Adam Mosseri, primer ejecutivo de Instagram, toma el mando de Threads, competidora de Twitter
23 jul 2023 . Actualizado a las 09:54 h.A río revuelto, ganancia de pescadores. Es lo que ha debido pensar en las últimas semanas Mark Zuckerberg, fundador y presidente de la en su momento Facebook y ahora Meta, mientras se preparaba para traer al mundo a la última de sus criaturas: Threads, competidora directa del Twitter de Elon Musk, donde decir que las aguas andan agitadas es quedarse corta. Por resumirlo: bajo la batuta del histriónico multimillonario de origen sudafricano, la red social del pajarito ha perdido más de la mitad de su valor en bolsa, oleada de despidos, huida de empleados y espantá de anunciantes de por medio.
De ahí que la prensa estadounidense la haya bautizado como Twitter Killer (el asesino de Twitter). Y eso porque puede ser su puntilla. Aunque conviene no perder de vista aquello de la piel y el oso... Tanto ha sido el malestar que ha creado el nacimiento en el rival que hasta podría la cosa acabar llegando a las manos:e Musk ha retado a Zuckerberg a un combate en el interior de una jaula y este le ha recogido el guante. Surrealista. Como poco. Esperemos que quede todo en una broma. Sin gracia alguna, pero broma al fin y al cabo, y nos ahorren el bochorno de esa pelea de gallos para ver quién la tiene más grande. La red social, se entiende.
Sea como fuere, no han sido los primeros pasos del recién nacido precisamente vacilantes. Cinco días después de ver la luz ya acumulaba 100 millones de descargas, fulminando el récord, todavía caliente de Chat GPT. Sabedor de lo valioso de la criatura, le ha cedido Zuckerberg la custodia a un hombre de su máxima confianza: Adam Mosseri (Nueva York, 1983), el primer ejecutivo de Instagram. Lleva en Meta desde el 2008. Entonces la empresa se llamaba Facebook y tenía solo cuatro años de vida. Ya ha llovido. Primero fue director de diseño de las aplicaciones para móviles y desde ahí fue subiendo peldaños hasta hacerse en el 2018 con las riendas la red social de fotografías. Ha estado al lado de su jefe en las duras y las maduras. Como cuando saltó a la luz pública el escándalo de Cambridge Analytica. Aquel relacionado con el uso de datos recopilados por Facebook y empleados después con fines políticos. El que acabó con Zuckerberg teniendo que testificar en el Congreso estadounidense y Facebook pidiendo disculpas y pagando una multa de 5.000 millones de dólares, la mayor nunca abonada hasta ahora.
Mosseri no abandonó el barco. Se quedó junto a su jefe. Y su fidelidad, claro, acabó teniendo premio. Pero, aunque ahora lo parezca, no todo en la vida de Mosseri es Meta. Antes de desembarcar en el universo Zuckerberg, y después de licenciarse en Medios y Diseño de Información por la Gallatin School of Individualized Study de la Universidad de Nueva York, trabajó para TokBox. Era el principal diseñador de la firma. Y antes de eso, cuando todavía estaba estudiando, fundó una startup, Blank Mosseri, una asesoría de diseño, que llegó a tener oficinas en Nueva York y San Francisco. En Nueva York nació y se crio. Y en San Francisco es donde vive ahora con su mujer, Mónica, y sus tres hijos. Habitual es que cuelgue en Instagram fotografías junto a su familia en los escasos momentos de asueto que le deja el intenso trabajo en Meta. Eso sí, sin rastro alguno de ostentación. Que por dinero no será. No le duelen prendas al ejecutivo en eso de predicar con el ejemplo.
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