Gazir, campeón de España de freestyle: «La cultura urbana de Asturias tiene un potencial muy fuerte»
CULTURA
El rapero asturiano participará en la cuarta jornada de la actual FMS en la que colaboran los mejores freestylers del país y que tiene lugar en Avilés
15 jul 2023 . Actualizado a las 11:48 h.Su primera batalla de gallos fue en el parque del Muelle en 2017, cuando apenas tenía 16 años. Ahora, Gazir o Gabriel Sánchez Poyal (Oviedo, 2001) vuelve a Avilés seis años más tarde como actual campeón de la FMS (Freestyle Master Series) España tras medirse con Chuty, uno de los pesos pesados de la competición. El asturiano arranca con energías renovadas esta nueva liga, en la que ya no participa como 'el aspirante', sino como el número uno. Disfrutará de la cuarta jornada en casa (a las 18.30 horas en el pabellón de La Magdalena) arropado por su familia y siendo otro Gazir diferente, uno que tiene su propia marca de ropa, que hace colaboraciones con estrellas mundiales como el jugador de fútbol Casemiro y, sobre todo, uno que nunca se baja del escenario.
- Es día de competición, ¿a qué suele dedicar el día anterior o las horas previas a una batalla? ¿Tiene algún tipo de ritual o alguna actividad que le calme o le prepare?
- Diría que, sobre todo, intento estar lo más concentrado y activo mental y físicamente que pueda entre el día de antes y el día del evento. Por ejemplo, ayer intenté dormir bien y me dediqué a practicar algo de deporte y rapear un poco (tampoco mucho para no quemarme) yo solo a mi bola así libremente, para activar un poco la mente. Estar activo y concentrado para que el esfuerzo empiece ya las 24 horas de antes. Fue un día tranquilo porque lo que busco es llegar con mucha energía a la batalla, pero a la vez sin estar vagueando.
- Esta jornada sube al escenario en casa, ¿impone más dar la talla en Asturias y que le vayan a animar sus amigos y familiares?
- Allí estarán y por ellos compensa un poco el subidón de estar en casa. No me pone nervioso, pero sí siento más responsabilidad compitiendo aquí. Aunque luego está la alegría y lo cómodo que me hace sentir estar arropado por mi gente. Como siempre estoy fuera y viajando, poder estar en Avilés haciendo lo que me gusta sienta bien.
- Ya es la segunda vez que rapea en la FMS en Avilés, pero esta vez ha vuelto convertido en el actual campeón en España. ¿Cómo recuerda aquel día?
- Sólo recuerdo cosas buenas de ese día, la verdad. Lo que ocurre en concreto con FMS España es que se trata de una liga y, por tanto, es un proceso muy largo. El primer año que participé, ascendí con muchas expectativas y empecé con un traspiés, luego me levanté y en el último momento perdí la final. Y mi segundo año, cuando ya sí terminé ganando, también fue una evolución que se prolongó mucho en el tiempo. Empezó con la primera jornada precisamente en Avilés en diciembre de 2021 y la final fue en febrero de 2023. Fue mucho esfuerzo y la verdad es que recibir una recompensa por algo que te ha costado tanto lograr y que sea algo tan grande fue muy especial para mí. También por el rival al que me enfrentaba, Chuty, uno de los mejores o el mejor en la historia de la disciplina, que nunca había perdido en esa competición. Yo llegaba como alguien mucho más nuevo, el aspirante, y haber podido romper esa barrera para mi fue decisivo. Además pude vivirlo con mis seres queridos y la gente que estuvo a mi lado desde que empezó mi crecimiento y que tuvo que aguantarme en el proceso. Cuando me estresaba, cuando estaba más entregado… Fue cerrar un ciclo súper bonito y voy a recordar ese día siempre.
- En su momento hubo diversas opiniones, ¿cómo gestionan las críticas en una profesión tan expuesta y dada a entretener a la gente?
- Con esa batalla tampoco sentí tanto cuestionamiento. Durante la primera final de una competición a la que llegues te va a sorprender más, como me pasó a mí en mi primer año, pero a estas alturas y sobre todo en un nivel de élite te das cuenta de que nunca hay un claro ganador. El nivel está tan alto que se dan pocas ocasiones en las que todo el mundo se decanta por alguien, entonces estamos acostumbrados a que las opiniones estén muy divididas y sobre todo habiendo hecho un buen trabajo por ambas partes. Los dos hicimos aquel día una de nuestras mejores batallas, al final me la llevé yo pero era merecido para ambos. Las críticas en general te pillan más desprevenido al principio, luego aprendes a llevarlas,cuando crees que sabes gestionarlas te vuelven a sorprender… Pero a día de hoy, intento que no me afecte demasiado. Al final, yo tengo una rutina muy cotidiana y me importa mucho más lo que opinen las personas de mi entorno sobre mí o alguien desde dentro del circuito incluso, que la opinión que tenga alguien que conozco. Desde esta parte nos toca el trabajo de tomar conciencia de dónde vienen y recordar que cuando yo formaba parte del público seguro que también daba alguna opinión crítica o tóxica.Vivirlo como aficionado a veces te hace decir cosas fuertes sin darte cuenta y sobre todo siendo joven. Y además tengo que apreciar que de diez comentarios, nueve son siempre buenos. Incluso te diría que los negativos tienen un papel muy importante que consiste en darnos dosis de realidad que de otra forma no nos harían espabilar en ciertos momentos. Hay que concederles el rol que tienen sin poner el foco en ellas, sino en la gente que te apoya.
