Rodrigo Caamaño, de Triángulo de Amor Bizarro: «Cada disco que haces es como empezar de cero»
CULTURA
![Isabel Cea, Rodrigo Caamaño, Rafa Mallo y Zippo, integrantes del grupo Triángulo de Amor Bizarro](https://img.lavdg.com/sc/3nUu9lRdfIZw2E2EhPtmKDrrCcM=/480x/2023/10/19/00121697718143509753413/Foto/ddsssd.jpg)
El grupo indie de origen gallego estará hoy en Gijón para presentar al público asturiano SED, su última composición, a las 21.00 horas en la sala Acapulco
20 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El grupo gallego Triángulo de Amor Bizarro lleva casi veinte años pisando los escenarios y ha conseguido hacerse uno de los grupos de referencia dentro del género indie español. Siguen siendo independientes y funcionando a su rollo, pero esto no les ha evitado triunfar y ser uno de los grupos que más suenan y que seguro has bailado tomándote una copa o en uno de esos muchos festivales a los que has ido este verano. Hablamos con Rodrigo Caamaño, su compositor, cantante y guitarrista por su próximo concierto en Gijón, el viernes 20, a las 21.00 horas en la sala Acapulco, para presentar SED.
—En este disco SED tratáis sobre el éxito y la fama y todo lo que ello acarrea desde un punto crítico, sarcástico y hasta autobiográfico.
—Es un disco cuyas letras tienen un nexo narrativo, contando historias de personajes un poco diabólicos y malvados en relación con esos temas que has dicho. Pero es imposible no vernos identificados, no podemos pasar por encima de nuestras vivencias en la música, con sus cosas buenas y las malas.
—Hay una temática común, lanzáis un mensaje, pero se aprecian estilos muy diferentes.
—Al tener esta temática conjunta nos permite experimentar más y salirnos de un solo estilo. Forzamos los extremos, no nos importa tanto el sonar igual. Experimentamos y logramos que cada tema suene como diferentes estados dentro de unos personajes parecidos.
—¿Qué influencias habéis tenido a la hora de componer y cómo ha sido el proceso?
—Es un disco que nos apareció gracias a material que teníamos ya hecho. Compusimos durante la gira del anterior disco sin necesidad de generar uno nuevo, por el mero hecho de seguir haciendo canciones. Nos juntamos con mucho material y al terminar nos pusimos a revisarlo, y caímos en la cuenta que varias de esas canciones compartían una temática: un disco nos saltó a la cara.
—Doce canciones han sido las elegidas para el álbum. ¿Os habéis dejado muchas en la recámara?
—Además de buscar esa narración queríamos que no se solapase un tema con otro. Y la selección era obvia, tendríamos que saltar a un disco doble y eso no nos apetecía. Mira, llevamos muchos años, tenemos mucho material, cada vez nos cuesta más seleccionar para los conciertos, así que eso también influyó. Ese trabajo está ahí y puede que volvamos a él o no, ya veremos.
—¿Sacar un disco ahora, en la época de los singles, no es algo atrevido, una rareza?
—Sí, pero también se están convirtiendo en una rareza las bandas con sellos propios. El disco y la banda van muy unidos, porque es un sonido, una homogeneidad, que se plasma en directo y cambia según evoluciona el grupo y se ve reflejado en las canciones.
—El disco salió antes del verano. ¿Qué tal ha sido la acogida?
—Lo estamos viendo ahora, acabamos de empezar nuestra gira. En verano han sido todo festivales. Pero lo que nos llega todo es positivo, así que por el momento estamos contentos, aunque expectantes y con ganas de ver más reacciones.
—¿Preferís tocar en festivales o salas?
—Son diferentes. No es lo mismo tocar para un público más pequeño y a favor que hacerlo para una gran multitud que quizá está ahí por otro o simplemente por el festival y la fiesta. Tocar para los fans está bien, pero es peligroso, muestra una imagen equivocada y confusa de lo que estamos haciendo. El aburguesamiento para los grupos es malo, en un festival siempre uno está un poco desubicado, lo que permite ver una imagen más global y certera del trabajo y llegar a más gente.
—Estáis cerca de cumplir veinte años y lleváis seis discos de estudio, sin embargo, con este disco habláis de un nuevo inicio.
—Este es el primer disco que grabamos en nuestro propio estudio, en Boiro, y por eso esto de reiniciar y así. Esto nos ha permitido ser más eclécticos, divagar más, y tener más libertad y frescura. Grabamos desde los orígenes, donde estábamos cómodos, se puede ver en el resultado, conseguimos sonar y transmitir como queríamos.
—¿Después de tantos años siguen presentes los nervios y las dudas o ya está todo controlado?
—Cada disco que haces es como empezar de cero, así que control poco. Si tienes todo amarrado es que estás haciendo siempre lo mismo, algo falla. Lo importante es conseguir que, pese a los años, las canciones lleguen y transmitan algo.
—¿Qué es el éxito para Rodrigo Caamaño?
—Es algo difícil de explicar, porque lo que para uno significa el éxito no lo es para otro. Es algo muy personal y exclusivo de cada persona y en cada momento. En la música está todo tan mercantilizado que te exigen a que el éxito sea sacar la canción del verano y ser súper famoso, pero muchas veces esto no es bueno para los que lo consiguen. Para mí lo que hemos logrado es un éxito: seguimos sacando discos, vivimos de esto y nos escucha la gente. Cuando empezamos la expectativa era cero y hemos llegado hasta aquí. El éxito es permanecer.
—De Boiro al mundo. ¿Es difícil labrarse una carrera desde la periferia?
—En Madrid y Barcelona puede haber más facilidades, pero no es todo tan bonito como lo venden. Nosotros decidimos ubicarnos aquí, en Boiro, en la ría de Arousa, con la familia y los amigos cerca. Es un sitio alucinante, tenemos nuestro estudio, que compensa con las distancias y algunos sinsabores. Me gusta vivir donde vivo y estoy a gusto, no pido más. Está claro que es factible hacer aquí un proyecto, nosotros llevamos años haciéndolo, y no nos vamos a mover.
—¿Cómo ve el futuro de la música en España?
—Estamos en un limbo, en una época complicada, muchos proyectos no llegan ni a ser sostenibles. El sistema de plataformas no permite que la propia producción musical sea autosostenible, esto provoca abaratamiento de costes, que la grabación profesional se complique y que se tienda a prescindir de los músicos y se acorten o desaparezcan las bandas. Es una pérdida para la música y su calidad, es una pérdida para todos.
—¿Qué podrán disfrutar los que vayan a Gijón a verles?
—Va a ser un concierto largo, donde, además de las canciones de SED vamos a repasar otras muchas de nuestra carrera y sonará alguna menos común. Será algo especial, algo muy guay. Hacía unos años que no íbamos a Gijón y tenemos muchas ganas.