En apenas dos meses el realizador estrenará «El último duelo» y «La casa Gucci», mientras prepara para Apple «Kitbag», una película sobre Napoleón
07 ago 2021 . Actualizado a las 09:59 h.No se vislumbra relevo generacional para Ridley Scott (1937) en cuanto a su fidelidad al cine histórico para pantalla grande, género ahora arrinconado en la televisión, excepto cuando el británico asume un proyecto para aportarle calidad de producción y buen acabado visual desde su compañía Scott Free. En el 2005, dejó una sentencia con la que pone balizas a su visión del género -«El cine sirve como puente para entender mejor la Historia»-, aunque no deje de acompañarle la polémica cuando se permite libertades creativas -el look visual de su oscarizada Gladiator, se inspiró, sobre todo, en la pintura romántica francesa del XIX-. Para eso también tiene respuesta: «El historiador nunca puede especular sobre situaciones que desconoce, mientras que en el cine hay que llenar esos huecos».
Formado como director artístico en el Royal College of Art de Londres, en su más de medio centenar de obras -entre largos, cortos, spots, pilotos para televisión- desde su debut en 1977 con Los duelistas (ubicada a comienzos del XIX), al menos otros diez títulos recorrieron varios siglos. Desde el XIII a.C. en Exodus: dioses y reyes (2014), pasando por el siglo II de Gladiator (2000), el XII de El reino de los cielos (2005) y Robin Hood (2010), el XV en 1492: la conquista del paraíso (1992), hasta llegar al siglo XX con Black Hawk derribado (2001), American Gangster (2007) y Todo el dinero del mundo (2017). Todas ellas fueron servidas bajo la coartada de géneros como drama, aventuras, bélico o thriller, siempre con la colaboración de un equipo de arte liderado desde el año 2000 por Arthur Max -excepto en 1492-, junto con la responsable de vestuario Janty Yates, profesionales que también lo acompañan en su otra debilidad, el género fantástico o de anticipación.
Scott se caracteriza por promover director’s cut (la versión del director) de varios de sus filmes -con minutos añadidos, nunca vistos en salas- y cuidar los extras para el cine en casa, desvelando jugosos detalles sobre la preproducción y el desarrollo del conjunto de la dirección artística. Su tono divulgativo los hace muy útiles para entender esta importante parcela de la producción audiovisual, que Scott aplicó también a centenares de anuncios publicitarios, algunos ya referentes en esa modalidad.
A punto de cumplir 84 años en plenitud creativa, Ridley Scott se dispone a estrenar El último duelo -en el próximo festival de Venecia y su llegada a España se prevé para el 15 de octubre-, recreación del histórico duelo a muerte entre Jean de Carrouges y Jacques LeGris el 29 de diciembre de 1386, bajo la acusación de haber violado el segundo a la mujer del primero, Margerite. Aquel combate congregó a miles de espectadores, incluido el propio rey de Francia, en las afueras de París. Matt Damon y Adam Driver encarnan a los contendientes, completándose el reparto principal con Jodie Comer y Ben Affleck, entre otros. El rodaje hubo de interrumpirse en Francia el 13 de marzo del 2020 a causa del covid, después de un mes de trabajo, desplazándose a Irlanda para su conclusión.
A finales de febrero del presente año, Scott comenzó en Florencia, Roma y otros lugares de Italia la filmación de La casa Gucci, centrada en el asesinato de Mauricio Gucci el 27 de marzo de 1995. La víctima era consejero delegado de la famosa empresa de artículos de lujo. Fue su exmujer, Patrizia Reggiani, quien indujo y pagó al pistolero, un vulgar camello. Lady Gaga y Adam Driver encarnan a la pareja y completan el reparto Jared Leto, Salma Hayek, Al Pacino y Jeremy Irons, entre otros. El filme llegará a España el próximo 26 de noviembre.
El vínculo de Ridley Scott con el género histórico se mantiene, y aunque el guionista Peter Craig ya trabaja sobre el guion de la secuela de Gladiator -todavía sin fecha-, que transcurriría algunas décadas después, parece mucho más avanzado el texto de David Scarpa para Kitbag, sobre las relaciones de Napoleón y Josefina, con Joaquin Phoenix como el emperador y Jodie Comer como su esposa. El proyecto tendrá a Apple como principal productor, y, de llegar a buen puerto, rompería la maldición que persigue al mundo napoleónico desde que, a finales de los años sesenta, Stanley Kubrick se viera obligado a renunciar a su Napoleón, una idea que hace un tiempo intentaron revitalizar como serie televisiva Spielberg y sus asociados, aunque sin éxito.