El director francés Bertrand Bonello acepta el desafío de un género sobrexplotado para darle una vuelta de tuerca a un asunto al que insufla dignidad
20 ago 2020 . Actualizado a las 09:01 h.Los muertos vivientes gozan hoy de una mala salud audiovisual, asfixiados entre tópicos y clichés. Las balizas que colocaron dos clásicos como Yo anduve con un zombi (Jacques Tourneur, 1943) y La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968) ya están irreconocibles. Si el primero trabajaba con vudú, zombis y magia negra, el segundo los convertía en carnívoros hambrientos por aquello de una radiación proveniente del espacio exterior. El terror y el fantástico hacían buen maridaje en torno a unos personajes que ahora tienen su máxima expresión en la serie posapocalíptica The Walking Dead desde que, en el 2010, Frank Darabont y asociados la promovieran para el canal AMC. Francamente, un filón en los últimos tiempos. Quizá por eso, el guionista, músico y director francés Bertrand Bonello asumió el desafío de regresar a los zombis, pero digamos que en serio y abordados desde la antropología. Y lo hizo rodando también en Haití, y además escarbando en la tradición cultural del país caribeño, léase tomando mimbres parecidos a los de Tourneur pero ahorrándonos la tabarra de cadáveres zampándose humanos y chorreando sangre.
Es lo que hace de Zombi Child una propuesta singular y curiosa, aunque parezcan dos películas en una. Pero, insistamos, enfocada de otra manera. Tenemos a cinco chicas internas en la muy elitista La Maison d’Education de la Legión de Honor en Saint-Denis, inaugurada por Napoleón en 1811, en apariencia entregadas a sus cosas. Y tenemos además a una joven haitiana, huérfana a causa del terrible terremoto del 2010, y nieta de un muerto viviente de 1962 que años después regresó al mundo de los vivos. Todo tratado desde una visión historicista y respetando las tradiciones en cuanto a ritos, vudú y sus músicas. Ambos vectores acabarán confluyendo sin estridencias. Bonello opta por planos secuencia y diálogos por momentos dilatados, para confirmar que lo suyo se aleja de tracas y petardos, aunque finalmente deba acudir a la truculencia que el subconsciente del espectador espera en una cinta con zombis. Sin renunciar, eso sí, a un agradecido sustrato de revisión histórica asociada al pasado colonial francés. Al fin, una inteligente operación de derribo.
«ZOMBI CHILD»
Francia, 2019.
Dirección, guion y música: Bertrand Bonello.
Fotografía: Yves Cape
Intérpretes: Louise Labeque, Wislanda Louimat, Adile David, Ninon Francois, Mathilde Riu, Bijou Mackenson, Katiana Milfort, Sayyid El Alami.
Género fantástico.
103 minutos.