Diego Vasallo, que actúa el viernes en Avilés, habla de su larga trayectoria en la música y de su último disco, «Baladas para un autorretrato»
13 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Diego Vasallo saltó a la fama tras su gran éxito en el grupo Duncan Dhu, con el que grabó un total de nueve discos y realizó giras por toda España. Después de su separación, siguió su trayectoria bajo el nombre de Cabaret Pop con un estilo muy diferente a lo que había hecho en el pasado. Continuó su carrera en solitario con su propio nombre y desde entonces, lleva ya seis álbumes en el mercado. «Baladas para un autorretrato» es el nombre de su último disco, publicado en 2016 en el que permite conocerle un poco más a través de sus canciones. Las pequeñas salas de España continúan disfrutando de su música y este viernes cantará en el local SantaCecilia en Avilés. Además, Diego Vasallo compagina la pintura con la música y considera que a la hora de crear ambas disciplinas «pueden tener un mismo impulso creativo, las ganas de hacer algo, de expresarte».
-El próximo viernes tiene un concierto en Avilés, ¿qué podemos esperar en él?
-Es uno de los últimos conciertos de presentación del último disco «Baladas para un autorretrato». Aparte de un repaso bastante exhaustivo al último disco, hacemos una mirada a todos mis discos en solitario. Es como una vista general de casi toda mi carrera en los últimos veinte años. Ahora en estos conciertos, estamos yendo en formación de trío, es una formación un poco más reducida en un formato un poco más acústico. Lo que pretendemos es crear un ambiente íntimo donde las canciones cobren protagonismo.
-«Baladas para un autorretrato» es su último disco publicado, ¿qué tiene de diferente respecto al resto de sus álbumes?
-Este disco es un poco diferente porque cambiamos de equipo, está grabado con otra gente con la que solía trabajar. Está grabado en Santander con Fernando Macaya y su equipo y ellos quizás han introducido también otras miradas y otras influencias que antes eran menos evidentes, como el rock and roll más primitivo y el folk muy austero. Eso hace que las canciones tengan un carácter un tanto diferente.
-¿Por qué eligió ese nombre para su disco?,¿podemos reconocerle a través de sus canciones?
-Yo creo que sí, yo diría que a cualquier autor se le debería poder reconocer. Los que hacemos canciones dejamos mucho de nosotros mismos en ellas y en ese sentido creo que son las canciones las que tienen que hablar por sí mismas. El título hace referencia a una especie de diario de autorretrato de referencias autobiográficas, aunque bueno, nunca hay que olvidar que en las canciones hay un elemento literario importante. Con lo cual una canción nunca es autobiográfica del todo. Pero bueno sí, digamos que el material con el que están construidas son materiales de la vida cotidiana de todos los días.
-Si tuviera que elegir una canción de todas las que ha compuesto, ¿con cuál se quedaría y por qué?
Es difícil escoger solo una porque la verdad que he hecho bastantes canciones a lo largo de tantos años, pero por decir alguna, pues por ejemplo hay una canción que a mi me gusta mucho que se titula «La vida mata», que está en un disco que se llamó «Los abismos cotidianos» de hace como diez o doce años. Me gusta el texto, la letra y el aire un tanto callejero y arrabalero de la melodía. Es una de mis favoritas, pero podría decir unas cuantas más.
-¿Y cuál es la que, a día de hoy, le gusta menos?
-No sabría escoger una, pero hay muchas canciones que con el paso del tiempo te van gustando menos. Grabar discos es en cierta manera ir corrigiendo errores que has podido cometer. De todas formas, en la música el paso del tiempo es un juez bastante implacable, no todas las canciones ni todos los discos envejecen igual o todo lo bien que deberían. Es normal que en una carrera larga haya discos y canciones que te acaben gustando menos o incluso que cambiarias.
-Sus primeros pasos en la música fueron en el grupo Duncan Dhu, ¿cómo de diferente es la carrera en solitario respecto a la carrera en un grupo musical?
-Es muy distinto porque un grupo tiene unas características ya propias, un grupo es una propuesta musical pensada de antemano con una serie de elementos musicales y de influencias. Es un proyecto sonoro que yo creo que, al mismo tiempo, tiene unas ciertas limitaciones porque no tiene mucho sentido alejarte en exceso de las ideas que lo hicieron nacer. En cambio, en una carrera en solitario creo que la libertad en ese aspecto es mucho mayor, está más abierta a poder hacer cosas muy distintas. Luego, evidentemente, la responsabilidad al final es solo tuya. En un grupo se comparte todo: la creación, el éxito y el error. Yo lo veo bastante diferente.
-¿Cómo es la relación que tiene ahora con el resto de integrantes del grupo?
