«La ampliación del Museo del Prado será el gran legado de esta época»

CULTURA

Miguel Falomir,  director del Museo del Prado
Miguel Falomir, director del Museo del Prado

Manuel Falomir repasa la trayectoria de uno de los museos más importantes del panorama nacional, del cual es director

10 oct 2019 . Actualizado a las 17:07 h.

El Museo del Prado está de celebración. No sólo porque este año cumple su bicenenario, sino también porque ha recibido el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2019. Su director, Miguel Falomir, afronta el reto de mantener la vigencia de una pinacoteca que atrae cada año a cerca de tres millones de visitantes.

-El museo que usted dirige ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. ¿Cómo llega un museo bicentanario al siglo XXI y mantiene su vigencia como comunicador?

-El Prado es un museo, uno de los mejores del mundo, pero sobre todo para un español, es algo más. Es un “lugar de memoria”, como señaló Ramón Gaya  y recordaba la exposición inaugural del Bicentenario, resumen y reflejo de la historia de España, con el que los españoles han tejido unos vínculos afectivos que difícilmente se encuentran en otros países.

-Los directores del museo al principio fueron Grandes de España, después pintores y por último, desde los años 60, historiadores. ¿Es un retrato del cambio de la sociedad española, es parte de la política o un viaje hacia la tecnocracia?

-Quizás no sea yo el más indicado para responder a esta pregunta, pero lo que sí se detecta en una perspectiva histórica es un camino hacia la profesionalización de la labor de estudio, análisis y gestión. En los dos siglos de vida del Prado se ha ido deslindando el criterio o el gusto personal, que es lo que marca el inicio de las colecciones reales, de la visión de los estudiosos y críticos. Es muy diferente ordenar y exponer una colección desde una perspectiva personal y subjetiva que hacerlo desde la conciencia crítica del valor de las obras.

-Háblenos de la competencia. ¿Es El Prado rival con músculo frente al Louvre, la National Gallery o el MOMA?

-Nuestro rival es el aburrimiento, la irrelevancia o el abandono de la cultura. Los museos que usted cita y los que hay en nuestro país, que hay muchos y muy buenos,  forman un universo en el que todos tienen su sitio y función y que colaboran entre sí. Y entre los que el Prado destaca por su fortísima personalidad, resultado de unas circunstancias histórico-artísticas únicas. La competencia real de los museos son las ofertas alternativas de ocio que tienen los ciudadanos, que proveen una experiencia más inmediata y ‘fácil’.

-Nuestro legado cultural es extraordinario. ¿Sabemos vendernos bien en el extranjero, o seguimos un poco acomplejados frente a otros?

-Si España tiene un sello internacional de prestigio, ese es el de la cultura y el patrimonio. Somos uno de los países con mayor y mejor patrimonio cultural y, sin duda, el Museo del Prado es su elemento más destacado y reconocible en el extranjero. Por ello es tan importante contar con los recursos necesarios, tanto públicos como privados,  para la adecuada conservación y difusión de este incalculable patrimonio.

-En este sentido, un director de El Prado es casi un embajador…

-Yo suelo recordar el título de aquella serie británica “calderero, sastre, soldado y espía”…el oficio de Director se asemeja a un director de orquesta que coordina muchas funciones, y entre ellas está proyectar la cultura española en el mundo

-¿Cuál es el principal reto de futuro de su mandato, y su mejor proyecto?

-Destacaría la culminación la ampliación del museo mediante la incorporación del Salón de Reinos, con proyecto de Norman Foster y Carlos Rubio. Será el gran legado de esta época y confiamos que los próximos presupuestos generales nos permitan iniciar las obras de inmediato.

Sobre proyectos, el Bicentenario y su celebración son un proyecto espectacular que aúna más de 100 actividades en toda la geografía del país. Se trata de un proyecto colectivo en el que los trabajadores del Museo del Prado están dando lo mejor de ellos mismos.

-¿Qué pintor o qué cuadro echa de menos ver colgado en las salas del Prado?

-Varios, sobre todo italianos del Quattrocento, por ejemplo Piero della Francesca, y holandeses del siglo XVII: Vermeer, Hals, y ojalá tuviéramos más de un Rembrandt.

-¿Y qué obra recomendaría para un selfie magnífico, si fuera posible?

-La que le guste a cada uno. Hay un componente subjetivo en el disfrute del arte que hay que vindicar.  En el Museo no está permitido hacer fotos, porque queremos que prime la experiencia emocional y que los cuadros no se transformen en un mero telón de fondo, pero todas nuestras obras están disponibles gratuitamente en la página web con imágenes de alta calidad.