La Voz de Asturias entrevista al central del Real Oviedo, uno de los jugadores más en forma del equipo de Luis Carrión
19 oct 2023 . Actualizado a las 12:03 h.Renovado hasta 2025, es el único jugador de campo que lo ha jugado todo en este inicio de temporada en el Real Oviedo. Y, además, David Costas (Chapela, Pontevedra; 1995) lo está haciendo bien. Con 92 partidos, solo Luismi (93) y los canteranos Lucas (117), Jimmy (121) y Viti (125) le superan en participaciones con la camiseta azul. Capitán sin brazalete, el central charla con LA VOZ DE ASTURIAS sobre el nuevo Oviedo de Luis Carrión, la salida de Álvaro Cervera y el cómo ha vivido estos meses muy movidos en la capital del Principado.
—Todo el mundo dice que David Costas está a un gran nivel.
—Cada vez me encuentro mejor, la verdad. Aunque creo que puedo dar más, tanto yo como el equipo. El objetivo es seguir con esta línea ascendente.
—La 20/21, la primera tras su regreso, fue muy buena, pero la pasada temporada estuvo marcada por las lesiones.
—El año pasado tuve una lesión en el sóleo en la segunda semana de pretemporada y ya me perdí la pretemporada entera. Volví y recaí, después fue el isquiotibial y ya por último la espalda. Muchos problemas durante el año que me impidieron alcanzar esa forma física que necesito para rendir. Esta temporada me encuentro mucho mejor, completé la pretemporada sin problemas y llevo todos los minutos de todos los partidos. No me duele nada y espero seguir así. Necesitaba volver a encontrarme como el primer año, sí.
—La temporada pasada, en una rueda de prensa, llegó a decir que se equivocó en su recuperación.
—Me acuerdo cuando dije eso, sí, y fue verdad. Cumplí con las semanas de recuperación, pero luego hay otro que son las semanas de adaptación en el que coges la condición física y esa la acorté, quizás por la ansiedad que me daba el ver que ya podía entrenar, pero no competir. Recuerdo dos o tres partidos al volver de la primera lesión, como Cartagena o Zaragoza, en los que no estaba bien. No te das cuenta hasta que te pasa y los sufres.
—¿Cambió algo?
—Este verano ya trabajé por mi cuenta de cara a la pretemporada y, durante la propia pretemporada, seguí metiéndole caña al cuerpo. Me encuentro perfectamente y no hay dolores de ningún tipo.
—Vayamos a lo colectivo. ¿En qué momento ve que el Oviedo de Cervera no arrancaba?
—A ver… Tú ves la pretemporada que hicimos y no fue mala del todo, tampoco a nivel de resultados. Antes de ir a México perdimos contra el Racing en un partido muy igualado, ya en México empatamos con Pachuca y ganamos a Tlaxcala, dos equipos que ya estaban rodados. Empezamos la Liga y no creo que fuese muy diferente a como acabamos la temporada pasada. El míster era el mismo, el juego desplegado era el mismo y las ocasiones generadas, más o menos, eran las mismas. La temporada pasada enganchamos esa buena dinámica de ganar partidos 1-0 o 0-1, de casi no recibir ocasiones y aprovechar la que tuviésemos y este año no fuimos capaces. Nos entró ansiedad a todos porque no ganábamos, pero la realidad es que hacíamos lo mismo que la temporada pasada pero no nos daba con eso. No hay más explicación.
—Lo tiene claro, sí.
—No puedo hablar mal del míster. Confiaba mucho en mí, me ponía siempre y cuando volví de lesión me dio confianza para jugar… No puedo decir nada malo de él. Tan válida es la forma de trabajar de un entrenador como la del otro, aunque es verdad que ahora está saliendo mejor.
—El club le había renovado hasta 2025. ¿Os esperabais que el club tomase la decisión tan pronto?
—Es complicado. El juego no era vistoso para la gente, nadie nos halagaba por el juego que hacíamos. Es la verdad. Si a eso le sumas que no sacas resultados, pues… Si fuese todo lo contrario, y el Oviedo jugase bien, fuese superior a los rivales y no ganase, igual hubiese habido más paciencia, pero no. Los juegos y los resultados no acompañaron y el club decidió tomar la decisión. Nosotros lo intentamos, pero no encontramos la manera de ganar partidos.
—¿Qué pensó cuando se enteró de la llegada de Carrión?
—Lo conocía de haberme enfrentado a él con el Cartagena. Eran un equipo que intentaba jugar, proponía y quería dominar, pero no me esperaba que su mensaje aqui fuese tan potente en ese sentido. Nos dice incluso que nos equivoquemos, que lo intentemos siempre y que él dará la cara por nosotros ante la prensa cuando fallemos. Eso te da una confianza de la hostia.
