La actriz añora su faceta viajera tras asentarse en Los Ángeles para poder conciliar con el actor la crianza de sus hijos
08 oct 2019 . Actualizado a las 00:08 h.Hacía tiempo que Angelina Jolie no estrenaba una película. Ha atravesado años complicados, en los que tuvo que afrontar serios problemas de salud y una dolorosa y controvertida separación de Brad Pitt después de once años juntos. Por eso la presentación de su nuevo filme, Maléfica: Dueña del mal, una secuela de la película del mismo nombre estrenada en el 2014, ha sido la primera vez en la que la actriz ha hablado abiertamente de cómo vivió aquellos días en los que la ruptura de la que parecía ser la pareja perfecta causó conmoción en todo el mundo.
A Jolie no le cuesta admitir que fueron momentos muy duros. «Me había perdido un poco», afirma en una sincera entrevista concedida a la revista francesa Madame Figaro.
La actriz que se enfundó el mono de Lara Croft asegura que al final de su relación con Pitt y al principio de la separación vivió una etapa dolorosa. «Fue un momento complicado en el que ya no me reconocía a mí misma, me había vuelto... cómo decirlo, más pequeña, insignificante, aunque eso no se apreciara. Sentía una profunda y verdadera tristeza. Estaba herida», reconoce. Pese a todo, asegura que «fue interesante volver a sentir esa humildad y esa insignificancia».
Aquel fue un proceso largo y complicado en el que las negociaciones acerca de la custodia de los niños y la separación de bienes fueron largas y tormentosas y acabaron por estropear aún más la relación de un matrimonio que, a día de hoy, no se dirige la palabra. Le siguieron, además, algunos problemas de salud para la actriz, pero asegura que el conjunto de todo aquello le permitió recordar «la suerte de estar vivos». «Es otra lección para transmitir a mis hijos, la idea de renovación y, sobre todo, un retorno posible a la alegría de vivir. Debo redescubrir la alegría...» Ahora confiesa estar «en un período de transición, como un retorno a los orígenes» y hacia sí misma.
La separación ha cambiado su vida en aspectos como el hecho de tener que renunciar a su carácter nómada para instalarse de nuevo en Los Ángeles, donde Pitt quiere vivir, con el fin de favorecer que sus seis hijos puedan ver a su padre de acuerdo a lo establecido por los jueces y propiciar así un acuerdo de divorcio que no termina de cerrarse. «No estoy muy vinculada con esa ciudad. Prefería viajar más a menudo, pero eso no resulta compatible a día de hoy con el trabajo de Brad. Yo coopero», asegura.
Su escasa vinculación con Hollywood hace que, a pesar de su activismo, la actriz no se vea especialmente comprometida con un movimiento como el Me Too, cuyo germen nació en torno al mundo del cine. Asegura que habría hecho falta «una encuesta con una investigación exterior» y «una mirada más independiente» para analizar en profundidad lo sucedido. «Me ocupo a menudo de los asuntos de las mujeres a nivel internacional y pienso que muchas cosas en Hollywood deben ser revisadas», defiende. No obstante, no será ella la que empuñe esa bandera. «No es una ciudad en la que desee concentrarme», descarta.
Acerca de la velada alusión que hizo hace unos años sobre su deseo de aparcar su carrera como actriz, asegura que la ruptura con Brad Pitt la ha obligado a evaluar de nuevo su situación. «Me parece necesario estar cerca de mis hijos y no ausentarme constantemente. No es un buen momento para comprometerme en proyectos a largo plazo. Ser actriz me acapara menos tiempo», afirma. Además, el hecho de haberse metido de nuevo en la piel de un personaje fuerte como el de Maléfica dice que le ha servido «como una forma de terapia». «Ayuda a reconstruirse, aunque uno no se sienta en su mejor forma», concluye.
«Todos los días me fuerzo a hacer cosas que me intimidan»
Jolie sostiene que desde siempre ha perseguido «la libertad» y que la imagen que el público tiene de ella como una mujer salvaje procede del hecho de no haber «elegido nunca la prudencia o la mesura». «Poseo una casa situada en lo más hondo de la selva y jamás he rechazado visitar un territorio en conflicto. He trabajado en la ONU, colaboro con militares, me fuerzo a vivir experiencias que creo necesarias para mi construcción como ser humano. Todos los días me fuerzo a hacer cosas que me intimidan y que a veces me dan miedo».
De todas las facetas que posee Angelina Jolie como actriz, cineasta y activista de los derechos humanos, asegura que la de madre es la primera y la que más predomina. «Por la mañana me despierto mamá. Hoy, mañana y para siempre, en mi opinión. Porque una vez que tienes hijos perteneces a otros seres, ya no te perteneces en absoluto. Sus necesidades y sus prioridades son mis prioridades -confiesa-. Solo una vez que ellos están en el colegio puedo dedicarme a mi trabajo humanitario y político [...] y, una vez que todo eso está terminado, entonces puedo consagrarme al cine».