Hornby afila su prosa para descuartizar en diez partes el matrimonio de hoy. «El estado de la unión» da en el clavo en libro y en serie
01 sep 2023 . Actualizado a las 09:11 h.Muy corto. Es la única pega que puedo ponerle a la nueva genialidad del escritor británico Nick Hornby. En 112 páginas disecciona la relación de pareja de Tom y Louise a través de conversaciones llenas de ingenio, humor y dolor. Tal vez ya has visto la serie. No importa. Haz el viaje de vuelta al papel, no te arrepentirás.
El estado de la unión no es una novela al uso, sus páginas solo contienen los incisivos diálogos que la pareja en crisis mantiene en un bar justo antes de entrar a su sesión semanal con la psicóloga encargada de su terapia. Son los mismos cruces afilados de palabras a los que los actores Rosamund Pike y Chris O’Dowd dan voz y vida en la primera temporada de la serie que puedes disfrutar en HBO bajo la dirección de Stephen Frears. Un formato de episodios de 10 minutos (parece que ser lo más breve posible es la nueva tendencia de mercado audiovisual), desarrollados en tiempo real, que nos tienta a devorarlos de una sentada. No lo hagas. El propio Frears advierte que están pensados para consumir de dos en dos. A ver si puedes contenerte. Te reto.
Con el libro te pasará lo mismo. Son apenas dos horas de disfrute que te dejarán insatisfecho. Demasiado poco. Termínalo y vuélvelo a empezar para prolongar el placer. Es un consejo.
Cuando te cuelas en las conversaciones privadas de Tom y Louise los sientes muy cercanos. Los conoces, son nuestros amigos, incluso puede ser que seamos nosotros mismos. Sus intercambios divertidos, inteligentes y también amargos nos emocionan, nos hacen sonreír. Sentimos pena por esta pareja que lucha por sacar a flote una relación en estado de coma. Tom es un crítico de rock desempleado desde hace tiempo que encarna la tan extendida crisis de la masculinidad y Louise, una médica gerontóloga de éxito, es la viva imagen del desencanto. Rondan los 40, llevan casados 15 años, tienen dos hijos y una hipoteca... y parece que lo único que comparten son los crucigramas y Juego de tronos.
Hornby, que escribe sobre el matrimonio de Tom y Louise como si este fuera un personaje más de la novela, nos revela que la relación entre los dos está fuera de su control. Pequeños malentendidos y complicaciones diarias se han ido sumando a un malestar cotidiano que acaba desembocando en una infidelidad de Louise. Y Tom, que también tiene mucho de lo que culparse, ha abandonado la casa familiar.
Con ironía y humor, a veces con amargura, otras con cariño, Tom y Louise desgranan en estas breves conversaciones de pub (siempre se citan en el mismo pub victoriano del sudoeste de Londres), su pasado, sus frustraciones, su relación sexual («dejamos de hacer el amor porque te aburrías y yo lo sabía»), sus rencores y hasta sus inclinaciones políticas. Confesiones que sacan secretos a la luz y les hacen mirar su matrimonio desde un nuevo punto de vista. El sarcasmo de los primeros encuentros va dando paso a la nostalgia, al balance de una vida.
Son diálogos en los que se preparan para afrontar la sesión de terapia de pareja, una cita a la que el lector y espectador de la serie nunca está invitado. Nosotros esperamos fuera. Expectantes.
Segunda Temporada
La serie, ganadora de tres premios Emmy en las categorías de Mejor Serie Corta, Mejor Actor en Serie Corta y Mejor Actriz en Serie Corta, en su primera temporada, ya cuenta con una segunda entrega.
Esta vez los protagonistas son Scott y Ellen. Una pareja de boomers que rondan los 60 y que afronta un inminente divorcio tras 30 años de matrimonio. Scott (interpretado por Brendan Gleeson) es un marido jubilado del estilo más tradicional que se propone vivir el resto de sus días lo más cómodamente posible: golf y pesca. Pero su esposa, Ellen (Patricia Clarkson), está decidida a dar un nuevo rumbo a su vida (se une a una comunidad espiritual) y quiere el divorcio. Motivos no le faltan: su matrimonio se ha visto adornado por una sucesión de aventuras extraconyugales de su marido. Aunque tiene más razones.
Esta vez la pareja es norteamericana y se cita en una coffee shop muy hipster de Conneticut. Allí charlan frente a un café de autor antes de subir a la terapia en el piso de arriba. La encargada del local, Jay, que interpreta Esco Jouley, de género ambiguo, actuará de catalizador en este duelo que nos descubre que ni la feminista Ellen es tan perfecta ni el dinosaurio Scott tan desalmado.
Los diálogos chispeantes vuelven a ser la estrella de la serie, aunque tal vez en esta ocasión no nos provocan tantas risas como la primera temporada. Las nuevas políticas de género, en las que a Hornby tampoco se le ve muy cómodo, serán uno de los puntos fuertes del debate.
Dos parejas, dos rangos de edad, dos historias al límite. ¿Te encaja? A mí sí.