Es una de las integrantes de aquella primera generación que paralizó el país. La fama la desbordó y necesitó ayuda psicológica para superarlo. Ahora regresa con un marcado toque mexicano. «Con Manu Tenorio tengo un vínculo muy fuerte», dice
04 abr 2022 . Actualizado a las 09:13 h.Llevaba tres años Nuria Fergó sin sacar disco y sentía el deseo de hacerlo. Barajando posibilidades, se remontó a la infancia. «Cuando yo era pequeñita cantaba rancheras y, hablando con todo el equipo, nos planteamos recuperar canciones que hubiesen sido importantes en mi vida, pero en versión ranchera. Me pareció una idea espectacular», dice. «Le damos una nueva vida a las canciones que todos conocen pero con mariachis y quedan genial», añade horas antes de presentar su versión del Te amaré de Miguel Bosé en el programa Luar de la TVG.
—Cuando salió esa canción tú eras una niña. ¿Por qué recurriste a ella?
—Me llamó mucho la atención la historia de amor. Esa declaración. No hay carta más bonita que esa. Yo soy una romántica empedernida, con lo cual me tiré a ella totalmente.
—La interpretas junto a Manu Tenorio, ¿Era tu compañero favorito en «OT»?
—Efectivamente. Hemos vivido una experiencia inolvidable y eso ya es para toda la vida. La química que hemos tenido en el escenario es total. Eso sigue ahí. También queríamos darles ese regalo a todos nuestros seguidores. Ellos disfrutan viéndonos a los dos cantar veinte años después. A la gente le ha gustado muchísimo. Tenemos un vínculo muy fuerte. Aunque nos veamos poquito, la conexión es total.
—Esta versión estuvo precedida de otra aún más sorprendente: «Hijo de la luna» de Mecano. ¡Ni en las fantasías sonoras más remotas se la imaginaba nadie en versión mariachi!
—[Risas] Sí, totalmente. Encima, empieza la canción y tú no sabes cuál es. Eso es lo chulo y lo que ha impactado a la gente, que tras un rato digas: «¡Ostrás, es la de Mecano!». Tiene mucha fuerza. Yo estoy muy contenta.
—En el videoclip cuesta identificarte. El cambio de imagen es muy potente.
—Me apetecía mucho cambiar. Son ya 20 años de carrera y una ha evolucionado. Quería que os llamase la atención todo lo que conlleva hacer un disco, desde la imagen a las canciones. Hacer un buen producto. Creo que lo hemos conseguido.
—Antes hiciste «La media vuelta», donde participa Ana Belén. ¿Un sueño hecho realidad?
—Sí, eso ha sido todo un regalo. Ha sido muy generosa. En mi vida hubiera imaginado que podría hacer un dúo con ella. Cuando se lo propuse le gustó el proyecto y me dijo que sí. Fue una pasada. Las voces han quedado genial.
—Dices que muchos artistas no tan conocidos te dijeron que no y ella, un mito, accedió. ¿Una lección de humildad?
—Sí, pero los demás artistas están en su derecho. Yo propongo, pero luego cada uno ve si se ve ahí o no. O si tiene tiempo. No lo digo como algo criticable, que la gente tiene que decidir y le tiene que apetecer. Pero sí que lo puse como ejemplo de cómo una gran artista no tendría que hacerlo y lo hizo.
—Hemos citado a tres nombres claves de la música española: Miguel Bosé, Mecano y Ana Belén. ¿Eran referencias para ti de pequeña?
—Sí, claro. Yo, de niña, escuchaba a las grandes como Rocío Jurado, Rocío Dúrcal y, también, Ana Belén. Cantaba sus canciones cuando hacía maquetas, temas como Derroche o Lía. Con Miguel Bosé igual. Y Ana Torroja. Yo descubrí a Mecano con Hijo de la luna, por eso la elegí. Dentro de nada sale otro single.
—¿Este giro mexicano es un cambio de dirección? Porque a ti se te suele asociar al flamenquito de «Brisa esperanza».
