Rañadorio, entre la sorpresa y la indignación por las críticas a su «Ecce Homo»

La Voz / EFE

CULTURA

Tallas pintadas en la ermita de Rañadorio (Tineo)
Tallas pintadas en la ermita de Rañadorio (Tineo) DSF

Los vecinos se muestran «orgullosos» de la intervención de la mujer que pintó las tallas y defienden que necesitaban ser «dignificadas». Aseguran que «el cura no tiene nada que ver»

07 sep 2018 . Actualizado a las 16:57 h.

Sorpresa, solidaridad e incluso indignación. Los 16 habitantes del pequeño pueblo de Rañadoiro, en el concejo asturiano de Tineo, han amanecido hoy con esas reacciones, y un tanto abrumados por la repercusión que ha tenido la divulgación de las imágenes de las tallas medievales de la ermita del lugar, casi un año después de haber sido pintadas por una artista aficionada. Las tres tallas de madera de los siglos XV y XVI, una de la Virgen con el Niño y Santa Ana, otra de San Pedro, y otra de la virgen coronada con el Niño Jesús, fueron pintadas por la mujer con una gruesa capa de pinturas industriales de colores vivos en los que predomina el verde lechuga, el fucsia y el azul añil: una intervención que había pasado inadvertida durante meses y de la que los habitantes «orgullo» de los vecinos, hasta que «alguien» dio la voz de alarma después de que las figuras fueran sacadas en procesión la pasada semana.

La autora, que regenta un estanco de tabaco en un pueblo cercano, ha declarado que realizó la «restauración» autorizada por el párroco, pero esta mañana, Fabián Fernández, encargado de la custodia del templo, ha insistido en que «en esto el cura no tiene nada que ver». Visiblemente enfadado por las críticas, ha defendido el esfuerzo de la mujer por «dignificar» unas imágenes que, en su opinión, necesitaban recuperar el brillo que perdieron por el paso del tiempo. «Estas tallas eran un caborno (castaño viejo a punto de morir); esta mujer con buena voluntad hizo lo que pudo y no se puede comparar con el eccehomo», ha dicho en referencia a la «restauración» que en 2012 realizó una octogenaria llamada Celia a un fresco en Borja, Zaragoza.

No es ni mucho menos la opinión de los responsables del patrimonio artístico asturiano. Tras la difusión de la noticia sobre una nueva «restauración a lo eccehomo», el Gobierno del Principado de Asturias ha dado órdenes a Patrimonio para que abra dos expedientes, uno informativo y, si procede, otro sancionador. El consejero de Educación, Genaro Alonso, ha considerado que «el desaguisado es una venganza más que una restauración» y ha recordado que las tallas están protegidas como Bien de Interés Cultural.