Siniestro Total reafirma su adiós de los escenarios, pero no de los discos

Javier Herrero MADRID / EFE

CULTURA

Diego Fernandez

«Con Miguel las cosas suenan de otra manera», ha reconocido Hernández ante su retorno para este hito final de su larga historia

23 feb 2022 . Actualizado a las 16:36 h.

Aunque «no es exactamente una separación» porque dejan abierta la puerta «de los discos», Siniestro Total ha escenificado este miércoles el preámbulo de su despedida de los escenarios con un último concierto que tendrá lugar el 6 de mayo en el Wizink Center de Madrid.

«La vida de un grupo no es solo el escenario, aunque ahora sea el único modo de financiar la música, pero en este parón de dos años se pierde la inercia. Teníamos reservada esta fecha para celebrar el 40 aniversario y viendo que las fuerzas están así, retomar la carretera estaba complicado. Preferimos dejarlo aquí, en una cifra respetable», ha explicado el grupo sobre su decisión.

Agradecidos por «aguantar a estos vejetes emocionados», han comparecido ante la prensa en el mismo espacio que acogerá su despedida en directo Julián Hernández, Javier Soto y quien fuera su más emblemático vocalista, Miguel Costas, quien salió del grupo en 1994 tras haberse gestado ya el grueso de la producción más significativa.

«Con Miguel las cosas suenan de otra manera», ha reconocido Hernández ante su retorno para este hito final de su larga historia tras una llamada telefónica que en origen fue para celebrar las cuatro décadas en la música de la formación gallega.

Al respecto, Costas ha rememorado que el reencuentro «fue satisfactorio por ambas partes» y que, cuando Siniestro Total decidió reconvertir el aniversario en una despedida, se mantuvo su participación, así como la idea de «llamar a todo el mundo» que hubiese estado en el grupo.

Diego Fernandez

«Cuarenta años da una sensación de vértigo muy potente», ha insistido Hernández, que ha bromeado respecto al repertorio de su concierto final con que manejan «una horquilla de 50 canciones para todas las sensibilidades», entre las que seguro que estarán ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?, Camino de la cama, pasando por Assumpta y Bailaré sobre tu tumba.

Preguntados por otras bandas y artistas que sellaron un adiós que al cabo del tiempo resultó ser solo un «hasta luego», Siniestro Total se ha limitado a señalar: «Podemos mentir, pero tendrán ustedes que creernos. Este es el último concierto».

«No es exactamente una separación; hay esa máxima de que hay que saber retirarse a tiempo. Eso no es posible hacerlo. Seguiremos haciendo cosas», ha precisado Hernández, antes de decir que, por ejemplo, dejan «la puerta abierta de los discos» y anunciar que en breve la editorial Trama publicará un cancionero comentado con todas las versiones de Siniestro Total.

Durante la rueda de prensa, los miembros presentes han recibido por sorpresa una placa conmemorativa por sus 40 años de carrera de manos de sus compañeros y amigos de Los Enemigos.

«Para nosotros es una noticia nefasta saber que os separáis y por eso pedimos que no», les ha dicho Josele Santiago. «Nos apoyaron mucho cuando comenzamos y se lo agradecemos mucho», ha recordado por su parte Fino Oyonarte.

Este «grupo de rock que nació para acabar con el rock», y que ha titulado esta despedida como «40 años sin pisar la Audiencia Nacional», no ha dejado de pronunciarse por asuntos como la situación de la libertad de expresión en España a raíz de las denuncias en los últimos años contra algunos artistas por sus manifestaciones. «Ver a César Strawberry en la Audiencia Nacional coincidiendo con Luis Bárcenas es una cosa sin sentido», han opinado.

Imposible igualmente no preguntarles por la actualidad política, especialmente por la posibilidad de que un gallego como Alberto Núñez Feijoo pueda presidir el PP en sustitución de Pablo Casado.

«Solo sé que gracias a los medios estamos asistiendo a un 'reality' de muchos octanos», han dicho al respecto, antes de denunciar la situación en Madrid, con «miles de muertos en residencias durante la pandemia, estraperlos y espionajes ante los que, si la TIA existiera, se reiría de ellos por chapuzas».