-Duncan Dhu nació como trío, éramos tres al principio durante los primeros cuatro o cinco años y luego pasamos a ser un dúo formado por Mikel y por mí. La verdad es que tengo muy buena relación tanto con Mikel como con Juanra Viles, que fue el batería original fundador de Duncan Dhu. Mikel Eretxun, como todo el mundo sabe, también tiene una carrera muy larga en solitario y se sigue dedicando a la música. Juanra ya no se dedica a la música, pero bueno, tenemos una relación muy entrañable porque hemos vivido mucho juntos y aunque quizás no nos vemos muy a menudo, la relación sigue siendo muy sólida.
-Su etapa en Cabaret Pop desconcertó a los fans porque era un estilo muy distinto del que había hecho hasta entonces, ¿a qué se debió este cambio drástico?
-Cabaret Pop fue una especie de experimento que duró muy poco, son tres discos en apenas cuatro años. Fue eso exactamente, ganas de probar cosas totalmente diferente a las que había hecho antes con otras influencias musicales, otro tipo de sonido. Trabajé con gente muy distinta a la que habíamos trabajado hasta entonces. Yo creo que fue la curiosidad y las ganas de probar cosas diferentes en aquella época. Quizás ahora no haría algo tan absolutamente distinto y diferente a lo que había venido haciendo, pero bueno, en ese momento, era lo que me pedía y me embarqué en esa especie de viaje un tanto experimental para mí.
-Más tarde, deja su etapa en Cabaret Pop para abrirse paso en solitario con su disco «Criaturas». ¿Qué supuso la publicación de este álbum?
-Este álbum para mí es importante porque es el primero que aparece solamente con mi nombre y eso es un cambio importante, es una responsabilidad. Es como el inicio de una carrera en solitario sin más disfraces y sin un nombre ficticio como era Cabaret Pop tras el que poder esconderte. Cuando sacas un disco a tu nombre estás absolutamente expuesto y en ese sentido, es un disco importante. Musicalmente, me gustan cosas y otras no tanto, creo que hay un puñado de canciones que todavía se sostienen bastante bien pero quizás parte del disco ahora lo cambiaría bastante.
-En ese disco dedica uno de sus temas («Diez años») a su etapa en Duncan Dhu, ¿fue difícil dejar atrás aquella etapa?
-Pues sí, fue una decisión complicada, habíamos trabajado juntos dieciocho años y además muy intensamente, y era una decisión difícil el parar y dejar atrás aquello. Por otro lado, yo creo que era el momento a nivel musical y creativo me parece que estábamos en un punto muerto con un cierto agotamiento creativo. Yo soy partidario de terminar las cosas en buen momento sin dejar que languidezcan durante mucho tiempo. Creo que dejamos el grupo en un buen momento y, además, con un buen disco de despedida.
-Además de ser músico, también es pintor, ¿a la hora de crear, que cree que tienen en común la pintura y la música?
-Yo diría que en común pueden tener un mismo impulso creativo, las ganas de hacer algo, de expresarte. Luego el proceso pictórico y musical van por caminos muy diferentes y, de hecho, es bastante complicado el compaginar las dos disciplinas porque tienen un proceso casi opuesto. La pintura es un trabajo muy íntimo que absorbe muchísimo, muy constante. La música es un trabajo mucho más extrovertido en el que trabajas con gente, estás mucho más expuesto al público. Es difícil compaginarlos a veces, pero es lo que he hecho siempre y no tengo ganas de renunciar a ninguna de las dos facetas.
-¿Qué tipo de música escucha?, ¿cuáles son sus referentes musicales?, ¿y en España?
-Yo escucho de todo, desde música clásica hasta blues, pero es verdad que no todo te influye a la hora de escribir tus propias canciones. Quizás de alguna manera, en los últimos años he vuelto a retomar casi las influencias iniciales que tenía cuando empecé a tocar con dieciséis años, que eran el rock and roll muy primitivo de los años cincuenta, el blues bastante antiguo y el folk. Hay muchísimos artistas que me han marcado, yo creo que uno de los discos que más me marcó y nos marcó a todos los que formamos Duncan Dhu fueron los primeros discos de Elvis Presley que se engloban bajo el título «The Sun Collection». Hay otros artistas que también me han influido como Bob Dylan, Tom Waits o Leonard Cohen. En España no sé si tanto como influirme, pero hay mucha gente a la que admiro. Como escritor de canciones y textos, que es algo a lo que yo intento dar bastante importancia, Joaquín Sabina es un referente para casi todos. Hay gente nueva que me parece muy interesante, por ejemplo, hay un dúo aragonés que se llama Los Hermanos Cubero, y en el mundo del rock, hay una banda que se llama Guadalupe Plata. Yo creo que hay siempre mucha gente haciendo buena música.
-Como compositor, ¿tiene algún método a la hora de componer canciones?
-No, la verdad es que no tengo ningún método concreto. Quizás en los últimos años escribo más andando por la calle y menos en mi estudio. El próximo disco, que empezamos a grabarlo en breve, está escrito prácticamente en largos paseos, en concreto por San Sebastián.