» a la hora de conseguir lo que el rodaje requería. Igual que llamó a Susana Campos como optometrista, llegó a conseguir maquinaria para el accidente en empresas de la región, en concreto en EmeRent, empresa del polígono de Riaño; las líneas de telefonía, en una tienda de La Felguera; o las sudaderas y gorras en el estudio creativo Burlesk, de Pola de Laviana. «Yo pido presupuestos y si encaja que lo pueda conseguir en Asturias, barro para casa».
«La gente se entregó»
La certeza de que La sociedad de la nieve tuvo un gran equipo humano también la destaca la optometrista Susana Campos, que señala que al igual que «Bayona es Bayona, meticuloso y perfeccionista con el que no había margen de error y ha contado la historia de una forma excepcional», el resto del equipo aportó el máximo. «La gente se entregó y se trabajaban muchas horas, pero fue brutal y, por tanto, es merecido que hayan conseguido tantos Goyas», elogia Susana, que tras ver el nivel del rodaje de esta película, reconoce que «me sentí muy valorada cuando me dijeron que me necesitaban». Recuerda cuando la llamó Adrián Castañeda y le dijo: «Necesito que vengas. La dirección de producción dice que tienes que venir tú sí o sí».
«Me sentí brutal», apostilla la optometrista, que advierte que «si por aquel entonces estaba contenta porque era toda una experiencia, ahora lo estoy más». Y es que algo que apunta es que «cuando me fui a estudiar óptica no me imaginaba algo así, que fuera a colaborar en el mundo del cine».
Además, Susana Campos cuenta que también sintió que hacía bien su trabajo con los actores porque si bien el tema de las lentillas era delicado porque puede resultar molesto cuando se las colocaba o cuando se las quitaba porque ocupan todo el tamaño del ojo, con ella se sentían relajados y cómodos. «Al principio no querían lentillas y cuando llegué y empecé a ponerlas yo, se sintieron muy tranquilos», comenta la misma, que considera muy importante aportarles tranquilidad.
Además, Susana se encargó de formar a tres personas para realizar esa tarea en los momentos de rodaje en los que ella no estuviera, ya que no se trataba sólo de ponerlas y quitarlas a los actores, sino que unas lentillas tan delicadas hay que saber manejarlas y conservarlas con los líquidos adecuados para que no se deterioren. «Se trata de unas lentillas que están echas a medida para el ojo de cada persona, son súper caras y en este caso había otras de repuesto por si se rompían. Son lentillas pintadas con las que no se puede utilizar cualquier líquido y se guardaban en un sitio aparte», desvela sobre el trabajo que realizó para La sociedad de la nieve.
«Hice muy poco pero siento un orgullo muy grande de haber formado parte de esa cadena», concluye la optometrista Susana Campos, que también se ha sentido muy considerada al ver su nombre en los títulos de crédito de la película. Para Adrián Castañeda, un momento importante de reconocimiento fue cuando la directora de producción, Margarita Huguet, dijo tras recibir el Goya que ganó a la Mejor Dirección de Producción: «Va por todos vosotros, ratones de la nieve», en referencia al equipo que había convertido «lo imposible en posible».