RTVE publicó ayer los temas que aspiran a ganar el Benidorm Fest 2023
19 dic 2022 . Actualizado a las 16:54 h.Poco después de que Montiel marcase el penalti que convirtió a Argentina en campeona del Mundial de Fútbol, se producía otra sacudida competitiva. A las 19.00 horas RTVE publicaba las 18 canciones que optan a ganar el Benidorm Fest que se celebrará del 31 de enero al 4 de febrero del 2023. Una selección en la que prevalece el pop con influencias urbanas, pero en el que también hay cabida para el flamenco, el rock o la música de baile. De ella saldrá la representante de España en el festival Eurovisión 2023 que tendrá lugar en Liverpool. Estos son los temas.
Estas son las canciones de los 18 seleccionados por RTVE:
Quiero arder, de Agoney.
El canario se muestra desafiante con un sonido electropop cruzado con violines. Sobre él canta cosas como «te hago volver a rezar». Todo se detiene cuando entra una voz femenina envuelta en una atmósfera que podría recordar a los claroscuros líricos de Mónica Naranjo. Y vuelta a empezar.
Desde que tú estás, de Alfred García.
Una apuesta aparentemente clásica para el festival. De entrada, se muestra como una balada romántica al uso, con piano y voz femenina dando la réplica. Todo está en su sitio sin un brillo especial. Asegura que es la mejor canción que ha escrito hasta la fecha. Lo novedoso llega en la parte final, que se sale de lo previsible.
Yo quisiera, de Alice Wonder.
«Nadie diría que estaría aquí, pero aquí he llegado» canta una artista procedente del indie y que durante años formó parte de la banda del coruñés Xoel López. Podría definir su situación en el festival. A contracorriente, sirve una balada épica que se quiebra en electrónica crujiente en la onda de James Blake. Un buen tema de impacto sentimental innegable. Pero ya se verá si conecta en el panorama eurovisivo.
Flamenco, de Aritz Arén.
Lo que en los tres primeros segundos podría recordar a Manu Chao se convierte en toda una fusión de laboratorio con pretendido toque internacional. Mezclando español e inglés, semeja la versión ibérica de lo que han hecho artistas como Camila Cabello en temas como Señorita, que fue todo un éxito internacional.
Eaea, de Blanca Paloma.
Ya participó el año pasado y retorna ahora con una apuesta clara en sus ingredientes: flamenco puro en lo vocal y electrónica tensa en lo instrumental. «Ensalza el legado de amor y saber transferido de generación en generación a través de la nana», dice la artista sobre la composición. Es de la que más fervor despertó en las redes sociales en cuanto se difundió. Parte como una de las favoritas.
Uff!, de E´femme.
Resulta inevitable pensar en Slomo de Chanel, vencedora en el Benidorm Fest del año pasado. No por el parecido de la canción, sino por la propuesta pop, explosiva, bilingüe y directa a las luces estroboscópicas de la discoteca. En la promoción de RTVE dice que se trata del empoderamiento femenino.
La Lola, de Famous.
El ganador de Operación Triunfo 2018 se plantará en el Benidorm Fest con esta pieza de pop urbano y aires caribeños. Podría recordar a cosas hechas ya en el pasado por Ricky Martin. Apuesta por la rítmica y unos coros pegadizos.
Mi familia, de Fusa Nocta.
El tema nos lleva a figuras como Rosalía o María José Llergo. Una reivindicación de lo propio y la sangre desde un flamenco que se diluye en trap, conectando con las tendencias actuales del pop nacional.
Invierno en Marte, de José Otero.
Épica, vozarrón, coros con subrayado y vocación de himno romántico. El tema de José Otero mira a la grandeza pop para hablar del desamor y las cicatrices sentimentales. Apunta muy alto. Habrá que ver si el público y el jurado consideran que ha llegado ahí.
Quiero y duelo, de Karmento.
El título apela a la expresión de una zona de La Mancha. Sirve para expresar la sensación de querer algo y lidiar con la dificultad que conlleva conseguirlo. Es una pieza de base folk perfectamente construida. Casa con lo que hacen artistas como Rozalén. Como canción, se trata de una de las mejores del lote, pero al igual que ocurría con Alice Wonder queda ver si tiene encaje en este contexto. Complicado.
Arcadia, de Megara.
En lugar de llamarlo electrorock, ellas optan por denominarlo fucksia rock. En su letra trazan una historia virtual en la que dos chicas de carne y hueso darán rienda suelta a su amor a través de un videojuego. Con unas bases así no cuesta mucho imaginar una puesta en escena fuera de lo común. Algo que en eventos de este tipo es clave.
No nos moverán, de Meler.
Pop de base acústica y un trazo tan limpio como el que factura Morat. Se alza con arreglos electrónicos. Busca mover los pies. Busca el poder de unos «la, la, la, la» de esos que salvan cualquier tema. Y se enreda puntualmente en un tramo de percusiones. Efectiva.
Tracción, de Rakky Ripper.
Una pieza que mezcla hardcore, pop y trap (el tema pide a gritos ese autotune prohibido en Eurovisión) para expresar de manera machacona los deseos ocultos. «No me digas que no sientes la atracción», insiste.
Aire, de Sharonne.
«Abrirse y liberarse, de coger aire y tirar para adelante». Ese es, según la nota de RTVE, el espíritu del tema de esta drag queen que apuesta por el dance-pop con subidones, luces cegadoras y baile a tope sobre la tarima
Que esclati tot (Que estalle todo), de Siderland.
Aspiran a convertirse en los primeros representantes de España en Eurovisión cantando en catalán, algo que sería histórico. Su eufórica propuesta es una densa bola de pop que podría cruzar a Mumford & Sons con Coldplay.
Otra apuesta por el pop urbano es el de esta cantante y compositora hispano-alemana. Juega con las palabras y especialmente con la que le da título para intentar lograr el enganche.
Sayonara, de Twin Melody.
Canto multilingüe al adiós a las personas con las que no conviene seguir. Tira de base de reguetonera y arreglos luminosos. En pleno diciembre obliga a pensar en verano.
Nochentera, de Vicco.
Inevitable pensar en temas como Formentera y En el coche de Aitana al escuchar esta pieza de pop electrónico. Habla de la excitación de la noche cuando el corazón joven late muy fuerte y busca un nuevo amor. Aspira a ser un himno a las ganas de disfrutar de la vida.