El geoquímico Claire Patterson consiguió datar el nacimiento del planeta y alertar sobre una grave crisis sanitaria
22 abr 2020 . Actualizado a las 20:54 h.La investigación básica no aporta beneficios cuantificables a corto plazo, pero con el tiempo puede revolucionar el planeta y salvar millones de vidas. Esto es algo sobre lo que estos días insisten los expertos a propósito de la crisis del coronavirus. La inversión no solo debe ir para al desarrollo de una vacuna, sino también para financiar proyectos que desean estudiar los virus, sin otro objetivo que ampliar el conocimiento. La historia del geoquímico estadounidense Claire Patterson representa el perfecto ejemplo de cómo la ciencia básica puede ahorrar mucho sufrimiento a la humanidad.
En los años 40 Patterson trabajaba en el Instituto Tecnológico de California cuando recibió el encargo de descubrir la edad de la Tierra, una pregunta que se habían hecho grandes sabios de la historia, pero que seguía sin respuesta. En parte porque siempre había sido complicado encontrar la forma de desvelar cuántos años tiene el planeta. Los científicos habían probado analizando las rocas del Gran Cañón de Colorado, aunque los resultados oscilaban desde los tres millones hasta los quince mil millones de años.
La naturaleza es caprichosa porque la respuesta no estaba en la Tierra sino en el cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter. Estas rocas interplanetarias son los restos de la formación del sistema solar y analizando ciertos elementos que contienen, como el plomo, sería posible averiguarla. Cuando Patterson se puso manos a la obra nunca imaginó la odisea que le aguardaba. El plomo presente en el ambiente impedía medir los niveles exactos de las muestras de los meteoritos. Solo después de construir un laboratorio acondicionado para que el plomo exterior no pudiese enturbiar su trabajo, consiguió dar con la cifra: 4.550 millones de años, un margen de error de solo setenta millones de años respecto a la cifra que se maneja actualmente. Fue el primer científico en descrifrar uno de los grandes interrogantes que se resistían.
Niveles altos de plomo
Patterson no solo reveló la edad de la Tierra. Para conocer más sobre el plomo tuvo que viajar por todo el mundo. Sus mediciones siempre mostraban un patrón: la concentración era superior en la superficie del mar que en el fondo y en la nieve que en las capas heladas más profundas. Perforando el hielo, la ciencia puede conocer las condiciones ambientales del pasado, así que Patterson descubrió que los niveles se habían disparado en las últimas décadas. ¿De dónde salía? También encontró al responsable: la gasolina.
Los coches usaban el plomo para impedir que algunas piezas del motor se deteriorasen a pesar de que desde la época de los romanos se sabía que es puro veneno. Entre otros efectos, ataca al sistema nervioso. La Organización Mundial de la Salud lo incluye dentro de una lista de diez productos químicos causantes de graves problemas de salud pública que exigen la intervención.
Patterson reaccionó de forma responsable, alertando a las autoridades sobre el peligro de un enemigo invisible pero letal. No fue sencillo que lo escucharan porque tuvo que enfrentarse a la poderosa industria del petróleo. La lucha de David contra Goliat desencadenó una movilización ciudadana en Estados Unidos que culminó en 1970, cuando se aprobó la Ley de Aire Limpio que obligó a retirar del mercado toda la gasolina con plomo. El nivel de esta sustancia en la sangre de los estadounidenses se redujo un ochenta por ciento. La batalla de Patterson encendió la mecha de un movimiento que se organizó para despertar y extender la sensibilidad medioambiental por todo el mundo y que decidió que el 22 de abril de 1970 y todos los sucesivos fuesen el Día de la Tierra. Su historia protagoniza uno de los capítulos de la primera temporada de Cosmos
Hoy, en el cincuenta aniversario de esta celebración se alza la voz sobre el cambio climático, el reto de nuestro tiempo. Según una encuesta publicada hoy por Ipsos Global Advisor 7 de cada 10 españoles considera que el cambio climático será un problema tan grave como lo es en estos momentos la pandemia del Covid-19. Además, el 51 % de los españoles asegura que mejorará su conciencia climática cuando termine esta crisis sanitaria.