El Guggenheim recorre dos décadas de trayectoria de la artista portuguesa Joana Vasconcelos

CULTURA

LUIS TEJIDO | EFE

La muestra puede visitarse desde mañana hasta el 11 de noviembre

29 jun 2018 . Actualizado a las 11:24 h.

Las contradicciones de la sociedad actual quedan reflejadas en treinta obras de la artista portuguesa Joana Vasconcelos que a partir de mañana pueden verse en el Museo Guggenheim de Bilbao. Piezas que permiten también recorrer más de dos décadas de trayectoria de la creadora, con trabajos desde el año 1997 a la actualidad, con tres de ellos realizados específicamente para esta muestra. Se trata de un universo en el que identidad y feminismo son una constante, al igual que los objetos cotidianos, que acaba convirtiéndolos en obras de arte. Tampones que conforman una gran lámpara a modo de vestido de novia, ollas transformadas en un gigantescos zapatos de tacón o planchas que ahora son flor de loto.
"Es una feminista femenina", destacó Petra Joos, comisaria de la muestra junto a Enrique Juncosa. Pero una obras en las que también hay dualidad: lo local y lo universal, la artesanía y la alta tecnología. Todo ello fusiona Joana Vasconcelos, que quiere transformar la visita en toda una experiencia. "El sentir es la parte más importante de la exposición", destacó la artista esta mañana durante la presentación del proyecto en Bilbao. Aseguró que a la hora de crear lo primero es la idea y, después, se pone a construir.
La muestra ya recibe al visitante con obras espectaculares en la propia entrada del museo. Egeria se expande en el atrio del Guggenheim como metáfora de la ocupación de los museos por parte de las mujeres. Un trabajo de veinte artesanos durante dos años para ganchillar cada uno de los tentáculos que ocupan el museo. Pero ya en el exterior la obra de Vasconcelos, la primera mujer portuguesa que expone en el Guggenheim, impresiona. Un anillo formado por llantas de coches de lujo y un diamante con vasos de whisky.
La exposición, que cuenta con el patrocinio de Seguros Bilbao, podrá verse posteriormente en la Fundación Serralves en Portugal y en el Museo Kunsthal de Rotterdam.