El cineasta, de 80 años, también contaba en su filmografía títulos como «Un día de furia» o «Jóvenes ocultos»
23 jun 2020 . Actualizado a las 12:19 h.El cineasta estadounidense Joel Schumacher, director de cintas como Batman Forever (1995) y Batman & Robin (1997), murió este lunes a los 80 años. El portal The Wrap, citando a su representante, aseguró que Schumacher padecía cáncer, mientras que la revista Variety detalló que murió en Nueva York, según recoge Efe. Además de esas dos cintas sobre Batman, que resultaron bastante polémicas dentro de las adaptaciones a la gran pantalla del superhéroe enmascarado, la filmografía de Schumacher destaca por otras conocidas películas como St. Elmo, punto de encuentro (1985), Jóvenes ocultos (1987), Un día de furia (1993), 8MM (1999) y Última llamada (2002), entre otras.
La carrera de Schumacher (Nueva York, 1939) comenzó lejos de la cámara y de la silla de director: fue diseñador de vestuario en cintas como Sleeper (1973) o Interiors (1978), ambas de Woody Allen. El salto a la dirección lo dio gracias a la televisión con las cintas para la pequeña pantalla Virginia Hill (1974) y Amateur Night at the Dixie Bar and Grill (1979), antes de debutar en las salas con La increible mujer menguante (1981).
Su primer éxito como realizador llegó con St. Elmo's Fire, una mirada generacional a un grupo de amigos camino de la vida adulta y en cuyo reparto sobresalían unos jóvenes Rob Lowe, Demi Moore y Emilio Estévez. Y su confirmación vino de la mano de la vampírica Jóvenes ocultos, que mezclaba terror y comedia con Kiefer Sutherland al frente del elenco. Una seña de identidad de Schumacher fue la variedad de sus títulos: podía pasar del terror de Flatliners (1990) al drama romántico de Dying Young (1991) contando para esas dos películas con Julia Roberts como protagonista. Poco después presentó en el Festival de Cannes la que posiblemente sea su cinta más aplaudida, Un día de furia, en la que Michael Douglas interpretaba a un abogado en Los Ángeles hastiado del día a día y de morderse la lengua y que, de repente, decidía dar rienda suelta a todo su enfado.
Schumacher tomó el testigo de Tim Burton para continuar la historia de Batman. Fichó a Val Kilmer para Batman Forever, donde se enfrentaba a Tommy Lee Jones y Jim Carrey como villanos en una cinta que fue un gran éxito de taquilla pero que obtuvo flojas críticas. Mucho peor fue el recibimiento de Batman & Robin, con George Clooney como Batman y que se llevó unas reseñas pésimas. Esta cinta reforzaba una curiosa estética entre camp y kitsch e irritó a los fans más estrictos que tenían a Batman como un superhéroe en un mundo de tinieblas. No obstante, Schumacher, que era gay, ahondaba en esta película, de manera más o menos sutil, en la famosa interpretación homoerótica de las aventuras de Batman y su compañero Robin.
Fuera ya de Batman, Schumacher continuó con títulos de lo más diverso, como la adaptación del musical Andrew Lloyd Webber's The Phantom of the Opera o la obsesión matemática y sobrenatural de The Number 23 (2007). Su último trabajo tras las cámaras fue dirigiendo dos episodios de la serie House of Cards (2013-2018).