—Eso fueron los discos que me fueron sacando las discográficas. Cuando salí de Operación Triunfo no pude elegir nada como artista. Me pusieron un disco de flamenquito, porque con Noches de bohemia di audiencia al programa. Si recuerdas, mi paso por Operación Triunfo fue todo a base de baladas y boleros. Luz Casal, Gloria Estefan... Pero un día canté Noches de bohemia y el pico de audiencia se disparó. Dijeron: «¡Ya tenemos aquí a la flamenquita!». Yo eso lo hago muy bien, ya que soy andaluza y me encanta. Pero también evoluciono y tengo más registros. Me encantan los boleros y las rancheras de toda la vida . En este punto de mi vida en donde tenía que dar un paso hice lo que me pedía el corazón.
«Mi psicóloga me decía que la fama y el éxito van de la mano, que decidiera qué hacer con mi vida»
—¿Era así tal cual? ¿De verdad que no podíais opinar nada?
—Mira, yo salí del concurso y grabé el disco en una semana. Tres canciones por día. No pude escogerlas, me las dieron. Eso fue así. Brisa esperanza fue un éxito porque es preciosa. En los siguientes discos ya pude elegir un poco el repertorio, pero al principio fue así.
—¿Sentías entonces frustración por no poder manejar tu carrera?
—En ese momento tienes tanto trabajo que no te da tiempo ni a pensar. Era un «tú mándame y yo hago». Cuando pasaron dos años o así todo se calmó y lo ves de otra manera.
—Necesitó ayuda psicológica para superar el éxito. ¿Fue tan apabullante?
—Sí, totalmente [risas]. De la noche a la mañana vi que salía a la calle y no tenía intimidad, que todo el mundo te veía, te saludaba, te tocaba... para eso no está preparado nadie. Fue muy fuerte. Fui de las primeras que dije que todos estábamos para ir al psicólogo. Es normal. Todo lo que conseguimos de la noche a la mañana. Eso o tienes la cabeza muy bien amueblada o te desborda totalmente la situación.
—Pues tú y Manu Tenorio parecíais los más apaciguados, calmos y maduros. Aún así te afectó.
—Claro que me afectó. Pero mucho. Yo estaba medio enfadada, no disfrutaba. Por un lado, quería ser anónima y no entendía por qué no podía ser como un médico, que al salir del trabajo no lo conoce nadie. Mi psicóloga me decía que la fama y el éxito iban de la mano, que decidiera qué quería hacer con mi vida. Y decidí adaptarme a lo que estaba viviendo, mi sueño: vivir de la música.
—¿Cuando vas ahora a un restaurante y te miran te sigue incomodando?
—No, son ya 20 años y estoy tremendamente agradecida. Gracias a ellos sigo viviendo de la música. Yo podía haber desaparecido. Si sigo aquí no es por las discográficas, sino por unos seguidores que quieren escucharme cantar y venir a los conciertos.
—¿Tuviste miedo al olvido?
—Nunca he pensado en eso. Creo que ese es el secreto para no sufrir. No tener miedo y seguir trabajando. Lo otro ni me lo he planteado y aquí estamos tú y yo hablando tan felices 20 años después.
—Esa felicidad la desprendes en tu Instagram. Incluso con recetas de cocina.
—Sí, empecé en la pandemia y ahora la gente me lo pide. Siempre quieren más. Así que las cuelgo. Claro que sí.
—Cantante, actriz, presentadora de galas, publicidad... Haces de todo.
—Me encanta. No me gusta encasillarme. Si se hace en Estados Unidos, a la gente le parece bien, pero en España ya no. A mí interpretar me gusta mucho. No me estoy dedicando a buscar cosas ahora, pero no lo descarto.
—¿Este proyecto del disco de rancheras es independiente?
—Sí, no hay nada detrás. Toda la inversión la estoy haciendo yo.
—¿Da vértigo dar ese paso?
—No, llevo ya mucho tiempo sola y sin discográfica. Pero sigo trabajando y haciendo música. Por eso no he podido sacar muchos discos, porque eso cuesta mucho dinero y esfuerzo. Pero es el modo de seguir.