La hermana de Concepción Barbeira da las gracias «enormemente, de todo corazón, a todos los que pusieron empeño, esfuerzo y trabajo en encontrarla»
23 mar 2018 . Actualizado a las 17:23 h.La familia de Concepción Barbeira Mariño, cuyo cadáver apareció este jueves en aguas de Vizcaya, solo tiene palabras de agradecimiento para los que colaboraron en la búsqueda de la mujer de San Adriano (Castrillón) que desapareció hace tres semanas cuando se dirigía a trabajar en la cocina del Hospital Universitario San Agustín. «Lo agradecemos enormemente, de todo corazón, a todos los que pusieron empeño, esfuerzo y trabajo en encontrarla», asegura su hermana Ana, que ha seguido la búsqueda de Concepción estos días viajando desde Galicia a Asturias, y está ahora a la espera de lo que le trasladen desde la Guardia Civil, encargada de la investigación. Las huellas dactilares han permitido confirmar que el de Conchi era el cuerpo hallado por un submarinista flotando entre las localidades vizcaínas de Lekeitio y Ondarroa y una primera autopsia ha descartado que la suya fuera una muerte violenta.
El cuerpo permanece en el Instituto Anatómico Forense del País Vasco, aunque es previsible que en las próximas horas o días se traslade a Asturias. «Esperamos que se cierre este capítulo pronto», asegura Ana, que tiene previsto viajar mañana, aunque no sabe a cuál de las dos comunidades autónomas a expensas de lo que le diga la Guardia Civil. Se pondrá fin de este modo a una búsqueda que comenzó el pasado 2 de marzo, cuando Concepción no llegó al trabajo y se encontró su coche aparcado en la playa de Santa María del Mar (Castrillón), cerca de su domicilio pero en dirección opuesta al camino que debía seguir para iniciar su jornada laboral. Durante tres semanas se llevó a cabo una búsqueda que peinó el mar Cantábrico desde la desembocadura del río Nalón hasta el cabo Peñas. A ella se unieron los rastreos a pie y la búsqueda en un radio de cuatro kilómetros alrededor de la vivienda que Conchi compartía con su marido e hija. Sin encontrar indicios de ella y ante el temporal el 112 decidía suspender el operativo hasta la bajamar del 31 de marzo. En la búsqueda colaboraron cientos de personas, tanto profesionales como personal voluntario, que participó en los tres días de batidas organizadas por la familia y en que los amigos y vecinos de Concepción se volcaron para encontrar algún indicio que les llevara hasta su paradero.
No obstante, aunque se hubiera suspendido la búsqueda, no se había cerrado la investigación y el jueves por la tarde al saber de la aparición de un cadáver en la costa de Vizcaya la comandancia de la Guardia Civil de Gijón se ponía en contacto con las instituciones vascas ante la posibilidad de que dicho cuerpo fuera el de una de las dos desaparecidas en Asturias. El día antes de que se perdiera la pista a Concepción desaparecía en Gijón, en circunstancias similares, Lorena Torre. Su coche apareció en la playa de El Rinconín después de que por la mañana hubiera salido para ir a trabajar a un centro comercial de las afueras de la ciudad. En un principio las ropas que llevaba el cuerpo hallado, que carecía de documentación, eran similares a las de Concepción.
Tres desaparecidas al tiempo
La desaparición de estas dos mujeres coincidió en el tiempo con la de María Paz Fernández Borrego, que fue finalmente hallada muerta en el embalse de Arbón tras haber desaparecido en Navia. La macabra coincidencia hizo saltar las alarmas entre la población, alimentadas por los diversos bulos aparecidos en las redes sociales, que desmintieron las fuerzas de seguridad. El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, llegó a afirmar que las desapariciones de las tres asturianas no tenían «nada que ver la una con la otra». Actualmente el presunto asesino de Fernández Borrego se encuentra en la cárcel de Asturias a la espera de juicio, la autopsia inicial de Concepción Barbeira apunta a que no murió de forma violenta y aún permanece desaparecida, tras 23 días, Lorena Torre.