La cantante y promotora del Festival de la Luz, que arranca hoy, te enreda con un discurso profundo y verdadero que ejerce un efecto cautivador
07 sep 2018 . Actualizado a las 08:22 h.En medio del montaje del Festival de la Luz, aparece vestida de antidiva con unos pitillo de camuflaje y una guerrera militar. Y con esos ojos oscuros a los que no se puede mirar mucho tiempo seguido. Luz Casal (Boimorto, 1958) es hipnótica. Te enreda con un discurso profundo y verdadero que ejerce un efecto cautivador. Bueno, es que yo soy muy de Luz Casal.
-60 años pronto.
-Ni me lo planteo, ja, ja. Celebro la vida prácticamente cada día, así que no hago otras celebraciones. Ni las rehúyo, como es natural, ni les doy especial énfasis.
-Pero un aniversario redondo...
-Los últimos años he pasado esa fecha, la de mi cumpleaños, trabajando, que creo que es la mejor forma; que la gente esté dispuesta a verte y escucharte. Eso sí lo celebro. Hay quien le da mucha importancia a ciertas cosas. A recibir un premio, por ejemplo. Yo soy agradecida, pero al día siguiente me tengo que levantar y hacer lo mismo que hacía. La verdadera celebración es vivir. Y desde hace unos cuantos años, especialmente. Hasta puede resultar cursi, pero es satisfactorio tener un paisaje que me inspire, por ejemplo.
-Esta forma de entender la vida, ¿está relacionada con la experiencia del cáncer?
-Yo diría que está más atrás. Con el concepto de vida que mis padres tenían. Saber que de aquí nos vamos a ir.
-Una experiencia traumática aporta otra perspectiva.
-Tengo una canción que dice: «Quiero ver el rojo del amanecer, un nuevo día brillará». Esa es una de las esencias de mi manera de vivir. No necesito grandes cosas. Lo que quiero es vivir y tener experiencias. Con la enfermedad me he vuelto mejor persona; creo que estoy ahora más despierta que en toda mi vida, soy más disfrutona.
-¿Cuál ha sido su mejor concierto? Arriba y abajo.
-Abajo, un montonazo. Bob Marley en la plaza de toros de Ibiza, Alice in Chains en el Lollapalooza... O Frank Sinatra en el Bernabéu. Y arriba... muchos también. El primero que hice, uno en el Theatre du Châtelet de París o el primero en Atenas. Cuando volví después de mi recaída del cáncer tuve uno muy emotivo en la Caja Mágica... Muchos.
-De los cantantes siempre me fascina ese poder que tienen.
-Bueno, el público también puede ser un enemigo. En un escenario ocurren muchísimas cosas. Un cantante con mucho éxito puede tener una mala noche y otro con mucho menos, todo lo contrario. Nunca se sabe qué puede ocurrir.
-Yo me refería más al poder de emocionar. Usted puede cantar una canción que recuerde a alguien el día que se enamoró.
-Sí. Quizás, de todas las artes, en la música es donde más directamente se aprecia. Ver eso que provocas con una determinada canción... es como ser parte de esa persona de una manera muy íntima. A veces lo ves clarísimamente y te dan ganas de bajarte y pegarle un abrazo a esa persona. Cuando estás en un escenario estás haciendo que las canciones vivan. Ver como reacciona la gente es la mayor de las satisfacciones.
-Hay cantantes que llegan a aborrecer sus grandes canciones. ¿Le ocurre con alguna?
-No. Sería de un gran cinismo hacer algo que no te gusta solo por contentar al público.
-¿Cómo es su relación con este festival, cómo se siente?
-Lo veo y me digo: es milagroso que hayamos conseguido un festival en este lugar, con esta filosofía, tan ecléctico en lo musical y tan bien avenido, porque el púbico lo recibe de una manera ejemplar. Compartir es muy satisfactorio y le he cogido gusto. En realidad había llegado el momento de ejecutar un pensamiento anterior: ya que a mí me van las cosas bien, pongamos nuestro esfuerzo para montar algo que sea diferente.
-¿Cómo era de pequeña?
-Como soy ahora: inasible. Por eso la infancia es la etapa más importante. Yo creo que el discurso de la vida es hacer apaños de lo que eres porque, por muchas experiencias que acumules, la actitud que tienes ante los momentos importantes de la vida es, en esencia, siempre la misma.
-¿Le echaron de clase alguna vez?
-Alguna. Las pocas veces que he sido violenta, ha sido por alguna injusticia. Tiré de los pelos a alguna que se lo merecía.
-Defínase en cuatro palabras.
-Soy bastante honesta, vengativa (el que me la hace, me la paga), observadora y, por eso, comprensiva.
-¿Tiene un lugar favorito?
-En donde esté en cada momento.
-¿Tatuajes?
-No. Solo cicatrices.
-De las que se ven y de las que no se ven.
-De las que se ven tengo varias.
-¿Con qué se entretiene?
-Me gusta mucho la literatura. Soy de las que entro en una librería y salgo con tres o cuatro libros.
-Una sola canción.
-If, de Bread.
-¿Que es lo más importante en la vida?
-Vivirla. Y la salud, porque sin salud no hay nada.