Teresa Perales: «En la competición el 60% es cabeza y el 40% cuerpo»

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

CULTURA

Teresa Perales en el Hotel de la Reconquista de Oviedo
Teresa Perales en el Hotel de la Reconquista de Oviedo Tomás Mugueta

La Premio Princesa de Asturias de los Deportes asegura que el galardón «es un empujón para las mujeres y para los deportistas con discapacidad por la repercusión internacional que tiene»

20 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Afable, cercana y consciente de lo que supone el Premio Princesa para los colectivos a los que representa. Mujer, madre y deportista paralímpica, Teresa Perales lo ha ganado todo en el mundo de la natación. 27 medallas en seis Juegos Olímpicos. Pero aspira a más. Tiene claro que quiere competir en París e igualar (o superar) las 28 preseas de Michael Phelps. Perales repasa su trayectoria, sus planes de futuro y explica cómo gestiona la presión en un mundo tan competitivo.

-Carlos Sainz, Lindsey Vonn, los hermanos Gasol, Gebrselassie… Son solo algunos de los ganadores del Princesa de los Deportes. ¿Qué se siente al formar parte de este selecto club?

-Me abruma un poquito. Echo la vista atrás y pienso, ¿yo aquí qué lugar ocupo? Para mí es un orgullo. Cuando recibí la llamada me sorprendió porque no sabía que era candidata. Otros años sí que sabía si pasaba a la final, se iba filtrando, pero este año había mucho silencio. Siempre sigo cuando se reúne el jurado y no veía nada, no encontraba quién era el ganador, por eso cuando recibí la llamada de la Fundación fue una sorpresa.

-Todos los años aparecía en las quinielas pero nunca ganaba. ¿Ya se había resignado?

-Pensaba que era la eterna candidata y que no iba a llegar nunca. Sí que llegué a pensar que quizá no era para mí.

-¿Qué supone para usted el premio?

-El corazón se me salía de la boca cuando me llamaron. Sentí mucha emoción y responsabilidad por lo que supone el premio para mi persona y para mucha gente a la que represento. Para las mujeres deportistas, para las mamás y para los paralímpicos. Hemos tenido que luchar mucho para tener hueco en los medios y reconocimiento. Esto es un empujón para todos esos colectivos por la trascendencia nacional e internacional que tienen los premios.   

-¿Y para el deporte paralímpico?

-Nunca antes se había concedido el premio a un deportista con discapacidad. Soy la persona que rompe esa barrera y eso me llena de orgullo. Supone pensar que todo es posible, que al final, cuando no te rindes, las cosas suceden. Yo busco las medallas, que dependen de mí trabajo. El premio depende de un jurado que es el que valora, no depende directamente de mí, y este año se dieron las circunstancias. Supone mucho para el movimiento.

-¿Quién fue la primera persona que le vino a la cabeza cuando le llamaron de la Fundación?

-Mi madre, sin duda. Fue de las primeras personas que llame. Le dije: ¿estás sentada y tranquila? Se lo conté y se emocionó mucho porque ella es, después de la gente de Oviedo, la fan número uno de los premios. Nunca se pierde las galas y lo sigue todo por la televisión.

-La suya es una historia de superación en la que brillan las 27 medallas en seis juegos olímpicos. ¿Se acuerda de la primera?

-Me acuerdo de todas las de los Juegos Olímpicos. La primera fue de plata en los 50 metros mariposa en Sídney. Hace ya 21 años. 

-Si tuviera que elegir una de las 27, ¿con cuál se quedaría?

-Esta última ha ganado muchas posiciones y ya ocupa el primer puesto. Acudí a Tokio con una lesión en el hombro. Tres meses antes tuve una luxación aguda de hombro que me costó mucho recuperar. De hecho, todavía tengo que pasar por el quirófano. En esas condiciones lograr una medalla era un milagro y el objetivo era entrar en las finales. Pero una vez allí no me conformé y tenía claro que quería pelear por las medallas. Al final lo conseguí. 

«Quiero ir a París y disfrutar de otros juegos con público y con mi familia»

-Esa última medalla fue hace solo unos meses en Tokio y con ella igualó a Daniel Días y se quedó a una de Phelps. ¿Irá a por ese récord en París?

-Quedan dos años y 10 meses y eso, comparado con un ciclo de cuatro años, no es nada. Tengo clarísimo que quiero ir a París y disfrutar de otros juegos con público y con mi familia. Sacar una medalla y poder abrazarlos después de conseguir la medalla.

-¿Qué más retos tiene a corto plazo, antes de esa cita olímpica?

-Primero, recuperar el hombro. Luego, centrarme en las competiciones. El año que viene es el mundial, luego está el europeo y después París.

-En Tokio tuvo problemas de salud. ¿Qué fue lo que le pasó? ¿Ya está recuperada?

-Yo nunca jamás tuve una crisis de ansiedad ni depresión, como se dijo en algún sitio. Lo que tuve fueron convulsiones espásticas que no tienen un diagnóstico a día de hoy. He estado conviviendo con ellas hasta que la medicación hizo efecto y pude salir del hospital. Ahora ya estoy totalmente recuperada, aunque sigo con medicación.

«Cuando deje de ganar igual lo dejo, pero de momento sigo ganando y eso me gusta»

-¿Cómo consigue mantener la tensión competitiva alguien que ya lo ha ganado todo?

-Supongo que porque sigo ganando y por la ilusión de seguir consiguiendo más. Cuando deje de ganar igual lo dejo, pero de momento sigo ganando y eso me gusta.

-¿Tiene pensado qué va a hacer cuándo se retire?

-No se me caerá el mundo porque llevo años preparándome. Soy muy mayor, por lo que sé que se aproxima la retirada. Tengo pensado seguir vinculado al deporte, crear una fundación que trabaje con niños en dos ámbitos. Por un lado, la inteligencia emocional, que no se ha cuidado mucho en España. Por otro, el ámbito deportivo. El objetivo es poner más fáciles las cosas a los deportistas más jóvenes. Muchas veces pensamos que los deportistas con discapacidad solo podemos entrenar con personas con discapacidad y eso hace que en ciudades donde no hay ni un solo club de discapacitados los niños no puedan iniciarse en la práctica deportiva. Quiero que los clubes convencionales se atrevan a tener secciones de deporte adaptado. Es un trabajo largo, a nivel nacional, y en eso quiero trabajar. También quiero seguir con mis conferencias porque es algo que me apasiona.  

-Simon Biles puso sobre la mesa el tema de la ansiedad y la exigencia de los deportistas de primer nivel. ¿Cómo gestiona usted esa presión?

-Yo la gestiono trabajando mucho el tema mental. Siempre he pensado que en competición el 60% es cabeza y 40% cuerpo. Es un trabajo mental diario, de muchos años, no solo cuando preparo las competiciones. Yo disfruto mucho la competición, soy una competidora nata. El estrés no es que no lo lleve bien, es me gusta esa vidilla, esa sensación, porque creo que eso te da humildad. Saber que te pueden ganar, que no siempre depende todo de ti. Mis rivales tienen tanto derecho como yo a ganar y depende de quién entrena mejor, quien está en mejor momento y muchos otros factores. Yo solo me preocupo de nadar de la forma técnicamente perfecta, lo demás no me presiona. Soy consciente de que están los medios, la familia, y todos esperan las medallas, pero no me supone ningún estrés.