El showman da muestras de su gamberrismo rockero y define a la capital como «pequeña villa marinera»
19 nov 2016 . Actualizado a las 19:56 h.El polifacetico Gran Wyoming ha ofrecido este viernes un repaso por la historia del rock durante las más de dos horas de su concierto en la sala Sir Laurens de Oviedo. El popular showman y presentador del programa El Intermedio estuvo acompañado por la banda de apoyo formada por Los Insolventes.
La capital asturiana pudo ver una de las caras del humorista mas desconocidas para el gran público. Versiones de los Beatles, Frank Zappa, Chuck Berry, The Clash o, incluso, Smash Mouth fueron interpretadas estupendamente por el artista y su banda. El ciudadano José Miguel Monzón, nombre que se esconde detrás del sobrenombre artístico, demostró su dominio de la lengua inglesa como cantante a lo que unió su ya clásica verborrea tan incontenible como irreverente.
Dominio del escenario al más puro estilo de los grandes bluseros, pullas a sus músicos e interacción con el público servían de transición entre uno y otro tema. Repertorio que incluyo canciones como que realizaron un recorrido por los dos lados del Atlántico con Johnny be good (dos veces), No particular place to go. De la California de Zappa con San Ber'dino a lo más profundo de Texas con los temas del músico albino de Johnny Winter. Inglaterra no escapó a este repaso de puro rock and roll con The Who.
El rock patrio no fue dejado de lado, una buena versión del sesentero Soy así de los barceloneses Los Salvajes, sin alcanzar el nivel de la de los gallegos Siniestro Total para su albúm de 1997 Cultura Popular, empezó a poner el color nacional en un concierto en el que no faltaron el Agradecido de Rosendo, el Black is black de Los Bravos o el Bailaré sobre tu tumba de la banda liderada por Julián Hernández.
La banda de músicos que acompaña al cómico fue tan competente como lo insolvente de su nombre. Miguel Ariza a la guitarra, José Solís al bajo, Manolo Villalta a los teclados y Carlos Lahoz a la batería sirvieron de respaldo, y aguantaron sus tomaduras de pelo, de Wyoming durante el concierto. El público que visitó la sala Sir Laurens disfrutó y bailó durante las dos horas del show, pero tampoco escapó a la irreverencia monzoniana con varias referencias a Gijón y la calificación de «pequeña villa marinera» a la capital asturiana.
Por último, el Gran Wyoming no enseñó sólo su cara más gamberra, hacia el final de la actuación una emocionante versión de Hallelujah sirvió de sentido homenaje al recientemente fallecido cantautor canadiense Leonard Cohen, Premio Princesa de las Letras 2011.