El filme que narra una crónica familiar en el Chile de los 60 inaugura el festival de Valladolid que reivindica el cine de autor
22 oct 2023 . Actualizado a las 09:35 h.Qué mejor abrir la sección oficial con la premiére europea de (aunque fuera de concurso) de ese homenaje al cine como evocador de historias, que es La contadora de películas [estreno en España: 27 de octubre] de la directora danesa Lone Scherfig, en un guion compartido por Rafa Ruso, Walter Salles e Isabel Coixet sobre la novela homónima Hernán Rivera Letelier, con Sara Becker, Antonio de la Torre (ambos presentes en la rueda de prensa de ayer), Bérénice Bejo y Daniel Brühl.
Combinando drama y comedia, es una crónica familiar que arranca en el Chile rural de los años 60, usando como hilo conductor a una cría de cine dotada con un don especial para contar películas a los demás, mientras se recorre la historia del país, pinochetazo incluido.
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Una Seminci que reivindica «el cine de autor, sí, pero el cine de autor para todos», según su nuevo director José Luis Cienfuegos, que en su saludo de cortesía a prensa e invitados recuerda que «a lo largo de los últimos seis meses, nos hemos esforzado en sacar adelante un festival transversal, que dé voz a cineastas y públicos, y reafirme Valladolid como casa común del cine de autor en España».
Si en ese espacio de tiempo fueron capaces de levantar una edición que punta muy bien, lo es también por la experiencia de un gran equipo. A juzgar el buen cine programado (188 películas y 348 proyecciones en ocho días) nos faltará bicarbonato para evitar el empacho a la crítica acreditada, que no daremos abasto, carreras de fondo también. Añádase la marea de actividades que incluyen encuentros entre creadores y público en presentaciones, coloquios, mesas y diálogos, hasta superar un centenar de actos dirigidos a espectadores y profesionales. De eso se trata, de una fiesta del cine y por lo previsto, así deberá ser.
La experta mano de Cienfuegos, que antes dirigió los festivales de Gijón (1995-2011) y Sevilla (2012-2022), empieza a notarse en pequeños detalles con voluntad didáctica y respondiendo a su modelo de programación de «un todo orgánico y homogéneo, [y así] (...) no como apartados secundarios o paralelos, sino como raíces que se entrelazan entre sí».
A eso responde que en el libro oficial, varios críticos comentan en bloques previos los filmes de cada sección, la creación de otras nuevas: Alquimias (con historias diversas que ahondan en la esencia del ser humano), junto a Memoria y Utopía, que presentan como «apartado reivindicativo del patrimonio fílmico entre joyas recuperadas, inéditas y rompedoras», y aquí estará el documental La primera mirada, del crítico Luis E. Parés sobre la primera escuela de cine en España, el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), fundada por el mindoniense Victoriano López García en 1947 y varios profesores gallegos en su claustro. Con alumnos como Berlanga, Bardem y Saura, en sus primeras promociones. Se recuperan prácticas fílmicas de los futuros cineastas, restauradas por Filmoteca Española.
También cobra importancia la presencia de la red Europa Cinemas, además de otras iniciativas que buscan ampliar el horizonte de distribución de películas y potenciar la producción. La Academia del Cine Europeo celebrará en Valladolid la reunión anual de su Comité Ejecutivo y además recibirá una Espiga de Honor «en reconocimiento a su apoyo a la producción independiente», que recogió en la gala de apertura, su presidenta la cineasta polaca Agnieszka Holland, que compite en la sección oficial con Green border [sin fecha de estreno en España].
Numeroso cargos institucionales españoles y europeos se pasarán por la Seminci para reforzar una apuesta con toda la pinta de ser una de las paredes maestras de la Seminci del futuro según Cienfuegos, sin excluir las propuestas locales como la sección Castilla y León. Largometrajes que hoy exhibirá el documental Rioja, la tierra de los mil vinos de José Luis López-Linares.