«La teoría de la relatividad ya está en el cuento de la bella durmiente de Perrault »

Pablo Batalla Cueto

CULTURA

El director francoespañol Ado Arrieta presentó ayer su «Bella durmiente» en el Teatro Filarmónica de Oviedo.

14 abr 2017 . Actualizado a las 11:43 h.

El director francés de culto Ado Arrieta presentó ayer su Belle dormant en el Teatro Filarmónica en Oviedo el 13 de abril a las 20:00. Del famoso cuento de Perrault, su preferido, asegura que la teoría de la relatividad ya estaba contenida en él siglos antes de que Einstein lo formulara. Los hombres, dice, siempre se han dado cuenta de la elasticidad del tiempo.

-Su Bella durmiente es una reinterpretación del famoso cuento.

-Sí. La bella durmiente era mi cuento preferido cuando era niño, y lo sigue siendo. Ahora lo leo de una forma distinta a cuando era pequeño, pero me sigue fascinando igual. Hace poco volví a leerlo en una versión inglesa más descriptiva que la de Perrault y la de Grimm, y eso me generó el deseo de hacer una película sobre él. Escribí un guion, se lo enseñé a una amiga productora, Nathalie Trafford, le gustó mucho y lo presentamos al CNC en Francia. Fue todo muy rápido; el CNC lo financió muy rápidamente y rápidamente nos pusimos a rodar en la región de Bretaña durante un mes de agosto. Lo rodamos en dos castillos y con actores bastante conocidos, como son Niels Schneider, Agathe Bonitzer, Mathieu Amalric...

-La acción se desarrolla en un país imaginario llamado Litonia.

-Originalmente se llamaba Letonia, pero resulta que Letonia no es un país imaginario, sino que existe realmente, así que lo cambié por Litonia: un país imaginario en el centro de Europa en el que vive un príncipe desgraciado y rebelde que toca la batería y que sueña con una leyenda sobre un castillo encantado en medio de una jungla que hay en ese país, que es el castillo de la bella durmiente.

-Él anhela despertarla.

-Sí, está obsesionado por esa idea, y quiere organizar una expedición al centro de la jungla pero su padre no está dispuesto. Entonces se va solo, y entonces descubre el reino encantado de Kentz, donde todo el mundo duerme. Allí, despierta a la bella durmiente, y con ello a todo el reino.

-Para ellos ha pasado un segundo, pero en el mundo ha pasado un siglo: el XX.

-Efectivamente. Han pasado cien años.

-Los cien años de los grandes avances tecnológicos de nuestra época, que fascinan a la bella durmiente y a todos sus compatriotas.

-Les fascinan, sí. Pero no les choca nada: ni los teléfonos móviles, ni la fotografía..., porque están acostumbrados a la magia de las hadas. Lo único que les asusta un poco es el ruido de un avión a reacción que pasa por encima del paraje.

-¿Por qué escogió el siglo XX para saltarse?

-Porque me parece más interesante y divertido que el XVII. Perrault escribió este cuento a principios del siglo XVII, y lo ubicó en su época, como es lógico: la bella durmiente se duerme en 1500 y pico y se despierta en 1600 y pico. Pero si Perrault hubiera vivido ahora, hubiera hecho a la bella durmiente saltarse el siglo XX, no el XVII.

-Ya en el cuento original de Perrault latía esa idea de la fascinación humana por el paso del tiempo y los adelantos tecnológicos.

-Claro, la idea es la misma. El paso del tiempo nos lleva fascinando siglos, pero no sólo la idea del paso del tiempo, sino la elasticidad del tiempo, la relatividad del tiempo, la idea de que el tiempo no es igual para todo el mundo y cambia según los planetas, las circunstancias, etcétera; de que no hay un tiempo fijo, definitivo y eterno.

-Perrault hizo una teoría de la relatividad avant la lettre.

-Completamente, sí, sí. La teoría de la relatividad ya está ahí. Ahí y más atrás, en algunos cuentos y leyendas griegos y chinos. Ya entonces existía esa idea de que el tiempo es relativo.

-En general le fascinan los cuentos de hadas; no sólo éste.

-Sí, sí, sí. Me encantan los cuentos de hadas. Me gustan mucho. Y en Bella durmiente aparecen varias hadas; también es un estudio sobre las hadas, sobre cómo son las hadas, cómo se comportan, lo que hacen en la tierra, cuál es su misión, cuáles son sus relaciones... Hay dos hadas: el hada mala, que es la que condena a la bella durmiente a morirse cuando se pincha con el huso de la rueca, y la buena, que deshace ese encanto y hace que en vez de morirse se duerma cien años. Esa hada, como todas las hadas, puede vivir en todos los siglos, y entonces se traslada al XX a vigilar que quien sabe que va a despertarla, el príncipe de Litonia, está verdaderamente preparado para hacer esa búsqueda, esa aventura. Se enamora un poco de él, y él se enamora un poco del hada, pero es un amor que no se realiza, porque si se realizara la bella durmiente desaparecería. Al final, cuando el hada comprueba que el príncipe está dispuesto para la aventura, desaparece, se hace invisible otra vez. Y está triste y melancólica, pero lo hace porque es su deber.

-En la película también hay un rey que no cree en la magia ni en las hadas y que quiere convertir las ruinas del castillo de la bella durmiente en un casino. ¿Hay un componente de crítica política ahí?

-No, no, no. No, no, no. Me horroriza eso. No, no. Hombre, puede tener la dimensión que tú quieras o que tú encuentres. Todas las dimensiones son válidas. Pero no es algo que me haya propuesto, no.