Los azules aterrizaron pasadas las 19:00 horas tras un vuelo tranquilo en el que muchos de los jugadores estuvieron con sus familias
22 jun 2024 . Actualizado a las 21:30 h.El viaje comenzó a eso de las 15:30, hora a la que la plantilla del Real Oviedo estaba citada en el Carlos Tartiere. Más de un centenar de aficionados ovacionaron a los vehículos de los futbolistas para luego despedirlos con un par de botes de humo y vítores. Nada fuera de lo normal. Ya en Ranón, el bullicio fue un poco más.
En el Aeropuerto de Asturias no fueron pocos los aficionados que estaban esperando a los futbolistas. Unos porque fueron a propósito, otros porque les pilló allí. Fotos, autógrafos y, sobre todo, ilusión. Mucha ilusión. Y agradecimiento también a un equipo que mañana domingo se jugará ante el Espanyol regresar a Primera División. Luis Carrión, por cierto, uno de los más aclamados. Ya en el control de seguridad, una tímida ovación de la gente fue creciendo, más espontánea que otra cosa.
Parejas, hijos e hijas, padres y madres, familias, amigos... Los jugadores azules no iban solos. La expedición la completaban directivos, patrocinadores y medios de comunicación. Si uno buscaba tensión en el vuelo más importante de la historia reciente del Real Oviedo, se equivoca.
Muchos de los jugadores iban junto a sus parejas y sus hijos, jugando con los medianos y cuidando de los más peques. Los peluches, juguetes y demás se dejaban ver. Otros futbolistas iban charlando entre ellos o, incluso, jugando a las cartas. Nada fuera de lo normal entre un grupo que lleva viajando desde hace once meses.
En los primeros asientos, cómo no, los líderes de la expedición: Jesús Martínez -máximo accionista-, Martín Peláez -presidente- y Pedro Cedillo -consejero-. A eso de las 19:15 el avión ya tocaba suelo barcelonés y a las 20:00 horas el equipo ya estaba en su hotel de concentración. Un viaje tranquilo.