Cuando se acerca el 8M, las novedades editoriales vibran al ritmo de los ensayos firmados por escritoras, un bum imparable donde las norteamericanas llevan ventaja
06 mar 2021 . Actualizado a las 10:51 h.Las mujeres que leen son peligrosas. Así nombró el texto con el que se dio a conocer entre los lectores en castellano el alemán Stefan Bollmann. El título, publicado por Maeva en una edición ilustrada en la que Esther Tusquets aportó el prólogo, se convirtió en un lema, al igual que el manifiesto con el que Rebecca Solnit hizo legión, Los hombres me explican cosas (Capitán Swing). Rara avis hasta hace unos años entre las apuestas de las editoriales españolas, los ensayos firmados por mujeres están protagonizando, y cada vez más, los platos fuertes de las novedades editoriales. Correspondidas por las lectoras y los lectores, la revolución de las autoras que cuentan sus reflexiones, que abordan su existencia sin intermediación masculina, es imparable.
Cuando se acerca el 8M, la lista de títulos frescos es muy rica. Editoriales independientes como Capitán Swing, que en el 2020 publicó otro ensayo de Solnit, El arte de perderse, trae al castellano, 20 años después de su publicación original, un estudio académico que sigue siendo un referente sobre la conciliación, La doble jornada, de Arlie R.Hochschild. Sexto Piso, editorial gracias a la que leímos en castellano los Apegos feroces de la pensadora y activista Vivian Gornick, acaba de lanzar Desmorir, de Anne Boyer, premio Pulitzer de No Ficción 2020. Recuerdos de mi inexistencia (Lumen), de nuevo, de Solnit, es uno de los libros más esperados de la feminista estadounidense.
En gallego, Hércules Ediciones ha lanzado Bruxas. A forza invencible das mulleres, reflexión sobre la herencia patriarcal en el pensamiento europeo de la jefa de edición de Le Monde Diplomatique, la periodista francosuiza Mona Chollet. Mientras, Galaxia, con motivo del 8M, ha reunido en Libres e vivas diez textos de autoras gallegas, entre ellas, Anxos Sumai, Berta Dávila y María Xosé Porteiro.
El género prohibido
El machismo, el patriarcado, la libertad, la sexualidad, la igualdad... La colección crece con obras que son ya clásicos, desde El género en disputa (Paidós), de Judith Butler, a La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres (Seix Barral), de la Princesa de Asturias de las Letras 2019, Siri Hustvedt. El año del pensamiento mágico (Random House), de la imprescindible Joan Didion, y la más reciente, Falso espejo (Temas de hoy), de Jia Tolentino, completan esta biblioteca donde la británica que ha conseguido que los ingleses se enganchen a la cultura clásica, Mary Beard, autora de Mujeres y poder. Un manifiesto (Editorial Crítica), y Toni Morrison, la primera afroamericana Premio Nobel de Literatura, que firma El origen de los otros (Lumen), merecen una habitación propia.
«Se asumió que, al ser el ensayo un género "racional" y presuntamente "científico", solo los escritores podían llevarlo a cabo. Por las mismas razones, estaba dirigido fundamentalmente a un público masculino que pudiera alcanzar las cotas de rigor y reflexión que propiciaba. Esto muestra un claro sesgo patriarcal que ha intentado vetar el acceso de escritoras y lectoras a este género», explica la catedrática de la Universidad de Huelva, Mar Gallego Durán, coautora, con Eloy Navarro, de Razón de mujer. Género y discurso en el ensayo femenino (Alfar).
Una compilación que desmantela la asociación de raciocinio-ensayo y demuestra la excelencia y riqueza del ensayo femenino. «No sé si hablaría de un bum actual, más bien, se está visibilizando la enorme contribución de todas estas mujeres al género. En pleno siglo XXI, ya va siendo hora de desmontar los estereotipos y creencias sexistas, también en literatura», añade Gallego, que pone de ejemplo a Pardo Bazán.
Aunque en el mercado editorial español, el libro del 2020 fue el ensayo de Irene Vallejo El infinito en un junco (Siruela), los títulos que van llegando con la etiqueta de «nuevo» son, en su mayoría, traducciones de textos que se remontan a los 70. Y, a excepción de Chollet y Beard, todas las citadas son estadounidenses. ¿Casualidad?
«Sí que hay un bum, también en el género periodístico. Susan Sontag es un monstruo en la intelectualidad norteamericana. Pero esto no surge ahora, sigue esa estela de recuperación de voces femeninas que reivindican la obra de mujeres que se habían mantenido fuera del ámbito académico y se relaciona con el momento que vivimos, de remover conciencias y crear un ámbito de pensamiento, de debate», apunta Patricia Fra López, profesora de Literatura Norteamericana en la USC, que se remonta a las cartas, artículos y ensayos publicados por mujeres, de todas las razas, desde el XVIII, para concienciar sobre la independencia en la guerra civil, primero, el sufragio femenino o la intervención norteamericana en la Primera Guerra Mundial. Rescatar sus escritos no deja de ser un acto de justicia.