- ¿Cómo es la relación con los contrincantes en las batallas: con Chuty, Zasko, Sweet Pain…? Teniendo en cuenta que su profesión consiste en «desafiarse» o atacarse, cuesta comprender si fuera del escenario entablan amistad.
- Pues, aunque sorprenda, la relación siempre es muy buena, porque al final los que coincidimos en las batallas o nos subimos a un escenario a competir contra un rival, nunca lo hacemos movidos por el odio. Siempre está detrás la motivación personal de cada uno y el contrincante no tiene nada que ver. Obviamente, se mantiene un poco esa tensión tan palpable en el escenario, como ocurre en otras muchas disciplinas en las que se busca superar a los demás. En este caso se trata de una forma de competición mucho más directa, pero todos tenemos tan claro que no hay algo personal y que se queda en el escenario todo lo que podamos decir allí, que no hay ningún problema.
Hacemos amigos en todos los circuitos y se forman amistades incluso más especiales y más fuertes porque une mucho compartir la vivencia de subirte a un escenario y exponerte ante el público. Cuando terminas de haber vivido todo eso con alguien, se forma una confianza con esa persona mucho mayor aunque no la conozcas desde hace mucho tiempo. Nos entendemos mucho en general.
- Es muy pronto todavía, pero ¿cómo ha visto estas tres primeras jornadas de FMS?
- La sensación que tengo es que tengo un reto distinto este año aunque se trate de la misma competición y casi los mismos rivales. Ahora soy el actual campeón y no el aspirante y empecé un poco desubicado ante la diferencia de perspectiva que hay y creo que ahora ya le estoy pillando el truco. Cada vez voy entendiendo más mi rol y disfrutándolo, y tengo ganas de ver hasta dónde me lleva porque puede ser muy interesante.
- Ahora compite en lo más alto del freestyle, pero esta es una disciplina que nace en la calle: ¿echa de menos las batallas en los parques y las tardes de improvisación más sencillas entre raperos asturianos?
- Claro que de vez en cuando me puede apetecer. De la misma forma que cuando empiezas solo piensas en subirte a un escenario, cuando estás en él, te entran ganas de lo contrario, de aquello que no puedes tener en ese momento. Pienso que las batallas en los parques van a existir siempre, entonces tampoco tengo la sensación de estar perdiéndome algo. Sé que es algo que, si necesito en el futuro, va a estar ahí. Lo que ocurre es que ya no puedo volver de la misma forma, me choca un poco saber que si voy al parque voy a tener un foco encima. No podría ir como iba antes de ser conocido. Las primeras sensaciones son muy especiales y por eso creo que si volviese ahora no sentiría lo mismo, aunque también pudiese ser una experiencia interesante que puede renovarte un poco de energía y de inspiración.
- Sigue muy vinculado a Asturias tanto en lo personal como en lo profesional y suele explicar que está muy orgulloso de allanar el camino a los mc's del futuro. ¿Qué visión tiene de la escena de freestyle asturiana en la actualidad?
- Al final, como ocurre con todas las disciplinas que se vuelven globales, las oportunidades tienden a estar un poco más centralizadas. Creo que Asturias tiene una cultura urbana con un potencial muy fuerte, en concreto de hiphop, rap y freestyle. Hay mucha cantera y cada vez más chicos de aquí salen a competir fuera en competiciones nacionales e internacionales, y cuando yo empecé eso era más complicado de ver. Además, los chicos y chicas que bajan al parque cada vez son más jóvenes. Tengo ganas de poder implicarme más en un futuro en esto, en incentivar que haya más oportunidades y más promoción de raperos emergentes de la tierra, como JDR (Jorge Díaz Rodríguez), que ya lleva varios años en Redbull, o Adriana (Adriana Fernández Llaneza o @thebeatguuurl en redes), una chica con mucha proyección.
- Y Gabriel, ¿seguirá conectado a Asturias en el futuro?
Siempre he tenido claro que la tierrina será el lugar en el que me asiente y eso no ha cambiado ni cambiará por el momento. Tiene sus complicaciones, sobre todo para todos los viajes que debo hacer. Intento compaginar mis ganas de conocer mundo y viajar me aporta y me enseña muchas cosas que no descubriría desde casa, pero además me hace valorar aún más lo que tengo y echarlo de menos.