—Repiten mucho la palabra confianza.
—Si el entrenador te dice “haz lo que quieras y equivócate las veces que quieras que yo estaré para decir que te lo he ordenado yo”, no puedes no hacerlo. La primera te equivocas, la segunda igual también, pero cuando te sale bien… La confianza te permite fallar menos y al final todos aciertan, desde el portero hasta el delantero, pasando por el central y el centrocampista. Se encadenan aciertos y acabas ganando partidos.
—Se suele decir que, cuando se cesa a un entrenador, no es recomendable apostar por un estilo totalmente contrario. Y eso es lo que ha hecho el Oviedo.
—¿Sabes qué pasa? Que yo creo que el míster tenía un estilo de juego, pero que el tipo de jugadores que ficharon este verano eran más de asociarse, de salir jugando desde atrás, de recibir por dentro… Un tipo de fútbol diferente al que le gustaba a Álvaro (Cervera), básicamente. El míster intentó adaptar ese tipo de jugadores a su estilo y no el estilo a ese tipo de jugadores, y no salió bien. Se firmó un tipo de jugador más asociativo, a mi modo de ver, como Paulino o Seoane, que son más de asociarse en vez de ir al espacio, y ahora se les ve más cómodos con lo que propone Carrión.
—Una de las grandes diferencias entre Cervera y Carrión está en su discurso, en lo que quieren transmitir en relación a su plantilla.
—Aquí puede estar equivocado tanto el entrenador como nosotros, los jugadores. El míster puede decir que tú no tienes y tú demostrarle que sí, pero tienes que demostrárselo. A mí un entrenador me puede decir que soy muy malo, pero yo también le puedo decir que no y te lo voy a demostrar. El míster decía que no podíamos hacer tal cosa, pero el jugador también debe tener personalidad y decir aquí estoy yo. Si yo hacía esto bien y estuve diez años en el fútbol profesional haciendo esto, voy a demostrar que puedo hacerlo.
—Reivindicarse.
—Faltó un poco eso, ese punto medio entre el mensaje del entrenador y la respuesta del jugador. El míster no lo sabe todo y al equipo -a los jugadores- le faltó un poco de personalidad para hacer más cosas. Eché en falta eso, pero nos metimos en un bucle en el que solo le pegábamos para arriba y acabamos como acabamos.
—Volvamos al fútbol. ¿Cómo estaba el vestuario del Oviedo tras esa primera derrota con Carrión ante el Valladolid?
—La verdad es que cuando llegamos al vestuario estábamos bastante hundidos. Te meten en el 93’ un golazo cuando tampoco había sido un partido en el que te habían generado mucho y nosotros sí habíamos tenido buenos momentos. La sensación no era mala, incluso con el 0-0 me hubiese ido mosca. Analizando en frío pues bueno, nos metieron un golazo tras una pérdida, pero, aunque nos las estuviésemos jugando todas a salir en corto, creo que no se podía hacer mucho ante ese gol. El equipo me gustó, tuvo momentos buenos y nos abrió esa puerta de “¿por qué no vamos a poder jugar a fútbol?”. Si somos capaces de mantener esos momentos buenos, podemos hacer las cosas bien.
—¿En Elda (victoria por 1-3) empezó la pretemporada del Oviedo?
—No sé si empezó nuestra temporada, porque ahora que estamos ganando echas la vista atrás y echas de menos tres o cuatro puntos más del principio de Liga. La victoria ante el Eldense fue un punto de inflexión e inició el cambio en la mentalidad de todos. Fuimos muy superiores a un rival que estaba haciendo las cosas bien, y eso te da mucha confianza.
—Cuánto hay de confianza y cuánto de entrenamiento semanal en este modelo de juego.
—Tenemos jugadores que disfrutan jugando así, que reciben de espaldas sin problemas y son capaces de superar líneas de presión para asociarse. Seoane, Paulino, Colombatto, al que no lo tenía controlado, pero es buenísimo… Si están bien fallan pocos pases y nos dan mucho. Algún día podemos estar más atascados, pero al final el míster lleva poco tiempo aquí y lo estamos trabajando mucho por semana y cada partido saldrá mejor.
—El Celta jugaba asociativo, debutaste con Luis Enrique y pasaste por el filial del Barça. ¿En algún momento, como central, pensaste que era demasiado riesgo?
—A mí me gusta tener peso en la salida de balón, eh. Igual algún día liaremos alguna traca, es así, pero hay que asumirlo. Tenemos jugadores de buen pie y sé que al que le doy el balón lo hará bien, y eso es fundamental. Aunque luego pueda equivocarse. Me gusta asociarme y, trabajándolo, cada vez saldrá mejor.
—¿Qué tal Leo Román?
