El premio Planeta del millón de euros pone por fin rostros a Carmen Mola
CULTURA
Los guionistas Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero triunfan en la noche del 70.º aniversario. Paloma Sánchez-Garnica, finalista con una novela sobre los totalitarimos
16 oct 2021 . Actualizado a las 11:06 h.Carmen Mola mola. Sería el eslogan más fácil. Pero en realidad la cosa de fácil no tiene nada; es más, no podía presentarse de forma más espectacular. Para inaugurar esta nueva era de los premios Planeta, el triunfo de Carmen Mola, la Elena Ferrante de las letras españolas, el gran misterio de los últimos años. Y el premio le puso por fin rostro, o rostros. Detrás de ese seudónimo se escondían tres escritores y guionistas: Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, que decidieron hace unos años juntar su talento para escribir una historia juntos. La bestia es ya su cuarta novela, después de la trilogía que los encumbró. El libro está ambientado en el Madrid de 1834, con una epidemia de cólera azotando la ciudad y una serie de crímenes macabros en juego. Mercero adelantó que trata sobre Lucía, una huérfana que busca a su hermana, una historia de muerte y conspiraciones y lucha de clases.
No tanto resultó una velada espectacular porque la compañía celebre el 70.º aniversario del popular galardón, que también, como por la sorpresiva e impactante decisión del holding editorial anunciada por su presidente solo unas horas antes del fallo de que el ganador (que esta vez son tres) se lleva a su casa prácticamente el doble del premio previsto, que saltándose las bases del concurso pasó de 601.000 euros a un millón. Todo el mundo apostó en ese mismo momento por un nombre (fuese cual fuese, eran decenas, aunque no tantas) que reuniera la condición de gran figura literaria, de posición y prestigio absolutamente consolidados, una operación estilo Javier Cercas o Eduardo Mendoza. Pues bien, el vencedor no solo es un nombre con una carrera corta -aunque exitosa: publicaron La novia gitana, primera entrega de su trilogía, a mediados del 2018-, sino que no se sabía quién era, y segundos antes aún se discutía en los corrillos si desvelarían su identidad o no, si era verdad que era una mujer nacida en 1973 en Madrid, como se insinuó en sus inicios, o si detrás de ese seudónimo había hasta tres autores que trabajaban al alimón.
En presencia de sus majestades, los reyes de España, don Felipe y doña Letizia, saltó el gran bombazo que inundó y dejó por unos segundos mudos los solemnes salones del MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña), que acogió un sarao que ya podría calificarse de multitudinario, casi como si el covid hubiese quedado atrás.
El muy honroso puesto de finalista se adjudicó a Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962), una narradora con una trayectoria menos fulgurante, pero que poco a poco se ha ido construyendo con paciencia y rigor, y que la coloca entre los más destacados autores de novela de ambientación histórica del panorama actual.
En cuanto a Mola, todo eran incógnitas, y a esas preguntas que se agolpaban entre los corrillos se sumaba de nuevo el hecho -que se había dado ya con Javier Cercas y Manuel Vilas, y que había levantado no poca polvareda- de que sus tres novelas, muy duras, extremas, y protagonizadas por la inspectora Elena Blanco, habían aparecido en el catálogo de Alfaguara, sello ahora integrado en el conglomerado Penguin Random House, que disputa cada centímetro a Planeta especialmente en el mapa de la literatura en español. Su potente estilo -que enseguida se relacionó nada menos que con Pierre Lemaitre y Luca d’Andrea-, en todo caso, es garantía de lectura adictiva.
Antonio Mercero -hijo del célebre cineasta del mismo nombre autor de un filme clásico como La cabina- trabaja en la adaptación televisiva de La novia gitana, junto a José Rodríguez, en una serie que prevé rodar Paco Cabezas para Atresmedia, grupo de comunicación detrás del cual está Planeta. Mercero también ha publicado novela negra y ha alcanzado cierta relevancia con las andanzas de su detective transexual, Sofía Luna, que igualmente edita Alfaguara.
Sánchez-Garnica novela contra los totalitarismos
Paloma Sánchez-Garnica sí es una firma de la casa Planeta, y que además no es nueva en esto de los premios. Con su obra Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido, que alcanzó las cinco ediciones y se ha traducido en todos los países de habla anglosajona, se alzó en el 2016 con el premio de novela Fernando Lara, que junto con el Nadal es uno de los galardones que allana claramente el camino hacia el Planeta, un fenómeno que hoy excede el acontecimiento literario y que con su dotación de un millón de euros ha superado incluso al Nobel. Sánchez-Garnica se embolsa 200.000 euros con su libro Últimos días en Berlín, presentado con el título Hijos de la ira bajo el seudónimo de Yuri Zhivago.
Sánchez-Garnica se mostró sorprendida y emocionada por un reconocimiento que no considera menor. Y explicó que su obra es una historia construida en favor de la memoria de quienes lucharon contra los totalitarismos, que transita por los excesos que provocó la Revolución rusa y posteriormente la Alemania nazi. Quiso así acordarse de autores como Primo Levi, Solzhenitsyn, Anna Ajmátova, Ósip Mandelshtam o tantos otros que dejaron testimonio de momentos históricos que, deseó, no deben repetirse. Su ejemplo y su voz deben servir para ello.