Aldergarten presenta un nuevo estudio de detalle al Principado que recibe varias alegaciones de los ecologistas
13 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La posibilidad de construir pisos en el entorno de las dunas de El Espartal, rodeado de un territorio protegido y con vistas de primera clase a la playa de Salinas, vuelve a estar sobre la mesa. Aldergarten, la empresa que hace unos 15 años compró el terreno y ha intentado en varias ocasiones sacar el proyecto adelante ha vuelto a intentarlo. Ha remitido al Principado un estudio de detalle de la obra que tiene previsto acometer en los 30.000 metros de suelo urbanizable que posee en la zona. Y se ha encontrado, de momento, con el rechazo del Colectivo Ecologista de Avilés, que ha estado en contra de sus intenciones durante todo este tiempo. Ya ha reclamado que la empresa presente un estudio de impacto ambiental para conocer cómo afectaría a todo el entorno la construcción de varios bloques de viviendas.
Aldergarten ha intentado edificar en la zona en varias ocasiones, incluso se planteó un cambio de los terrenos que posee por otros que Asturiana de Zinc cediera al Ayuntamiento de Castrillón, que están al otro lado de la carretera, junto al área recreativa y la zona que se cree es una fosa común de la Guerra Civil. El cambio -una permuta planteada por una sentencia judicial a favor de la empresa- finalmente no pudo hacerse porque la empresa lo había cedido únicamente para uso público, sin contemplar la posibilidad de que en ese terreno se levantaran viviendas. Así que ahora, cuatro años después de ese freno, la empresa vuelve al plan inicial: pisos en primera línea de playa, que serían los últimos de Salinas (en dirección a San Juan) y rodeados de una zona protegida medioambientalmente.
A pesar de que los terrenos en que pretende edificar no están protegidos -se sacaron del perímetro del Monumento Natural de El Espartal- esta actuación podría afectar a los más cercanos, que sí lo están. Eso es lo que plantea el Colectivo Ecologista de Avilés. «Esta construcción afectaría notablemente al actual sistema dunar», indica y apunta al impacto «que pueda suponer a la continua erosión litoral que sufre el frente dunar de la playa del Espartal con una perdida continua de arena en el frente de duna». A ello hay que sumar que la zona en que se pretende construir, aunque no forme parte del dunar protegido, sí se encuentra dentro de la Zona Especial de Conservación (ZEC) Cabo Busto a Luanco, según los ecologistas. La normativa es relativamente reciente e incluye a varios espacios que se encuentran en el tramo costero entre Cabo Busto y Luanco. Esto obliga a conservar las condiciones y procesos naturales que permitan el desarrollo de las comunidades bióticas características de estos ecosistemas, así como la naturalidad de estos hábitats y de las playas.
Los ecologistas dudan que se pueda hacer si se inicia una obra como la planteada por Aldergarten, que hablaba inicialmente de más de 200 viviendas. Además, critican que no se haya presentado un emplazamiento alternativo ni se haya analizado el suelo para comprobar si si las filtraciones de los contaminantes producidas en las balsas de AZSA han llegado a la zona. Por otra parte, y pensando en los posibles propietarios de las viviendas, los ecologistas recuerdan los niveles de contaminación de la zona y apuntan que “la cercana estación de San Juan mientras estuvo puesta las dos veces marcó los peores valores de contaminación de España de partículas de menos de 10 micras”.
Polémica con las administraciones
El Colectivo Ecologista de Avilés señala también que, en caso de producirse algún daño, en la zona la administración autonómica -que ha de dar el visto bueno al estudio presentado por Aldergarten- podría verse afectada. «Hay que recordar que de acuerdo al actual marco legal, el Principado que hasta ahora lo permitió o cualquier otra administración competente, incurriría en delito si permitiera la destrucción de los hábitats y las especies protegidos por la legislación europea como es el sistema dunar que está dentro de la ZEC». De hecho, en los anteriores intentos de la empresa por construir en su solar ha habido conflictos con las administraciones, especialmente el Ayuntamiento de Castrillón, con el que se llegó a judicializar el asunto, porque nunca estuvo a favor de la obra en el entorno dunar. Ángela Vallina, que por entonces era la alcaldesa del consistorio, llegó a reclamar la intervención de Rosa Aguilar cuando se convirtió en Ministra de Medio Ambiente para salvar el entorno protegido de El Espartal, con un elevado valor paisajístico y medioambiental. La ayuda nunca llegó y ahora se reanuda el proyecto inmobiliario.