«Napoleón» de Ridley Scott apela al cine grandioso envuelto en la polémica
CULTURA
Mañana llega a las salas la película que revisa el mito del emperador francés
23 nov 2023 . Actualizado a las 13:17 h.El año de Barbie y Oppenheimer tenía el tramo final reservado para la que puede ser la gran película del 2023. Napoleón, de Ridley Scott, desembarcará mañana en los cines con el aura de filme definitivo, grandioso y también polémico. Esta visión sobre el militar y político francés llega con trazo majestuoso y un despliegue de medios digno de las grandes producciones que revisan períodos bélicos. Y como suele ocurrir en estos casos, con una mezcla de errores históricos y licencias de autor para hacer más atractiva la trama que ha atraído a los estudiosos de la figura de Napoleón a poner sus quejas cuestionando la obra.
Solamente con el tráiler, de poco más de dos minutos de duración, ya se han destapado varias objeciones por la falta de rigor. En él se puede ver una escena de la llamada Batalla de las Pirámides en la que Napoleón dispara contra las construcciones egipcias, algo que los historiadores dicen que nunca ocurrió. Otro gazapo señalado es la longitud del cabello de María Antonieta al morir guillotinada. En el filme sale largo, cuando en ese momento lo tenía corto. Frente a ello, el director ya se ha apresurado a decir que su película no es un documental. Joaquin Phoenix se pronunció en la misma línea, indicando que esta es la visión del director y no un libro de historia.
Precisamente es la interpretación de este una de las notas comunes de las críticas surgidas estos días en los medios estadounidenses, que lo colocan como un claro favorito al Óscar. Calificado como deslumbrante, su trabajo capta la parte megalómana exterior y su intimidad más mundana. No es la primera vez que el actor se mete en el cuerpo de personajes históricos, puesto que en Gladiator, también de Ridley Scott, dio vida al emperador romano Cómodo. En declaraciones a Efe, admitió haberle dicho sí a Scott sin haber reflexionado mucho en lo que suponía: «Acababa de tener un hijo, estábamos en pleno covid y no sabía muy bien qué estaba pasando». Luego, le tocó meterse en la compleja psicología del mito. Admitió sentirse agobiado por ello.
Uno de los materiales que usó para el estudio de Napoleón fueron sus cartas con su amada Josefina de Beauharnais. «Creo que había una conexión profunda y real entre ellos —declaró el actor—. Los discursos de su divorcio [que acordaron al no poder tener un hijo juntos] son sobrecogedores, tan hermosos; no conozco a nadie que en su divorcio se haya dicho cosas tan bonitas». El papel de su amada lo asumió la británica Vanessa Kirby, otro trabajo sobre el que están lloviendo elogios por la brillantez.
Retrato grandioso y violento
El filme, que supera las dos horas y media de duración (se habla de un montaje previo que se extendía hasta cuatro), se ha definido como el épico retrato de una época y una ambición conveniente regado de violencia y sexo. Sin embargo, en Francia obtuvo alguna crítica ácida, que enfureció a Scott. El diario Le Figaro, por ejemplo, publicó un artículo titulado Barbie y Ken en el imperio. Otros medios galos la han calificado de artificiosa y poco natural. Ante ello, el director dijo: «Los franceses no se gustan ni a ellos mismos».
En España el recibimiento ha sido más caluroso. Esta semana tuvo lugar el preestreno del filme en Madrid. Ridley Scott y Joaquin Phoenix aprovecharon su estancia para visitar el Museo del Prado y contemplar la obra de Goya. Pese a que el filme no refleja la invasión napoleónica de España, ellos quisieron ver las principales obras de Goya que retratan la época marcada por el emperador francés, tal y como indicaron desde el propio museo. El recorrido empezó en Las meninas y la sala 12 y continuó con la visita de la Familia de Carlos IV, las Majas y la Marquesa de Santa Cruz. Se detuvieron especialmente en la contemplación de las Pinturas negras, como el Saturno y el Duelo a garrotazos, y en las obras del 2 y 3 de mayo.