El suelo agrícola de Galicia acumuló 176 pesticidas distintos, de los que 106 ya están prohibidos

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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J. M. CASAL

Un mapa recoge por primera vez su distribución por municipios en el siglo XX, una herramienta fundamental para posteriores estudios de impacto ambiental y en la salud

12 abr 2023 . Actualizado a las 09:24 h.

DDT, lindano, endosulfán, heptacloro, dieldrin, clordano... Y así hasta un total de 176 sustancias químicas -de las que 106 están prohibidas desde hace años- pertenecientes a más de 50 clases diferentes de productos fueron introducidas como pesticidas en los suelos agrícolas de Galicia durante el pasado siglo. Y durante varias décadas, especialmente entre 1970 y 1990, que fue cuando se alcanzaron los niveles máximos, coexistieron al mismo tiempo hasta 150 herbicidas, insecticidas, esterilizantes de suelos o repelentes de aves, con lo que se multiplicaban sus efectos nocivos para el medio ambiente y posiblemente también para la salud de las personas.

El impacto que este aluvión de químicos ha podido causar, y que todavía lo pueden estar haciendo, se desconoce, pero ahora se podría profundizar en esta investigación gracias al mapa sobre el uso agrícola de plaguicidas en Galicia durante el siglo XX, que acaba de ser publicado en la revista científica Spanish Journal of Soil Science.

 El estudio, de una enorme complejidad y para el que fue necesario consultar en una gran variedad de fuentes y completar los datos con entrevistas personales, ofrece información pormenorizada sobre la acumulación de los distintos compuestos químicos a lo largo de todos los municipios de Galicia. El trabajo fue realizado por las investigadoras del Cretus de la Universidade de Santiago (USC) Raquel Chaves y Carmela Monterroso.

Muchas de las sustancias utilizadas entre los años 1900 y 2000 y que ahora están prohibidas siguen apareciendo en los estudios de detección de pesticidas, tanto en suelos como en aguas, lo que confirma la persistencia de estos compuestos, especialmente de los organoclorados. Detectarlo no era el objetivo del estudio, que se ciñó a determinar el uso acumulado de los pesticidas en los suelos de cultivos, pero sí se ha visto que análisis superficiales realizadas por el Sergas (2016) han localizado la presencia de restos de atrazina, cuyo uso está prohibido por la UE desde el 2003, en zonas en las que las investigadoras de la Universidade de Santiago había establecido una fuerte acumulación de esta sustancia en el mapa de distribución geográfica.

«Los mapas producidos en este trabajo pueden servir como base para diseños de muestreo exploratorio destinados a detectar pesticidas inventariados en diferentes medios (suelos, agua, biota) y contribuir a programas de monitoreo ambiental y biológico para cuantificar la exposición y evaluar los riesgos a pesticidas», recogen las autoras en el artículo científico.

El mapa también podría ser utilizado por los investigadores biomédicos para estudiar el posible impacto en la salud de la exposición reiterada a pesticidas en entornos de alta exposición. «Gustaríanos que estes datos foran utilizados por xente que traballo no ámbito da epidemioloxía sanitaria», explica Raquel Chaves, que también es la autora de un estudio previo sobre el tema publicado en el 2017.

«A día de hoxe —añade— estamos moito máis seguros, porque a produción agrícola é moito máis integrada e porque os produtos químicos están moito máis controlados. Pero os que se utilizaron no pasado teñen un impacto a longo prazo cuns posibles efectos na saúde que aínda non coñecemos. Durante anos estiveronse usando ao mesmo tempo ata 150 sustancias á vez».

La franja atlántica de Pontevedra, la más expuesta

 

 

En la distribución geográfica que se hace sobre el uso de pesticidas en suelos agrícolas durante el siglo XX en Galicia, a las autoras les llamó la atención el elevado uso de estos productos, de todo tipo de acción y familia química, en la franja atlántica de la provincia de Pontevedra.

El mayor uso acumulado de pesticidas inorgánicos, principalmente fungicidas e insecticidas, se utilizaron en la zona atlántica y en el sur de la provincia de Pontevedra, donde existe una importante tradición de cultivo de vid y hortalizas, así como en las comarcas vitivinícolas de O Ribeiro, Monterrei y Valdeorras, así como en la comarca de A Limia, aunque en este caso por su producción de patatas.

En cuanto al modo de acción de los productos utilizados, el 41 % fueron insecticidas, seguidos de fungicidas (30 %); Herbicidas (27 %), esterilizadores de suelos (2 %) y repelentes de aves. El mayor incremento en el número de sustancias activas se produjo entre 1950 y 1980.