El documental de Netflix recoge el paso de la cantante por el festival de Coachella en el 2018, uno de los hitos de la música popular de esta década
25 abr 2019 . Actualizado a las 17:22 h.En un momento de crisis en la música pop como el actual -donde se cuestiona la inventiva, la trascendencia y la existencia de figuras que aguanten la mirada a los mitos históricos- Beyoncé es un rayo de luz. Siguiéndola, el oyente puede experimentar aquello que en su día hicieron sentir artistas como David Bowie o su adorado Michael Jackson. Es decir, la mezcla de vértigo y fascinación ante lo extraordinario.
En ese sentido, lo que hizo la texana en Coachella en el 2018 marcó una cima definitiva en su carrera. Aquellos dos conciertos gemelos y espectaculares, que ahora se recoge en Homecoming, la consagraron como la figura más importante del pop contemporáneo. Frente a un público absorto, Beyoncé llegó como una faraona y subió a lo más alto de la pirámide que estaba dispuesta a modo de escenario. Desde allí, observó al mundo como nunca nadie alguien como ella -mujer y negra- lo había observado. Sí, es la primera que coronaba Coachella. También la música pop en general.
El género y la raza marcaron un concierto pensado el milímetro, trufado de símbolos y cargado de significados. Se cruzaban las proclamas feministas y el erotismo pop. También las apelaciones a la negritud y los guiños a Sudamérica (atreviéndose con el reguetonero Mi gente de J Balvin). Y la fortaleza de una estrella deslumbrante y la vulnerabilidad de quien se sintió débil en muchas ocasiones.
Todo un puzle de estímulos y sensaciones que confluyeron en un hito. Homecoming lo documenta para la posteridad, dejando constancia de cómo se preparó y cómo se resolvió. Si lo que que aquí se recoge no son los minutos más impresionantes que ha dado la música en vivo esta década no deben andar lejos. Imprescindible.
HOMECOMING
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EE.UU.2019
Dirigida por: Beyoncé