Las desavenencias entre los herederos lo abocan a una puja pública, tras rebajar su precio de 2,9 a 1,3 millones de euros
02 oct 2017 . Actualizado a las 18:01 h.El Palacio Jardón, uno de los emblemas arquitectónicos más destacados del Occidente asturiano, en Viavélez (El Franco), se subasta. Sus 13 herederos no llegaron a un acuerdo y lo pusieron ya hace años en el mercado por tres millones de euros. Una joya, espectacular que mereció figurar en el Financial Times en un reportaje titulado «Cinco de los mejores castillos, palacios y mansiones históricas alrededor del mundo», compartiendo podio con el Myres Castle, en Escocia; el Palazzo Fornoni, de Venecia; Château du Pic, Aveyron, en Francia; y Belcourt Castle, en Rhode Island (Estados Unidos).
Tras su fracaso en el mercado inmobiliario, dadas las desavenencias de los herederos para llegar a un acuerdo desde el juzgado de Castropol se convocó en 2015 una subasta pública, con un precio de salida de 2,9 millones de euros, que quedó desierta. A principios de año, parte de los propietarios retomaron el proceso y solicitar al juzgado de Castropol la repetición de la subasta. Así se decretó y desde el pasado día 23 está en marcha, hasta las seis de la tarde del 13 de octubre, en el portal de subastas del BOE.
Ayer no se había registrado alguna puja, aunque el precio mínimo se ha reducido espectacularmente de los 2,9 millones de hace dos años a 1.349.780 euros, que se corresponde con el 45% de la tasación de la propiedad, que incluye el Palacio Jardón, cuatro casas y tres fincas rústicas.
El palacio tiene una superficie total construida de 2.068 metros cuadrados, un jardín de 16.000 metros cuadrados con varias construcciones y tres terrenos adyacentes que suman otros 15.000 metros cuadrados. Todo ello entra en el precio de subasta.
Es un palacio de estilo barroco francés que fue mandado construir en 1914 por el argentino Eduardo Jardón para que veranease su familia. El edificio ocupa 2.068 metros cuadrados, repartidos en cuatro plantas que mantienen su división inicial y la mayor parte de sus muebles de época. Tiene doce habitaciones y ocho baños y en su momento de esplendor llegaron a vivir hasta 40 inquilinos y 12 personas encargadas del servicio, que residían en la cuarta y última planta.
Desde la misma entrada se puede acceder por dos sitios distintos a las escaleras principales del edificio, hechas con roble americano macizo, y que están presididas por una vidriera de la casa Maumejean, firma que suministraba materiales para la Casa Real durante el reinado de Alfonso XIII.
Al referir las estancias es imposible no evocar el lujo de otros tiempos. En el semisótano está el almacén y la bodega; en la planta baja el pórtico, un comedor, dos salas, un despacho, la biblioteca, dos baños y la cocina, ocupando, en total, 470 metros cuadrados. La primera planta está distribuida en ocho habitaciones, el cuarto de planchar, cuatro baños y una terraza. La segunda planta consta de cuatro dormitorios y dos baños. Los suelos y zócalo son de madera de roble americano y caoba, la portería interior de madera maciza de castaño y la exterior de madera de teca. La puerta principal es de caoba.
A todo ello hay que unir los casi 16.000 metros cuadrados de jardín que logran aislar al palacio del resto de Viavélez mediante un muro de mampostería de tres metros de alto. Dentro de la finca hay un garaje, la casa del mecánico (169,73 metros cuadrados, distribuida en 2 plantas); la casa del jardinero (102 metros, de planta baja), y la casa de vacas (523,60 metros, repartida en dos pisos.