La película compaginará su presencia en salas con la entrada en plataformas
02 sep 2022 . Actualizado a las 09:03 h.Todavía no ha terminado su itinerario en salas y ya llega a un servicio de streaming. Baz Luhrmann ha convencido al público y (a la mayoría) de la crítica con su excéntrica propuesta biográfica sobre el astro musical Elvis Presley. La película, protagonizada por un implicado Austin Butler, recorre la turbulenta vida de la legendaria estrella del rock.
No es, sin embargo, un ejercicio narrativo al uso. Luhrmann no renuncia a su inconfundible sello estético. Brillantina, movimientos imposibles de cámara y coreografías frenéticas. Es imposible ver esta película y no darse cuenta de que la mente que está detrás es la misma que concibió Moulin Rouge y El gran Gatsby. También cuenta con la presencia de un Tom Hanks enterrado en maquillaje y absolutamente irreconocible en el papel de Tom Parker, el mánager de Presley.
Los números en cines han sido buenos, y la cinta se ha colocado como uno de los éxitos de la temporada. Costó unos 85 millones de dólares y ya lleva recaudados 270 en todo el mundo. Sin haber hecho beneficio astronómico, ha devuelto notables rendimientos a los productores.
El siguiente episodio de su exhibición será en HBO Max (y en un puñado de salas en las que todavía se puede ver). El comienzo del fin de la gira con la que este ambicioso título australiano (con formas de superproducción hollywoodiense) ha despertado odios y pasiones. Suspiros y mareos.
Se enfila así el punto clave en la carrera hacia la temporada de premios. Austin Butler tiene, durante toda la película, ojos inequívocos de estar soñando noche tras noche con alzar el Oscar. Otro con papeletas es Hanks, más sabiendo que la Academia estadounidense gusta mucho de las transformaciones grotescas a golpe de maquillaje. Los que no hayan sido lo suficientemente rápidos para pillar este mosaico fosforito en los cines (o no hayan querido acudir) tienen ahora una segunda oportunidad para acudir a los brazos del Rey del Rock & Roll.