La Casona Cantiga del Agüeira ofrece a sus clientes pequeños conciertos y clases de piano y guitarra
08 may 2017 . Actualizado a las 19:51 h.
Disfrutar de un fin de semana en plena naturaleza y al son de la música. Esa es la gran oferta de la Casona Cantiga del Agüeira, un hotel rural que se encuentra en la aldea de Pumares (Santa Eulalia de Oscos) y que ha sido distinguido con el sello el sello de calidad del Club de Casonas Asturianas. Esta antigua vivienda del siglo XVII fue rehabilitada hace ahora 10 años por Patricia Cid y su marido, Reinhold Bohrer. La pasión de este último por la música ha hecho que entre las actividades que proponen se encuentre la opción de recibir clases de piano o guitarra. Además, Bohrer es el encargado de amenizar a los huéspedes su estancia con una velada musical en la que todo el que quiera puede participar. Este mes de mayo se celebra el décimo aniversario de la apertura de este establecimiento por lo que, como no podía ser de otra manera, llevarán a cabo varias actividades relacionadas con la música. «Desde el principio queríamos darle un contenido de este tipo a nuestra y poder ofrecérselo a nuestros clientes», afirma Patricia Cid.
Un refugio musical
Si algo tenía claro el matrimonio formado por esta socióloga madrileña y este músico alemán es que la música tendría que ser la gran protagonista de la Casona Cantiga del Agüeira, así que decidieron ofertar varias actividades en las que los huéspedes pudieran disfrutar de ella y participar. Una de ellas es la velada musical, en la que Bohrer es el encargado de amenizar la estancia de sus huéspedes interpretando varios temas en solitario, aunque en muchas ocasiones cuenta también con la participación de sus hijos y de algunos de los clientes que se animan a entonar con él algunas notas.
Que Bohrer sea también profesor de música en varias escuelas asturianas ha sido una de las razones por las que el matrimonio se ha animado a ofrecer clases de piano y guitarra. «Atrae tanto a personas que no tienen relación con la música como las que sí», comenta Cid, quien asegura que muchos profesionales deciden acercarse a su establecimiento para trabajar tranquilamente en un paraje excepcional.
Con motivo de su décimo aniversario, la Casona realizará para sus huéspedes todos los sábados de mayo, unas veladas «especiales» en las que participarán diversos músicos de la zona que han sido invitados para la ocasión y donde se podrá disfrutar de una gran variedad de instrumentos como el saxofón, la percusión o la vihuela.
Una casona con mucha historia
La historia detrás de esta casona lleva la de un cambio de vida. Este matrimonio decidió dejar Madrid y buscar un nuevo futuro en plena reserva de la biosfera. Los padres de Cid habían inaugurado unos años atrás un hotel en la aldea de Pumares, así que cuando la casa de al lado se puso a la venta no se lo pensaron y la compraron. «Queríamos dar un giro a nuestra vida. Nos gustaba muchísimo el entorno y la gente en sí. Me ilusionaba el proyecto y a mi marido no le importó». De esta manera, y después de de dos años y medio de rehabiltación, el matrimonió abrió las puertas de este hotel rural.
Esta antigua casona del S. XVII fue cuidadosamente rehabilitada respetando la arquitectura característica del occidente asturiano. Destaca de ella su ambiente de armonía y tranquilidad, con una cuidada decoración en la que destacan los elementos decorativos creados especialmente para ella.
En cuanto a sus servicios, este establecimiento ofrece un desayuno casero que consiste en mermeladas y bollos caseros, además de productos propios de la zona como el jamón serrano, el chorizo o el pan de hogaza.
La Casona cuenta además con una serie de packs que permiten a sus huéspedes conocer de primera manos esta reserva de la biosfera mientras se realizan rutas a caballo o tiro con arco, entre otras actividades.
Para más información: wwww.turismoasturias.es