La 61.ª edición de los Grammy catapulta a Kacey Musgrave en una gala en la que se reivindicó la visibilidad de las mujeres en la música
12 feb 2019 . Actualizado a las 08:05 h.Saltó la sorpresa. Kacey Musgrave, una artista americana venida del country y que se está asentando en el pop con su cuarto trabajo, dio la campanada. Se hizo con el galardón al mejor álbum del año por Golden Hour en la 61.ª edición de los premios Grammy. Nadie lo esperaba. Cuando todos los ojos miraban a Kendrick Lamar, Drake o Brandi Carlile, máximos favoritos, de repente apareció esta joven cantante de rostro dulce y se convirtió en la inesperada protagonista de la noche.
Hasta ella no podía evitar su cara de incredulidad cuando se oyó su nombre. Fue en los últimos minutos de la gala celebrada en el Staples Center de Los Ángeles. Observando su evolución estilística y este refrendo por parte de la industria, se hace inevitable pensar en los pasos seguidos por Taylor Swift. No en vano, también ha vencido en unas categorías de country que parece predestinada a abandonar en breve: mejor álbum, mejor performance y mejor canción.
No han sido estos Grammys unos premios con un ganador indiscutible. Adiós a las tradicionales fotos donde un artista se tiene que esforzar para abarcar todos los gramófonos, como ocurrió en su día con Sam Smith o Adele. Al contrario, al margen de Kacey Musgrave, se podría citar entre los triunfadores a Childish Gambino, que la iguala con cuatro premios. Con This Is America logró el reconocimiento de la mejor grabación y canción del año, otra de las categorías estrella. Con tres gramófonos se quedó Lady Gaga: mejor actuación pop individual, mejor actuación pop de un dúo o grupo y mejor canción escrita para un medio visual por Shallow.
El reconocimiento al mejor artista nuevo correspondió a Dua Lipa -que también ganó en la categoría de música dance-; el mejor disco de pop, Ariana Grande; el mejor álbum de rock, Greta van Fleet; el mejor álbum de rap, Drake; y el mejor álbum de r&b, H.E.R. No se recuerda en muchos años unos galardones tan repartidos.
Acento muy femenino
Si el año pasado la gala estuvo muy condicionada por el Me Too, en esta ocasión no hubo tanta reivindicación explícita, pero sí implícita. Desde el primer momento, quedó claro que iba a ser una noche de marcado acento femenino. Arrancando primero con una Camila Cabello espléndida, que abría un abanico latino con Ricky Martin, J Balvin y Arturo Sandoval. Siguiendo luego con Alicia Keys, presentadora de excepción que tomaba un lugar ocupado por un hombre en los últimos años. Y rematando con la aparición de un cuarteto de lo más singular: Jennifer López, Jada Pinkett Smith, Lady Gaga y, atención, Michelle Obama. Todas hablaron de lo importante que había sido la música en su vida y en su desarrollo como personas. Keys preguntaba al final: «¿Quién domina el mundo?». Así se abría la noche.
Entre las actuaciones, de mayoría femenina también, destacaron de manera especial tres de ellas. Primero, Janelle Monae, que se marcó un Make Me Feel espectacular. Resultó inevitable pensar en Prince al escucharla. Parecía que iba a resucitar tocando Kiss en cualquier momento. Viendo su coreografía, había reminiscencias de los robots de charol del Can’t Get You Out Of My Head de Kylie Minogue. Sumado a un magnetismo total, dejó al público boquiabierto.
También resultó brillante el pase de Lady Gaga. Junto a Mark Ronson validó su condición de animal escénico y apeló a un Shallow con maneras de David Bowie y su explosividad habitual. Por su parte, Saint Vincent apareció en escena a lo PJ Harvey año 2001. Con guitarrazos secos y presencia imponente interpretó Masseduction. Se le unió Dua Lipa, la amiga de Rosalía que, por lo que se vio, ya usa sus mismas uñas. Con ella llegó la electrónica y su One Kiss. La sensualidad correspondida hizo de pegamento entre ambas.
Hubo espacio en la gala para honrar a Dolly Parton y Diana Ross. Esta última quiso celebrar su 75.º cumpleaños presentada por su nieto y dándose un baño de cariño entre sus compañeros de profesión. Igualmente, se conmemoró el 60.º aniversario de la Tamla Motown, con un popurrí interpretado por una Jennifer López voluntariosa. A la fiesta se sumaron Smokey Robinson y Alicia Keys rescatando clásicos inmortales del soul.