Este premio, al que optaban 37 candidaturas de 17 nacionalidades, es el quinto de los ocho galardones internacionales que convoca anualmente la Fundación
24 may 2023 . Actualizado a las 16:51 h.El escritor japonés Haruki Murakami (Kioto, 1949) ha sido galardonado en Oviedo con el Premio Princesa de las Letras 2023 por una obra singular y de alcance universal que concilia la tradición de su país y el legado de la cultura occidental en una narrativa ambiciosa e innovadora capaz de llegar a públicos y generaciones muy distintas.
El acta del jurado, presidido por el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, reconoce además en el autor de «Tokio blues» su capacidad para expresar los grandes temas y conflictos de nuestro tiempo como la soledad, la incertidumbre existencial, la deshumanización en las grandes ciudades o el terrorismo.
Eterno aspirante al Nobel y hasta ahora al Princesa de las Letras, convertido en autor de culto y traducido a más de 40 idiomas, ha abordado también en novelas y ensayos «el cuidado del cuerpo o la propia reflexión sobre el quehacer creativo» y su voz «ha llegado a generaciones muy distintas» para convertirse en «un gran corredor de fondo de la literatura contemporánea», según el jurado.
Tras décadas como aspirante y finalista del galardón, en esta ocasión la candidatura partió de María Sheila Cremaschi, directora para España del Hay Festival of Literature and Arts, para distinguir a un hijo de profesores de literatura que en 1975 se graduó en Literatura, Música e Interpretación y a un apasionado de la literatura norteamericana y de la música anglosajona. Murakami trabajó en una tienda de discos y montó un bar de jazz en la capital nipona mientras traducía al japonés a Truman Capote, Scott Fitzgerald, J.D. Salinger o John Irving sin plantarse ser escritor hasta que, mientras veía un partido de béisbol, le llegó la inspiración para su primera novela, «Escucha la canción del viento», que publicó en 1979 a los 29 años y convertida en un éxito inmediato en Japón.
Influenciado por escritores como Fedor Dostoievsky, Charles Dickens o el citado Truman Capote, Murakami escribió después novelas como «Dance, Dance, Dance» (1988); «Al sur de la frontera, al oeste del sol» (1992); «Crónica del pájaro que da cuerda al mundo» (1994); «Underground» (1997); «Sputnik, mi amor» (1999); «Kafka en la orilla» (2002) y «After dark» (2004).
Su prosa sintética y cinematográfica en la que juega con ficción y realidad ha cautivado a millones de lectores con una obra que incluye la trilogía «1Q84» (2009-10), tres tomos cuyo título homenajea al «1984» de George Orwell, además de libros de relatos como «The elephant vanishes» (1993) y «Después del terremoto» (2000), que sitúa la trama en el sismo que asoló Kobe en 1995 y los ensayos «De qué hablo cuando hablo de correr» (2007) y «De qué hablo cuando hablo de escribir» (2015).
La música ha sido su mayor pasión, por delante de la literatura y, según ha reconocido, ha influenciado profundamente su prosa. «Más que aprender técnicas de escritura a partir de novelas de otros autores, tiendo a prestar atención al ritmo, las armonías, la improvisación libre», afirma. Su melomanía se muestra en obras como «Baila, baila, baila» (2012) o la más reciente «Matar al comendador» (2017), donde la ópera «Don Giovanni» de Mozart actúa como banda sonora; así como en otros relatos y en sus amplias referencias a sus bandas favoritas, The Beatles y Beach Boys.
Otra de sus aficiones son las carreras de fondo, algo que también ha explorado en su obra «De qué hablo cuando hablo de correr», y una actividad que equipara al proceso de escribir una novela que le ha llevado a correr una maratón al año desde que tiene 33 años. Al igual que su admirado Capote, hizo una incursión en el periodismo con «Underground» (1997), una serie de entrevistas a víctimas de los ataques con gas sarín en el metro de Tokio en 1995 y a miembros de la secta Verdad Suprema, autora del atentado más mortífero en la historia de Japón.
Alérgico a los focos de los medios de comunicación como a los premios literarios (afirmó que no los quería porque son para autores «acabados»), ha recibido reconocimientos literarios internacionales como el Franz Kafka y el Premio Mundial de Fantasía (ambos en 2006) o el Hans Christian Andersen de Literatura (2016), además de galardones en Japón como el Tanizaki y el Yomiuri.
El primer autor japonés que gana el Princesa de Asturias de las Letras en sus 43 ediciones, y con la unanimidad del jurado, se suma así a una nómina de la que forman parte, entre otros, Mario Vargas Llosa, Miguel Delibes, Carlos Fuentes, Günter Grass, Arthur Miller, Doris Lessing, Susan Sontag, Paul Auster, Margaret Atwood, Leonard Cohen, Philip Roth, Richard Ford o el dramaturgo Juan Mayorga, que lo obtuvo en 2022.
El de las Letras ha sido el quinto de los ocho Premios Princesa de Asturias en fallarse este año, dotados con la reproducción de una escultura diseñada por Joan Miró, 50.000 euros en metálico, un diploma y una insignia y que serán entregados en octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo.
Padura destaca la capacidad de Murakami de llegar a públicos y generaciones diversas
El escritor cubano Leonardo Padura ha destacado la «calidad incuestionable» de la obra del autor japonés Haruki Murakami y su capacidad «para convencer a públicos y generaciones muy diversas»
Padura, galardonado en 2015 y que ha formado del jurado que ha convertido al autor de «Tokio Blues» en el primer escritor japonés en obtenerlo, ha considerado «merecedísimo» un premio que, ha advertido, « honra mucho al escritor Murakami, pero también Murakami honra al premio y eso es una negociación cultural muy satisfactoria».
Del tribunal también ha formado parte el dramaturgo Juan Mayorga, que obtuvo el Princesa de las Letras en su pasada edición y que ha coincidido con el autor cubano en la buena noticia que supone que se haya producido este encuentro entre este premio y un «magnífico» escritor como Murakami. «Ha conseguido comunicarse con lectores de todo el mundo y de distintas generaciones y ha arrojado luz sobre nuestras sombras y sobre nuestras luces», ha añadido.
Por su parte, el editor, ensayista, narrador, catedrático y crítico literario mexicano, Gonzalo Celorio, también miembro del jurado, ha subrayado «el consenso absoluto» que generó la candidatura de Murakami, que competía con otros 36 autores, lo que llevó a conceder el premio por unanimidad, una circunstancia que, ha asegurado, nunca se había dado desde que forma parte del tribunal.