—Es un portero que con balón tiene muchas cosas. Ya se lo vi entrenando, desde el principio, que en los ejercicios en los que tiramos a puerta él se anima y tiene buen pie. Es clave tener un portero que arriesgue cuando tiene que arriesgar y es un gran portero con mucho futuro.
—Casi es ovetense de adopción. ¿Cómo ve la relación actual de la ciudad con su equipo?
—Ante el Albacete estuvieron espectaculares. Es verdad que ahora estamos ganando y eso ayuda, claro. Siempre dije que en Asturias el fútbol se vive de forma especial, y no lo digo por quedar bien, es la verdad. Vengo de Vigo y el Real Oviedo mete más gente los fines de semana que el Celta en Primera, y no estoy hablando mal de la afición del Celta. Simplemente, el fútbol aquí se vive de otra manera. Y estamos en Segunda, si algún día ascendemos no me lo quiero ni imaginar. Vivo en el centro y todo el mundo me para, me comenta cosas sobre los partidos, sobre la semana... Ojalá les podamos dar más alegrías, si seguimos jugando así y ganando partidos, será más fácil.
—¿Fue esa recta final de la 21/22 con Ziganda el momento de mayor ilusión? ¿Se podrá repetir?
—Ese final de Liga la verdad es que fue especial, sí. Ojalá podamos repetirlo. Esto acaba de empezar, queda muchísimo. Las sensaciones son buenas, pero solo con eso no vale. Hay que seguir trabajando y mantener esta línea ascendente.
—Una de nombres propios: Oier Luengo.
—Es un jugador al que tendría siempre en mi equipo. Compite muy bien, entrena muy bien, nunca te pone una mala cara… Lo tendría siempre. Rinde en cualquier posición y siempre aporta. Un tío 10 en el campo y un tío 10 fuera del campo. Llegó a un Oviedo en el que habían hecho muy buena temporada los centrales y le costó entrar, pero jugó partidos importantes y tuvo momentos buenos. Recuerdo el partido de Copa ante el Granada, el partido en Granada de Liga, ante el Málaga en el primer partido con Cervera, el derbi de El Molinón… Es jodido estar dos meses sin competir y, cuando sales, rendir a un nivel espectacular.
—¿Dani Calvo ya es el central con el que más ha jugado en toda su carrera?
—Sí, sí, sin dudas. En el Celta hubo algún momento en el que jugué mucho con uno pero luego se fue, cuando estuve cedido en otros equipos solo estuve una temporada… Sí, Dani es con el que más he jugado.
—Problemas de entendimiento pocos, entonces.
—Pocos, sí [risas]. Y no nos hablamos mucho en el campo, eh. Nos entendemos bien. Él sabe lo que yo voy a hacer cuando voy a disputar un duelo y viceversa.
—Santi Cazorla.
—Cazorla es un crack, de verdad. Como persona un 10, y como jugador pues qué te voy a decir. Se asocia, casi no pierde balones, le pega con las dos piernas… Necesita ritmo, pero cuando lo tenga estoy seguro de que nos dará. Es que es diferencial, es muy bueno. Lo veo entrenando cada día y es un espectáculo.
—Usted ya tiene muchos amigos en Oviedo. ¿Cómo percibió en la ciudad el fichaje?
—Es que no solo en Oviedo, también en Galicia. Mis amigos de allí, de Vigo, me preguntaban todos los días por él. Yo siempre les digo que todo lo que piensan de Cazorla como futbolista y todo lo que significa en el fútbol español es lo mismo que pienso yo. Sigo alucinando con ver cada día a un tío así en directo, es alucinante.
—La última, sobre cantera. Hay dos centrales juveniles que son titulares en el Vetusta y ya han entrenado con el primer equipo: Marco Esteban y Jaime Vázquez
—Son buenos jugadores, ambos me gustan mucho. Marco Esteban lo veo muy tímido todavía, es algo que tiene que corregir porque la posición de central tiene peso y exige mucho a nivel de personalidad y comunicación. Irá perdiendo esa timidez, seguro. Lo estuve viendo este domingo ante el Coruxo y juega siempre muy concentrado, es fuerte en los duelos y va bien por arriba. Es de 2006 todavía, pero tiene muchas papeletas para llegar al fútbol profesional si sigue trabajando bien.
—Y le queda el zurdo.
—A Jaime lo tengo menos controlado porque vino menos veces con nosotros, pero me está gustando mucho lo que le veo en el Vetusta. Ahora mismo, para mí, es el central que mejor lo está haciendo a mi modo de ver el fútbol. Me gusta con balón y es zurdo, que hay pocos centrales zurdos, es rápido al corte y sabe bien cuándo anticipar y cuándo no. Me estoy fijando mucho en él. El Oviedo tiene dos buenos centrales ahí y a ver si somos capaces de ayudarles cuando suban con nosotros.