La población en riesgo de sufrir golpes de calor y enfermedades cardiovasculares y renales sigue en aumento
30 nov 2018 . Actualizado a las 11:17 h.Por mucho que Donald Trump repita que no, los indicadores que apuntan al calentamiento global del planeta son indiscutibles. La inminente cumbre del clima que arranca el domingo en la localidad polaca de Katowice está haciendo aflorar una serie de estudios que no hacen más que ratificar la preocupante dimensión del problema. El último dato en ser revelado es el que transmitió ayer la Organización Meteorológica Mundial (OMM), un organismo dependiente de la ONU: el 2018 es el cuarto año con la temperatura media mundial más elevada desde que existen datos.
Con esta confirmación, la OMM asegura que los 20 años más cálidos desde que existen registros se han producido a partir de 1996 y que ha sido durante los últimos cuatro cuando se han roto más récords. Igualmente se ha verificado que otras señales reveladoras del cambio climático -el aumento del nivel del mar, el calentamiento y la acidificación de los océanos y el derretimiento de los hielos marinos y de los glaciares- persisten de forma clara. Por si fuera poca evidencia, ha continuado la tendencia a la multiplicación de condiciones meteorológicas extremas, que han causado desastres naturales y un considerable número de víctimas y damnificados en distintas partes del mundo.
En detalle, la Declaración sobre el estado del clima de la OMM indica que la temperatura media mundial en los diez primeros meses de este año superó aproximadamente en un grado centígrado la de la era preindustrial (1850-1900). Las regiones del Ártico y el Mediterráneo han sido las que han experimentado la mayor subida de temperaturas medias.
El informe de la OMM no ha sido el único en ser dado a conocer ayer. La prestigiosa revista The Lancet hizo público un estudio en el que constata que la población en riesgo de sufrir golpes de calor y enfermedades cardiovasculares y renales sigue en aumento como consecuencia del calentamiento global. Los colectivos más vulnerables por el cambio climático son, según esta revista, las personas con enfermedades no transmisibles, la tercera edad y las comunidades urbanitas de Europa y el Mediterráneo Oriental. Según este estudio, alrededor de 157 millones de personas estuvieron expuestas este año a olas de calor, 18 millones más que el año anterior.
El estudio también analiza el impacto de la exposición al calor sobre la actividad laboral, cuando los aumentos regulares de temperaturas superan los límites fisiológicos y el trabajo sostenido se hace más difícil o imposible. En 2017 se perdieron 153.000 millones de horas de trabajo debido a las altas temperaturas.