Cinco motivos por los que «Drácula» aún nos sigue fascinando

CULTURA

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Tres siglos después de su publicación, la leyenda del vampiro de Bram Stoker continúa atrayendo a lectores de todas las edades

31 oct 2023 . Actualizado a las 19:36 h.

Cuando pensamos en la palabra vampiro es inevitable acordarse del conde Drácula, mítico personaje creado en 1897 por el irlandés Bram Stoker durante la época victoriana. Él fue el encargado de tejer la gran leyenda del vampiro, que, a día de hoy, continúa viva en todo el mundo, y ha dado pie a la creación de nuevas versiones del mito más modernas y adaptadas a nuestros tiempos. Las páginas de Drácula ocultan un secreto, que tres siglos después continúa enganchando por primera vez a miles de lectores, al nivel de lo que cosecha entre los jóvenes la saga Crepúsculo, de Stephenie Meyer.

Estas son las razones que convierten Drácula en una obra maestra inmortal de terror, surcando océanos de tiempo.

1. Inspirado en alguien real

Aunque de primeras la historia parece ficción, tiene un gran componente de realidad. La figura del conde está basada en Vlad III, príncipe de Valaquia entre 1431 y 1476 —lo que actualmente es la mitad sur de Rumanía—. Bram Stoker se inspiró para crear a su vampiro en este personaje de la realeza, quien, según los historiadores, era conocido por su costumbre de empalar a sus prisioneros. Una figura curiosa. Según los historiadores, su padre se llamaba Vlad II Dracul Eupraxia de Moldavia, que significa «dragón» y «diablo», porque pertenecía a la Orden del Dragón, que luchó contra la invasión del Imperio Otomano en Rumanía. En 1442, Vlad III y su hermano menor fueron secuestrados como rehenes políticos y entregados al sultán Murad II, para garantizar que su padre permaneciera leal a los otomanos durante la guerra con Hungría. Se dice que Vlad III no llevó nada bien este cautiverio y que, durante ese tiempo, se volvió un personaje sanguinario. También que podría haber aprendido allí el arte del empalamiento. Además, algunos críticos sostienen que la personalidad del conde bebe mucho de la de Henry Irving, jefe de Bram Stoker durante casi 30 años y propietario del Lyceum Theatre de Londres.

2. En cartas y diarios

Conocemos la historia de los personajes de la novela de Stoker a través de las páginas del diario del abogado Jonathan Harker —encargado de concretar los trámites legales de venta de la nueva propiedad del conde Drácula en Inglaterra, que para lograr su tarea emprende un viaje hacia Transilvania—, del diario personal y de las cartas de su prometida, Mina Murray, a su amiga Lucy Westenra. Y también del diario de ella y de su admirador, el doctor Seward. Lo original es que en ningún momento se conoce el punto de vista del conde. El lector solamente puede hacerse una idea por los escritos de los protagonistas de la historia.

3. Conexión con Frankenstein

En la obra de Mary Shelley, el científico fracasa a la hora de proteger a su esposa, Elizabeth, del ataque destructor de su monstruosa creación en su noche de bodas. De la misma forma que los hombres de Drácula, Jonathan y el doctor Seward, ven frustrados sus intentos de defender del vampiro a sus chicas Mina y Lucy. Ambas novelas comparten el afán por querer acabar con el ser sobrenatural para evitar poner en riesgo la supervivencia de la humanidad.

4. Deseo sexual frustrado

El terror que flota en la atmósfera de la novela de Bram Stoker no es otro que el miedo masculino, mezclado con los deseos sexuales de sus hombres protagonistas. El relato, cuidadosamente pausado, de un temido encuentro sexual iba dirigido, sobre todo, a un público masculino. Esta no es más que otra de las numerosas obras que se podían encontrar destinadas al mercado pornográfico victoriano, que, sin duda, refleja el machismo dominante en el siglo XIX, según apuntan varias historiadores estudiosos de la época.

5. Historia con mucho juego

Drácula ha sido llevada a la gran pantalla en varias películas de la mano de diferentes directores a lo largo del tiempo. De hecho, fueron las adaptaciones cinematográficas las que le dieron impulso a la novela. En ellas, siempre se ha apostado por brindar al conde un atractivo sexual que convierte al perverso personaje en un galán seductor chupasangre. Las más recientes son la miniserie de Netflix, del mismo nombre, y la película Drácula: mar de sangre, que adapta el capítulo «El diario del capitán». La historia se desarrolla a bordo de la embarcación rusa Demeter, que fue contratada para transportar una carga privada compuesta de 24 cajas de madera sin marcar, desde Carpatia hacia Londres.