El espacio cultural La Rambleta cancela una obra de Edu Galán por «motivos de seguridad» y critica que «la crispación, los insultos, las amenazas y la incitación a la violencia que se han expuesto en las redes sociales» impiden la celebración del espectáculo
30 nov 2018 . Actualizado a las 19:38 h.El espacio cultural La Rambleta ha decidido cancelar el espectáculo de humor Mongolia sobre hielo alegando «motivos de seguridad». La actuación, prevista para este fin de semana y protagonizada por el asturiano Edu Galán y por Darío Adanti (ambos de la revista satírica Mongolia), ha sido cancelado tras las amenazas de la ultraderecha y la crispación que se ha expuesto en las redes sociales. La cancelación se produce tres semanas después de que el Teatro Olympia suspendiera otra representación de Dani Mateo, Raúl Cimas y José Juan Vaquero por amenazas similares.
La polémica surgió el pasado domingo, cuando José Luis Roberto, principal dirigente del grupo de ultraderecha España 2000, pidió a través de las redes sociales protestar por la actuación de los humoristas en el teatro. En su Facebook insinuaba que tenía entrada para el evento y que su intención era acudir para boicotearlo: «Yo llevaré mi pito. No creo que me cacheen, y si lo hacen, no me lo dejaré quitar. Es mío desde hace muchos años. ¡Viva Mongolia!». José Luis Roberto justificaba sus intenciones asegurando que «son gente irreverente que practican un humor de insulto, de ofensa y vergonzoso a las instituciones, los símbolos, la religión católica y a todo aquel que no comulga con su marxismo financiado». «Es de derecho y de deber protestar por todos los medios legales, teléfono, correo electrónico, etc., de forma educada ante el Ayuntamiento y La Rambleta. Solo con la colaboración y la acción de todos podemos conseguir que las cosas vayan cambiando», aseguraba.
Tras las amenazas, la Rambleta no ha querido arriesgarse. Tal y como recoge EFE, el espacio cultural ha asegurado a través de un comunicado que «la crispación, los insultos, las amenazas y la incitación a la violencia que se han expuesto en las redes sociales, así como las amenazas directas que han recibido los trabajadores de este centro, impiden, bajo las actuales condiciones, la celebración de dicho espectáculo».
La celebración del espectáculo en estas circunstancias supone «un riesgo inasumible para la seguridad de los asistentes, de los artistas y del personal del centro, que hasta el último momento ha estado defendiendo la realización del espectáculo a pesar de la intimidación, coacción y las amenazas», según la nota. Este riesgo para la seguridad de los asistentes ha sido observado «por las instancias competentes para ello, sin que se pueda garantizar la ausencia de incidentes durante la celebración», algo «fundamental» para la Rambleta, cuya prioridad es «velar por la seguridad del público, de los artistas y del personal que día a día hace posible que disfrutemos de la cultura».
La nota destaca que la Rambleta «ha agotado todas las posibilidades para seguir con el espectáculo porque su vocación como gestor cultural es que el centro sirva como altavoz de las diferentes sensibilidades artísticas», pero las amenazas lanzadas «son verosímiles e intolerables».
Hace un «llamamiento urgente a las instancias competentes para que se adopten las medidas necesarias que eviten que cualquier espacio cultural tenga que cancelar su programación por amenazas, coacciones e intimidaciones, y que aseguren que puedan programar con la libertad que debe estar garantizada en un Estado democrático y de derecho». «La solución a este problema no pasa por cambiar de localización el espectáculo. El centro no es el problema. El problema son las amenazas y la imposibilidad de ver garantizada la integridad física de los asistentes», asegura el comunicado. «Es lamentable que en nuestra ciudad y sociedad actual, la cultura se esté viendo censurada por este tipo de ataques y amenazas que atentan directamente contra la libertad», finaliza la nota.
«Cada suspensión refuerza a los intolerantes»
Mongolia ya ha criticado la decisión. A través de un comunicado aseguran que «acatan» la decisión pero no la comparten. Dicen no entender «que las autoridades no sean capaces de garantizar la seguridad» en un país «capaz de garantizar la seguridad en Mundiales de fútbol, Juegos Olímpicos y ahora incluso que la Copa Libertadores».
«Cada suspensión refuerza a los intolerantes, que ven cumplidos sus objetivos y se envalentonan ante la siguiente campaña, debilita la democracia y erosiona sus principios fundamentales», añaden.