Las películas de la semana: «Los Fabelman», «El piloto» y «Rabiye Kurnaz contra George W. Bush»
CULTURA
Los críticos de La Voz revisan estos tres filmes que se pueden ver ya en los cines
10 feb 2023 . Actualizado a las 09:06 h.¿Dónde está el horizonte?
Eduardo Galán Blanco
Los Fabelman comienza en 1952, con la puesta de largo de un niño en su primera visita a un cine. Los padres intentan convencerlo de que entre a la sala, pero la criatura le tiene miedo a la oscuridad. Papá es científico y explica de modo prosaico los fundamentos de las 24 imágenes por segundo; mamá es artista, así que convence a su hijo con poesía: «Las películas son sueños que nunca se te olvidan». El ritual de las sombras se abre para ese chaval —que es Steven Spielberg— con El mayor espectáculo del mundo y los vagones del circo descarrilando. Ya en casa, el pequeño repetirá esa escena con su locomotora de juguete y luego —por sugerencia materna— la filmará, para poder verla una y otra vez. Lo decía Orson Welles, el cine es el tren de juguete más caro del mundo.
¡Una película que nos cuenta las primeras relaciones de Spielberg con el cine!, filmando las excursiones familiares con su cámara de 8 milímetros, editando esas películas y descubriendo en el montaje otro amor de mamá —el cine como conocimiento, aunque sea doloroso—. Ya en el instituto, rodando la vida despreocupada de los all american boys, hojas de hierba dorada, haciendo ver maravillosos —el cine como manipulación— a los tarugos abusones, una generación que va a ir al Vietnam. Y lo mejor, ese encuentro —en los platós de Paramount, donde se rodaron El crepúsculo de los dioses o El padrino— con John Ford —interpretado con retranca por David Lynch— que discursea sobre la importancia de la mirada: «No olvides esto, cuando el horizonte está bajo es interesante, cuando está arriba también, pero si está en el medio es aburrido y soso». Y el chaval se aleja hacia ese horizonte, mientras la cámara corrige el encuadre, moviéndolo a un contrapicado.
Los Fabelman es otra película sobre el amor al cine —también sobre crecer—, hecha por el niño prodigio de Hollywood —ahora casi octogenario—; un filme algo remilgado pero, en cualquier caso, hermoso.
«THE FABELMANS»
Estados Unidos, 2022.
Director: Steven Spielberg.
Intérpretes: Gabriel LaBelle, Michelle Williams, Paul Dano, Seth Rogen, Judd Hirsch, Jeannie Berlin, Sam Rechner, David Lynch, Chloe East.
Comedia dramática. 151 minutos.
Volando muy bajo
Eduardo. G. Blanco
Desde Aeropuerto, las películas sobre aviones en apuros son un clásico del cinema americano. De Air Force One a Serpientes en el avión, pasando por El pasajero o Sully, la lista de filmes de catástrofes aéreas suma ya varios cientos de títulos. El piloto es otra más, con Gerard Butler al frente de una nave a la que un rayo deja sin sistemas eléctricos. El protagonista —cómo no, padre de familia al que esperan para pasar el año nuevo— debe lidiar primero con catorce pasajeros nerviosos y con un personal de vuelo inexperto para, más tarde, tras aterrizar el avión en algún punto de la selva de Filipinas, atarse los machos, agarrar las armas y, como un John Wayne de la Guerra Fría, enfrentarse al peligro amarillo, una malvada y cruel guerrilla.
Desde que se puso los abdominales de Leónidas en 300, a Butler le han caído decenas de papeles así, de tipo resolutivo con cara de piedra intentando —sin éxito— ser el Charles Bronson de hoy. Como muestra ahí está la infortunada trilogía Objetivo: La Casa Blanca, Objetivo: Londres, Objetivo: Washington D.C., no va más. Y Jean-François Richet, director francés afincado en Hollywood, especializado también en acciones varias protagonizadas por leyendas venidas a menos tipo Mel Gibson —Blood Father—, le hace la ola con admiración al actor escocés. Claro que de un tipo que se atrevió a dirigir, sin gracia, un remake de Asalto a la comisaría del distrito, faltando al respeto a John Carpenter, tampoco vamos a esperar mucho.
Volando muy bajo, tópico tras tópico, agujero negro tras agujero negro, aparecen unos agentes que envían las autoridades a echarle una mano al intrépido piloto y, de esta forma, la ensalada de tiros prospera. Así es como lo adocenado invade cada fotograma de una película que, al menos, es corta. «He tenido días mejores», afirma el héroe para acabar. Nosotros también.
«PLANE»
Reino Unido-Estados Unidos, 2022.
Director: Jean-François Richet.
Intérpretes: Gerard Butler, Mike Colter, Yoson An, Daniella Pineda, Tony Goldwyn, Paul Ben-Victor, Joey Slotnick, Tara Westwood, Kelly Gale.
Acción. 107 minutos.
Peculiar madre coraje
Miguel Anxo Fernández
No hubo chovinismo en el Oso de Plata en la Berlinale a la actriz alemana de origen turco Meltem Kaptan, porque carga con la película como esa variante de madre coraje, un ciclón en lo personal y dispuesta a recuperar a su hijo de las garras de Bush en la Bahía de Guantánamo. Real como la vida misma. Viste a Rabiye Kurnaz, residente en Bremen, madre de familia y con marido trabajador de la Mercedes. De sus tres hijos, el mayor se mete en un buen lío semanas después del 11-S por un aquel de amistades poco recomendables y bastante fatalidad. Lo trincan en un aeropuerto y la CIA se lo lleva para vestirlo de naranja, ponerle grilletes y someterlo a no pocas torturas. Eso, el espectador pelín informado lo tiene muy asumido, como que por allí todavía purgan un puñado de talibanes o fieles a Al Qaeda.
El mérito del realizador Andreas Dresen (1968), con callo en el oficio, aunque sin ínfulas autorales, está en provocar que sigamos a la buena de la señora a ver si de una vez ablanda a los de arriba y se trae a su chico, del que asumimos que apareció el día equivocado en el lugar más inoportuno. Un abogado especializado en derechos humanos y vinculado a organizaciones afines, se pondrá de su lado, yendo incluso al mismísimo Capitolio junto a otras familias en parecidas circunstancias. La incansable Rabiye Kurnaz accederá al Gobierno turco y a la recién llegada a la presidencia alemana Angela Merkel. Lo de menos será un desenlace que ya intuyes ante la peripecia de la señora, trufada de apuntes costumbristas y algún sobresalto.
En ningún momento se produce un subidón emocional al mejor estilo Hollywood, en parte por el conformismo del director reconvertido a simple ilustrador. Se trata de retratar a una peculiar mujer-coraje que la actriz principal Meltem Kaptan se toma muy en serio, marcando distancia (mucha) sobre el resto del reparto.
«RABIYE KURNAZ GEGEN G. W. BUSH»
Alemania, Francia. 2022.
Director: Andreas Dresen.
Intérpretes: Meltem Kaptan, Alexander Scheer, Charly Hübner, Nazmî Kirik, Abak Safaei-Rad, Alexander Hörbe, Sevda Polat, Abdullah Emre Öztürk.
Drama. 119 minutos.