La Pizarra: Un Oviedo-Elche lleno de matices y que muestra fortalezas y debilidades

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Javi Calleja, antes del Oviedo-Deportivo
Javi Calleja, antes del Oviedo-Deportivo LFP

Analizamos el comportamiento del Real Oviedo en el empate del viernes en el Carlos Tartiere: el planteamiento inicial, los ajustes en el primer tiempo y los cambios tras el descanso

17 mar 2025 . Actualizado a las 09:57 h.

El clásico «entre Pepín y Pepón está Pepe» sirve de ayuda para definir en pocas palabras el Real Oviedo-Elche del pasado viernes. Al menos en clave azul. Mucha gente salió del Carlos Tartiere pensando que los ilicitanos habían pasado por encima de los carbayones y que estos no encontraron la manera de someter a su rival en ningún momento del encuentro. Mientras, en la sala de prensa de dicho estadio, el técnico azul Javi Calleja aseguró que «durante gran parte del partido se ha jugado más a lo que queríamos nosotros» y que lo visto sobre el césped refuerza a los azules. Vamos a analizarlo. 

El planteamiento inicial: la posición de Cazorla y la superioridad del Elche

Como viene siendo habitual, el pasado viernes el Real Oviedo fue valiente en su planteamiento inicial. Al menos en lo que a juego sin balón se refiere. Esta es una faceta del juego que muchas veces se pasa de alto con el equipo de Callja, pero en esta temporada son mayoría los encuentros en los que los azules han ido a apretar hasta la propia área del portero rival. Este fue otro, solo que enfrente había el equipo que mejor afronta dicho reto. El 4-4-2 oviedista sin balón variaba del rombo a un dibujo más líneal, dependiendo de lo que saltase o no Jaime Seoane. 

Si había rombo, Seoane saltaba a Chetauya y era el portero Dituro el que generaba la superioridad junto a los centrales del Elche ante la presión de Alemao y Viñas. Si Seoane se quedaba con Febas y la doble punta del Oviedo tapaba pase dentro a Chetauya, el mediocentro visitante y la pareja Affengruber y Bigas se apañaban para generar la misma superioridad. Gracias a ese jugador más, los de Eder Sarabia anestesiaban el partido a través del balón, atraían a su rival y dejaban al Oviedo mucho tiempo sin el mismo. ¿Cómo avanzaban? En el primer tramo del encuentro, por su banda izquierda. 

Santi Cazorla jugó partiendo desde el costado hace ya meses, ante el Racing de Ferrol. Y salió bien. Pero hacerlo ante el equipo que mejor tiene el balón de la categoría conllevaba un riesgo. El acierto y velocidad de Salinas se enfrentó a un capitán azul que sufría cuando tenía que plantarse delante o cuando tenía que realizar la ayuda con Nacho Vidal. Ese 2vs2, en ocasiones 2vs1, generado por Salinas y Valera hizo cambiar el plan a Calleja. Justo después de que Fede Viñas evitase una ocasión clara de Agustín Álvarez, al cuarto de hora de partido, el técnico mandó a Cazorla a la otra banda. 

El Oviedo defendiendo corriendo hacia atrás

Vamos a fijarnos en las ocasiones más claras del Elche durante el partido. En todas ellas aparecían los mismos nombres: Aarón Escandell, los centrales azules, Agustín Álvarez y Josan. El Elche de Eder Sarabia no sometió al Oviedo en su campo y no acumuló jugadas en las que los diez jugadores visitantes tenían el balón cerca del área de Escandell. No. El Elche de Eder Sarabia hizo daño al espacio, tanto en jugadas esporádicas a la contra como en otras en las que, tras atraer primero la presión azul, el juego directo sobre Agustín Álvarez ponía en aprietos al Oviedo.

Después de una serie de avisos en forma de centro lateral que llegaron por la banda de Valera y Salinas, el 0-1 llegó tras un pase largo de Bigas a pocos metros del área del Elche. Alemao logró girar tras recibir un pase de Calvo, condujo y su pase a Ilyas desde más allá de la frontal fue cortado por la defensa visitante. El central Bigas, que si algo tiene es buen pie, vio el escenario y lo aprovechó. Con ocho jugadores del Oviedo en campo rival, un pase largo los dejó fuera de la jugada a todos. Solo quedaba un 2vs2 ante Calvo y Costas y el primero estuvo mal frente a Josan. 0-1.

Ya en la segunda parte, parecido. Tras pérdida -Calvo acumuló varias-, castigo del Elche. La realidad es que Aarón Escandell evitó que el partido estuviese demasiado cuesta arriba para el Oviedo antes de la hora de partido. La parada de la noche viene de Calvo saliendo de sitio y no siendo lo suficientemente contundente ante Agustín, el Elche aprovechó que Pomares era el único jugador de campo vivo en la jugada y se formó la contra. El viernes, tanto Sarabia como Calleja aceptaron los duelos individuales a campo abierto y la defensa del Oviedo, en su conjunto, no tuvo su mejor día. Josan, por ejemplo, sí lo tuvo.

