La cantante protagonizó un momento histórico al reunir de nuevo a Destiny?s Child
16 abr 2018 . Actualizado a las 08:10 h.Larga vida a la reina Beyoncé. Como una faraona del desierto del sur de California, la cantante emergió en la noche del sábado en el escenario del festival de Coachella, la más glamurosa de todas las citas musicales, para demostrar que la espera mereció la pena. Queen B. tenía que saldar la deuda contraída hace un año cuando canceló su presencia debido a su doble embarazo de gemelos. Llegó y cumplió con creces su promesa de convertirse en la primera mujer negra en ser cabeza de cartel en Coachella. Ofreció un concierto que para muchos asistentes ha marcado un antes y un después en este célebre festival en el que actrices y modelos se mezclan con el público. Otros, como yo, tuvimos que conformarnos con ver la actuación por Internet y bailar a lo loco en el salón de casa y con el chándal puesto hasta el reguetón de DJ Balvin. Me consuela observar que la cantante Adele hizo lo mismo que yo, como se puede ver en los tres simpáticos vídeos que subió a su cuenta de Instagram mientras veía a su ídolo en la pantalla.
Durante dos horas, Beyoncé dirigió a un centenar de bailarines y músicos y desplegó un vestuario espectacular, aunque tuvo algún que otro problema con un escote y con unas botas que llegaban hasta el muslo y que, con tanto baile, acabaron en la pantorrilla. A pesar de la distancia de la pantalla, me vine arriba desde el momento en que sonó Crazy in Love y me emocioné con el histórico momento en que apareció sobre el escenario la figura de las tres componentes de Destiny’s Child, que se reunieron para la ocasión dejando a un lado las diferencias que rompieron el trío. Beyoncé lo dio todo sobre el escenario y subió incluso a su marido, Jay-Z, para cantar Déjà Vu y hasta bailó con su hermana Solange Knowles.
Superfiesta en hollywood
Gwyneth Paltrow podría ser ya a estas horas la mujer de Brad Falchuk. O no. Después de su escapada con amigas a Los Cabos, la actriz y su pareja celebraron ayer una megafiesta en el Teatro de Los Ángeles a la que asistieron 400 invitados de primera fila de Hollywood, entre ellos Steven Spielberg, Jennifer Aniston, Kate Hudson, Julia Roberts, Cameron Díaz, Reese Witherspoon, Demi Moore y Liv Tyler, entre otros. El título de la película se podía leer en el letrero fuera del teatro: «BF Loves GP» (BF ama a GP). La protagonista de Shakespeare enamorado llegó a la cita con un precioso vestido color burdeos, lo que parecía desmentir los rumores que aseguraban que aquel encuentro podía ser una boda sorpresa. Pero los fotógrafos pillaron a la madre de Gwyneth llevando un vestido dentro de una funda de Monique Lhuillier, una célebre diseñadora nupcial. De modo que la intriga continúa.
Salón de la fama
Bon Jovi es, como muchos saben, uno de los grupos favoritos de nuestra reina regente, que ha sido vista bailando en alguno de sus conciertos. Desde el sábado, Bon Jovi, Dire Straits, The Moody Blues, The Cars, Nina Simone (1933-2003) y Rossetta Tharpe (1915-1973) forman parte del Salón de la Fama del Rock & Roll, donde ingresaron tras una emotiva ceremonia celebrada en Cleveland, Ohio. La ocasión volvió a reunir a la formación original de Bon Jovi, conformada por Jon Bon Jovi, Richie Sambora, Tico Torres, David Bryan y Alec John Such, que alcanzaron la fama en los ochenta con canciones como You Give Love a Bad Name y Livin’ on a Prayer. El cantante y el guitarrista estuvieron juntos en el escenario para tocar por primera vez desde el 2013.