El camino de Borja Sánchez hasta el ansiado playoff

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Borja Sánchez celebra su gol al Eibar
Borja Sánchez celebra su gol al Eibar Real Oviedo

El centrocampista regresó al Real Oviedo en el mercado de enero y, tras unos meses complicados, llega al momento decisivo siendo uno de los jugadores más en forma del equipo de Carrión

05 jun 2024 . Actualizado a las 10:15 h.

La del 0-1 del pasado domingo en Ipurua fue una de esas acciones que determinada gente nunca asocia a Borja Sánchez. El ovetense creyó más que nadie, fue más espabilado que un Corpas que ya daba por seguro el saque de puerta y salvó un pase largo de Jaime Seoane cuyo destino lógico era la línea de fondo. A partir de ahí, Alemao, Viti y de nuevo Borja Sánchez, definiendo con una sutileza que, ahora sí, cualquier aficionado del Real Oviedo sabe que el centrocampista tiene. Dos meses y medio antes de todo esto, Borja estaba pasando por una situación complicada. 

El regreso y el derbi en El Molinón

Borja Sánchez volvió a un Real Oviedo que no le podía pegar más. Por primera vez desde su aparición en el primer equipo de 2019, el ovetense jugaría para un entrenador cuya una de sus virtudes es potenciar a jugadores de la naturaleza de Borja. El Oviedo estaba jugando bien, la racha de resultados era buena y Santi Cazorla formaba parte de la plantilla, sí, pero una de las claves con más peso en el regreso de Borja Sánchez es que Luis Carrión, que nunca escondió su debilidad por el centrocampista, iba a ser su técnico. 

El primer entrenamiento del ovetense en El Requexón fue el 8 de enero y su 'redebut' llegó ante la Amorebieta, en el Tartiere, esa misma semana. 10 minutos. Tras no jugar nada en la victoria de Ferrol, salió en los minutos finales ante el Leganés, justo antes del gol del triunfo de Paulino. Nada ante el Eldense y semana de derbi en El Molinón. En el estadio gijonés, donde Borja siempre ha jugado buenos partidos, Carrión sorprendió y eligió al ovetense como su primer cambio. Borja Sánchez tuvo más de media hora y no le salieron las cosas. Lo preocupante fue que, tras un par de acciones en las que estuvo poco preciso, le costó aparecer en el juego y el Oviedo no le encontraba. Y no encontrar a Borja Sánchez es raro, porque si algo tiene es que nunca se esconde

El peor momento

Borja Sánchez necesitaba entrenamientos al mismo ritmo que sus compañeros, sí, pero sobre todo necesitaba partidos. Sus minutos en El Molinón fueron un pequeño punto de inflexión y ahí comenzaron sus peores semanas tras su regreso. Jugó ante el Burgos y Valladolid cuando ambos partidos ya estaban decididos y no volvió a aparecer hasta un mes después, cuando el Oviedo perdió en Alcorcón. Se juntó todo por aquellas fechas. Dubasin empezó siendo titular, Sebas Moyano vivió en los primeros meses de 2024 su mejor momento en el Real Oviedo y Santi Cazorla empezaba a engrasar la máquina. 

Casi fuera de la rotación, Borja Sánchez se machacaba en El Requexón esperando la oportunidad. El ovetense vivió aquellas semanas con frustración, porque el Oviedo de Carrión no le podía venir mejor y la cosa no estaba saliendo bien. El equipo ganaba, jugaba bien y escalaba posiciones en la tabla, y Borja no era partícipe de ello. En la semana previa al encuentro en Elche, Carrión charló durante 15 minutos con el centrocampista al finalizar uno de los entrenamientos. El técnico sabía que Borja estaba entrenando bien, que ya estaba al nivel físico -competitivo era difícil al no jugar partidos- de sus compañeros y no quería perderlo. 

Aun así, desde aquel partido en Alcorcón al día en el que el Oviedo recibió al Tenerife pasó un mes y Borja Sánchez tan solo jugó media hora en seis partidos. Eso sí, algo cambió en los diez minutos que estuvo sobre el césped del Tartiere ante el conjunto tinerfeño. 

Su momento

Por primera vez desde su regreso, el Real Oviedo notó y agradeció la presencia de Borja Sánchez. Los azules perdieron contra el Tenerife en un partido en el que hicieron méritos para como mínimo puntuar, pero Borja lideró el último arreón del equipo, encadenó buenas acciones y fue protagonista de un penalti clarísimo no pitado por los árbitros. Luis Carrión no se lo pensó de cara al partido en Huesca de la siguiente semana y, por primera vez desde su regreso, Borja Sánchez fue titular. Clave en el 0-1, buen partido y autor del 0-2. Un encuentro, como mínimo, de notable.

A partir de lo visto en El Alcoraz, Borja no se ha caído del once. Jugó ante el Zaragoza y repitió ante el Espanyol, un partido al que llegó entre algodones, pero en el que fue parte clave junto a Cazorla, Seoane y Colombatto de uno de los mejores 45 minutos del Oviedo en toda la temporada. Y así hasta ahora, con otra gran actuación en Ipurua, gol incluido. En un partido muy emocional, el centrocampista ovetense fue el que mejor corrió en transición, el que mejor tuvo el balón en los ataques posicionales y, por momentos, el que más peso tuvo en los inicios de juego. Recuperado para la causa, Borja Sánchez llega al ansiado playoff de ascenso como uno de los jugadores más en forma del Real Oviedo.

El regreso de enero y lo que pasó después ha valido la pena: en el momento más importante de los últimos 20 años en la capital del Principado, Borja Sánchez está. Para eso vino.