Judi Dench: «Hay papeles pensados para hombres que se transforman en femeninos»
CULTURA
La intérprete se mete en la piel de una agente que trabaja para la URSS en «La espía roja»
19 abr 2019 . Actualizado a las 09:32 h.Actriz de temperamento, Judi Dench (Heworth, Reino Unido, 1934) es una de las grandes damas de la interpretación. Siete nominaciones al Óscar y una estatuilla, doce a los Globos de Oro (solo ha ganado dos veces), 27 a los Bafta con diez premios son algunos de sus logros. Su nuevo filme es La espía roja, sobre una agente llamada Melita Norwood que entregó los documentos secretos del Gobierno británico sobre la bomba atómica al KGB. Ahora el realizador Trevor Nunn traslada su historia a la gran pantalla. A sus 83 años, Judi Dench trabaja sin descanso y asegura que no piensa en retirarse.
-En esta película se encuentra en el otro lado de la mesa. Es la espía que traiciona a su país.
-Sí. Es cierto. Fue diferente y divertido verme interrogada por el MI5. Tiene algo misterioso y estresante verte en una mesa con una ventana desde donde te miran sin que tú puedas ver quién está al otro lado. Te voy a contar una anécdota sobre el MI6. Cuando estaba interpretando a M en James Bond, me invitaron a visitarlos y me mandaron un coche porque no querían que fuera en el mío, pero el conductor no encontraba mi casa y llegó una hora tarde. ¿Qué clase de espías tenemos en Inglaterra? [ríe].
-¿Tiene «La espía roja» algo de su personaje de M?
-Nada. No se parecen en nada. No me gusta repetir personajes, es lo ultimo que deseo hacer en mi carrera.
-¿Qué fue lo que la atrajo de este personaje y del proyecto?
-Lo primero fue el director, Trevor Nunn. Es un viejo amigo mío de cuando trabajábamos los dos en la compañía de teatro Royal Shakespeare. Con él he hecho muchas obras de teatro, y su productor, David Parfitt, también es muy amigo. Además, como actriz me fascinaba la historia. Creo que es importante retratar mujeres reales en conflicto. Melita Norwood era una mujer normal que tuvo una vida extraordinaria. Investigué mucho sobre ella y descubrí que nunca había interpretado a nadie que se le pareciera.
-Una historia relevante con los tiempos que vivimos.
-Se la considera una espía, pero yo no lo tengo tan claro. Creo que era una mujer idealista, que pensaba que un país no debía armarse más que ningún otro. Según ella, si existía paridad en el armamento no se atacarían entre sí. Era un alma inocente y muy inteligente. Una mujer admirable.
-Usted ha triunfado en su carrera. ¿Cuándo descubrió que el éxito estaba llamando en su puerta?
-Yo llegué a esta carrera de la mano de mi hermano, que soñaba con ser actor. Él enfermó de sarampión para un papel que terminé haciendo yo, y fue en ese momento cuando me atrapó el gusanillo de la interpretación. Yo fui de la escuela de arte dramático a interpretar Ofelia en el teatro Old Vic, los críticos me aprobaron y fui muy afortunada. Desde ese momento no he parado de trabajar y formé parte durante muchas temporadas de la compañía de teatro del Old Vic. Allí fue donde aprendí todo lo que sé de esta profesión.
-¿Ha sentido miedo?
-El éxito no te quita el miedo. Cada vez que he estrenado una obra de teatro, he llorado porque he pensado que era la última vez que me dejarían actuar. Siempre existe ese miedo. Todos los actores lo tienen. Adoro mi profesión; trabajar, conocer gente diferente, viajar, aprender de los personajes. Mi carrera es mi hobby. Tal vez por eso nunca me retire.
-Lleva 60 años trabajando, ¿Cree que ahora hay más oportunidades para las mujeres de las que había antes?
-Ahora hay muchas más oportunidades que nunca. Es un momento muy interesante. La industria está cambiando rápidamente y eso es bueno. Cada vez hay más personajes femeninos y otros que cambian de mano, papeles que eran para los hombres, se transforman en personajes femeninos. Es algo que estoy viendo mucho en el teatro y eso hace justicia a las mujeres.