Santiago Posteguillo: «La lucha por el poder no ha cambiado desde la antigua Roma hasta hoy»

Xesús Fraga
Xesús Fraga BARCELONA / ENVIADO ESPECIAL

CULTURA

Quique García | EFE

El autor de «Yo, Julia» recrea la vida de la emperatriz romana Julia Domna en la novela con la que ha ganado el Planeta

17 oct 2018 . Actualizado a las 07:58 h.

La vida de Julia Domna, la emperatriz romana que destacó por su inteligencia y perspicacia en un peligroso mundo de líderes masculinos que se convirtieron en sus enemigos, ha inspirado la novela con la que Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) acaba de ganar el premio Planeta. Su título, Yo, Julia, testimonia la influencia que ha ejercido en el escritor Robert Graves y su Yo, Claudio. «Puedo anticipar que la novela tiene en su principio un poema de Graves, a una mujer que en muchas formas define a Julia, aunque él seguramente no pensaba en ella cuando lo escribió, pero vi que era asimilable a su descripción y, como lo había hecho Graves, era perfecto», afirma.

-Usted ha dicho que la igualdad se construye no solo en el presente y el futuro, sino mirando al pasado y, matizó, sin cambiarlo. Pero el pasado siempre es una reconstrucción desde un presente. ¿No sé si aquí también hace otro tipo de interpretación, aunque con un objetivo legítimo?

-Lo que hay que hacer es reconstruir ese pasado, aunque tú puedas tener tus propios intereses y te guste encontrar en ese pasado lo que tú quieres encontrar, has de tener la suficiente sangre fría e imparcialidad y objetividad para contar realmente lo que había. Si en esa búsqueda encuentras cosas que se ajustan a lo que querías, genial. Y si no, no debes cambiarlas. Lo que pasa es que de verdad nadie se va a sorprender si digo que hay personajes femeninos importantes de los que no hemos hablado. No habrá tanto número como de personajes masculinos, porque ciertamente no hubo tantas mujeres, no se les permitió estar en esas posiciones de relevancia, pero lo que es injusto es que habiendo habido unas cuantas, tampoco hablemos de esas. Y ahí es donde yo creo que podemos hacer esa reconstrucción sin alterar el pasado.

-En Irlanda se dice que la historia la escriben los vencedores, pero las canciones los perdedores. ¿Se repara ese desagravio desde la literatura?

-En cierto modo sí, aunque la historia de Julia no es la de una perdedora, sino la de una ganadora. Una ganadora que hará sacrificios inmensos en su ascenso y su mantenimiento en el poder. Es una historia de ganadora silenciada porque los que cuentan la historia de ganadores han sido solo hombres y los hombres hemos tenido esa tendencia a hablar solo de ganadores, como si nunca hubiera habido una ganadora.

-¿Y qué reflejo nos ofrecen estos personajes en el siglo XXI?

-Ya decía Henry Fielding que la naturaleza humana no ha cambiado, cambia la tecnología. Amamos, odiamos, somos leales o desleales de la misma forma ahora que hace dos mil años. Podemos disfrutar de una tremenda historia de amor entre Julia y Septimio Severo, tomar como ejemplo su capacidad de determinación, la inteligencia y la astucia de Julia. Creo que eso se puede tomar como ejemplo como si fuese una mujer de hoy día. Y podemos ver cómo la lucha del poder no ha cambiado apenas nada desde los tiempos de la antigua Roma hasta hoy.

-Harold Bloom sostiene que los sentimientos tal y como los entendemos ahora se los debemos a Shakespeare. ¿Cómo han influido su «Julio César» o «Coriolano» en su visión de Roma?

-En mi universidad di una clase sobre literatura británica y estuvimos viendo el discurso de Marco Antonio después del de Bruto en Julio César. Y, sí, Shakespeare se ha convertido en un referente de estudio psicológico de personajes. Y todos cuando tenemos la duda pensamos en Hamlet, si estamos celosos pensamos en Otelo... Ha sabido darle imagen y nombre a una serie de universales que ya estaban ahí y se ha convertido en un referente en el mundo occidental.

«Lugo es una ciudad que me fascina por su pasado»

Posteguillo se reivindica como autor popular y recuerda que grandes nombres del canon, de Lope a Dickens, gozaban de un amplio favor del público.

-Yo creo que hay una frontera mal trazada. Hay gente que divide la literatura entre best-seller y novela de calidad. No tiene nada que ver. Hay dos fronteras: novelas buenas y malas, populares y no populares. A veces una novela popular es muy buena, y otras una no popular es malísima. Yo intento, manteniendo la popularidad de las novelas que yo hago, siempre dotarlas de la máxima calidad literaria y, en el caso de las históricas, del máximo rigor posible. Y creo que, hasta cierto punto, bastante crítica literaria me lo va aceptando.

-Populares son también fiestas de reconstrucción históricas. En Lugo se celebra el Arde Lucus...

-No, no la conozco, la muralla sí, ya que he estado en la ciudad. El monumento que tenéis ahí yo creo que es el mayor monumento de muralla romana que existe en el mundo. Pienso que es un monumento histórico en España no suficientemente conocido. No sé ahí qué se podría hacer, pero, realmente, tendría que ser más visitado y dársele mucho más valor. Hay un trabajo que deberemos hacer entre todos de alguna forma. Lugo me fascina por su pasado, me congratulo del éxito de esa fiesta y ojalá pueda pasarme pronto por allí y contribuir de alguna forma al engrandecimiento y conocimiento de la ciudad.

-¿Un argumento en Lucus Augusti, por ejemplo?

-Podríamos pensarlo, no es una idea descabellada. Para nada.