El cambio de banda de Cazorla y el segundo ajuste: presión al hombre

Volviendo al primer tiempo y dejando atrás los errores del Oviedo en defensa, estábamos con el cambio de banda de Cazorla. Ilyas pasó a la derecha y el extremo azul funcionó: su misión era frenar ese Salinas-Valera y así fue. Cazorla, por su parte, no sufrió ni la mitad con Álvaro Núñez. Gracias a la condición física del de Ripoll y a su juego en general, el Oviedo llegaba mejor a dicha banda y le cerraba una puerta al Elche, aunque como se vio antes el 0-1 llegó igualmente. 

Poco después de dicho gol de Josan, otro ajuste de Javi Calleja desde la banda. El Oviedo, ya descaradamente, se lanzaba a la presión al hombre en campo del Elche. El ajuste funcionó, porque el balón no volvió a acercarse al área de Escandell durante el primer tiempo y porque el Oviedo acumuló varias llegadas peligrosas gracias a dicha forma de apretar. Nacho Vidal perseguía a Salinas -lateral con lateral-, Costas quedaba pendiente de Varela y solo Dituro quedaba libre en el Elche. El descanso le vino mejor a los visitantes que a los locales

El ataque carbayón con los dos delanteros

Tras hablar mucho tiempo de lo que estaba haciendo sin balón el Real Oviedo, toca hablar de lo que estaba haciendo cuando tenía la posesión del mismo. Y ahí, todo giraba en torno a los dos delanteros azules. Salvo un robo de Vidal en la banda que acabó con un pase de la muerte que nadie remató, no hubo jugada de peligro en el primer tiempo en la que Alemao o Viñas no fuesen protagonistas. Ahí el pie derecho de Cazorla tuvo mucho que ver en los primeros minutos. Es más, se puede decir que el Oviedo no acabó de explotar dicho recurso. 

Debido a los evidentes problemas que los azules están teniendo en su ataque posicional, el juego directo solucionaba muchas cosas. Alemao o Viñas eran capaces de dejarla de cara y correr, de ir al espacio ante un simple pase largo de Costas o de recepcionar un saque de banda y generar una ocasión con un solo toque. Eder Sarabia lo estaba viendo y puso a calentar a Diaby, su central más físico y que minutos después empezó el segundo tiempo mandando al banquillo a Bigas. No a través de los centros laterales, pero los dos puntas hicieron daño al Elche en ese primer tiempo.

La entrada de Hassan y su sorprendente demarcación

Javi Calleja llevaba semanas entrenándolo en El Requexón y ante el Elche se decidió a probarlo. Colombatto y Hassan entraron al partido a los 58 minutos, todavía con 0-1, y el técnico azul aguantó el dibujo: Hassan iba a acompañar a Alemao en la punta de ataque. Hay que decir que Viñas no andaba mal y que el juego directo sobre los delanteros seguía funcionando, así que el cambio era arriesgado. ¿Cómo se puede explicar? Pues que seguramente la fatiga del atacante uruguayo era evidente y sin balón iba a sufrir, aunque quién sabe cómo hubiese funcionado esa doble punta con Hassan en banda.

Al final la cabra tira al monte, y las mejores acciones de Hassan en todo el partido llegaron cuando recibió el balón en banda derecha. Esa novedad táctica no acababa de funcionar y el extremo francés casi no recibió por dentro, porque no le encontraban y porque él tampoco sabía dónde colocarse para recibir con ventaja, así que su zona de confort fue la de siempre. Desde la banda derecha llegó el centro que acabaría en el penalti del 1-1 y desde la banda derecha llegó la ocasión que Alemao mandó al palo. Una jugada, por cierto, que solo Hassan puede hacer en este Oviedo y casi que en toda la categoría.

Con el 1-1, entró Sibo por De la Hoz. A sabiendas de que el Oviedo iba a apretar arriba, que el peligro de las transiciones era una realidad y que los azules cada vez pasan más de la figura del mediocentro posicional a la hora de sacar el balón, extraña que Sibo no fuese el elegido en la previa para ocupar el centro del campo. Otra cosa igual no, pero el ghanés te da energía en las segundas jugadas, velocidad para bascular y agresividad para salir a la ayuda. Además, Colombatto estuvo cómodo como interior. El Oviedo marcó el 1-1 a la hora de partido y el Elche -que entre medias sacó a Josan, Agustín y Plano- no volvió a asomarse al área de Escandell hasta cerca del 90'. 

Ya con Portillo y Paulino en el campo, Calleja insistió: Hassan, por dentro. Y como venía sucediendo, el francés siguió perdido. En general, y aunque en el descuento los ilicitanos manejaron bien el balón, durante el segundo tiempo el balón y el juego estuvieron mucho más tiempo cerca del área de Dituro -ocasiones incluidas- que cerca del área de Escandell. Fue así. El mal día de la línea defensiva azul, los problemas que ya son recurrentes para encontrar líneas de pase por dentro, lo que te puede dar la doble punta y la evidente valentía -a veces con mucho riesgo- del Oviedo sin balón. Lo que dejó el empate ante el Elche.