Willem Dafoe y Robert Pattinson ocupan en Sitges el faro del fin del mundo en la película «The Lighthouse»

José Luis Losa SITGES / E. LA VOZ

CULTURA

Fotograma del filme «The Lighthouse», de Robert Eggers, con Willem Dafoe y Robert Pattinson como únicos protagonistas
Fotograma del filme «The Lighthouse», de Robert Eggers, con Willem Dafoe y Robert Pattinson como únicos protagonistas

El largometraje dirigido por el realizador Roberto de Feo «The Nest» [«Il nido»] devuelve al cine italiano el fulgor de su fecunda tradición de cine gótico

08 ene 2020 . Actualizado a las 20:15 h.

Robert Eggers es un caso clínico de cineasta que se consagra con una sola película. Su ópera prima The Witch -que inauguró este festival de Sitges por todo lo alto en su edición del 2015- nos revelaba una capacidad insólita del realizador en cuanto a recreación de atmósferas, al situarnos en la puritana Nueva Inglaterra del siglo XVII y ser capaz de imbuirnos de aquel ambiente de brutalidad y persecuciones morales colectivas que incubaban algunas de las bases pútridas sobre las que se asentó el país llamado a liderar el mundo, Estados Unidos.

Cuatro años ha consumido Eggers en alumbrar su segunda obra. Y la espera y una gran campaña de márketing lograron que -en su estreno en la pasada Quincena de Realizadores del Festival de Cannes- The Lighthouse [El faro] deviniese en película-evento y saliese del certamen con categoría de hype. Este domingo pasó por la cita barcelonesa con ese eco que la convertía en lo más esperado de esta 52.ª edición, sin ser -ni de lejos- de lo mejor de un programa que ha ofrecido cine más estimulante en Bliss, El ángulo muerto, Vivarium o en los 3 From the Hell de Rob Zombie.

Parte The Ligthouse de unas premisas de superioridad autoral que se percibe que Eggers se ha apresurado a incorporar a su ego: una historia ambientada también en Nueva Inglaterra, a finales del XIX, filmada en blanco y negro ampuloso y con solo dos personajes: el veterano farero que habita ese pozo de sombras y su nuevo ayudante. Y el pulso de las relaciones de dominio que estrangula su convivencia y la transforma en una nave del terror, con reminiscencias del más pesimista Melville.

La planificación del filme, el peso de un guion que pretende que la película se desarrolle siempre en la cumbre, en una sucesión de clímax respaldados en unos diálogos que quieren abrumar por el ruido y la furia sin pausa me genera cierto agotamiento.

Fotograma del filme de Eggers «The Lighthouse»
Fotograma del filme de Eggers «The Lighthouse»

Esto no le resta méritos -todo lo contrario- a un actor descomunal como Willem Dafoe, que es quien de sostener ese reto sin que se desnude del todo el trampantojo. Ni a Robert Pattinson, que le planta cara sin caer noqueado.

Ese combate de lucha de clases o de galones, de sucesivos giros en el dominio de la pelea de gallos, bebe mucho de La huella, el clásico mayor que rodó Joseph Mankiewicz. Y denota la diferencia entre un aristócrata del talento -tanto cinematográfico como teatral- como era Mankiewicz y un parvenu como Robert Eggers, que acaba de llegar a la fiesta y siente la necesidad contraproducente de subrayar su virtuosismo, su potencialidad para epatar lo pida o no la secuencia.

Y The Ligthouse, que aun lastrada por ese narcisismo contiene propuestas poderosas, paga el pato de un autor con una visión adanista: cree que él inventó el cine y precisa removernos a cada segundo para dejar constancia. Y ese ajetreo te vapulea y te lleva a marcar distancias.

«The Room», con Olga Kurylenko 

Pisaba este domingo Sitges Olga Kurylenko con The Room, ópera prima de Christian Volckman. La presencia de la estrella de origen ucraniano le vino al pelo a la alfombra roja del festival. Y su película no afea la jornada: es una distopía que se aleja del esquema tan manido de las casas encantadas para ofrecer una nueva vivienda cuya particularidad es la de poseer una habitación secreta en la cual la pareja que forman Kurylenko y Kevin Jansenns podrán materializar todo aquello que deseen.

La actriz Olga Kurylenko, en una escena del filme «The Room»
La actriz Olga Kurylenko, en una escena del filme «The Room»

Es verdad que lo que articula en torno a esa idea su director -otro de tantos debutantes en esta sección oficial- está demasiado ceñido a lo previsible. Y en ese sentido es infinitamente más rica Vivarium, filme de Lorcan Finnegan, que se marca también como territorio el de un universo residencial y confortable pero que eleva su cáustico material hacia una angustiosa demonización del modelo de la urbanización de adosados como un código moral que te conduce al callejón sin salida de la pesadilla aniquilante.

Fotograma del filme «The Nest», del realizador italiano Roberto de Feo
Fotograma del filme «The Nest», del realizador italiano Roberto de Feo

Muros de insania

La italiana The Nest, de Roberto de Feo posee la fuerza de ilusionarte ante lo que es un renacimiento de aquella tradición transalpina del cine de terror gótico estilizado. Su relato, constreñido a los muros de insania de una mansión famiiar, crece hasta componer un euforizante horizonte de libertad. Y para establecer -por sorpresa- un link con The Village, una de las obras maestras de M. Night Shyamalan.